Sánchez y Cía., y la corrupción

En mayo del pasado año, recién conseguido un pacto sobre presupuestos con el PNV, y coincidiendo con la sentencia del caso Gürtel, el Sr. Sánchez activó una moción de censura contra el Presidente Rajoy. Las palabras que vertió en el Congreso en la defensa de su moción se vuelven ahora como dardos envenenados contra él y sus socios, tras el fallo de los ERE. Sánchez afirmó que «la obstinada voluntad de Rajoy de aferrarse a la Presidencia del Gobierno estaba debilitando la calidad democrática de la institución», recriminándole que no pensara dimitir «sufriera quien sufriera». Por su pertinaz actitud, le consideró auténtico «promotor» de su propia censura.

Los condenados del caso Gürtel no habían tenido ni tenían ninguna relación con el Gobierno censurado y todos estaban desvinculados del Partido. La gran coartada de la censura fue que en la sentencia –de más de 1000 folios– un magistrado había incluido un juicio de valor acerca de la declaración como testigo –que no como imputado– del Presidente. Recientemente el tribunal ha aceptado la recusación de ese magistrado por su evidente parcialidad y tras ser propuesto por el PSOE como vocal del CGPJ.

Ahora –tras los ERE– aquellas palabras de Sánchez en el debate dinamitan los presuntos «140 años de honradez» de su Partido y –si no dimite–, le inhabilitan de por vida junto a sus socios de moción para hablar de corrupción política sin sonrojarse.