Coronavirus

Trump dispara contra la OMS, desbordado por la letalidad de la pandemia

El presidente de EE UU acusa al organismo de “connivencia” con China y congela los fondos. El secretario general de la ONU y los aliados de EEUU coinciden en que “no es el momento”

Estados Unidos amenaza con cortar sus fondos a la Organización Mundial de la Salud. De hecho el presidente Donald Trump anunció en un comunicado ante la prensa que ha puesto en barbecho las contribuciones económicas que realiza su país. Como mínimo hasta que concluya una investigación oficial sobre el proceder de la OMS.

Está en juego el análisis de su actuación durante la crisis del coronavirus y, con ellos, los fondos del organismo. Trump acusa a la filial de la ONU de mirar hacia otro lado ante las primeras señales de alarma. En opinión de la Casa Blanca la OMS actuó del lado de la propaganda china, empeñada en diluir sus responsabilidades, entre otras las acusaciones de censura contra los sanitarios que advirtieron de aquella extraña neumonía en Wuhan.

Según Trump, lejos de ayudar, la OMS habría desconcertado a los gobiernos, que confiaban en sus consejos. La acusa de haber descuidado de forma severa la gestión del problema. Incluso de tapar la propagación del virus. Por supuesto resulta imposible segregar estos juicios de otras acusaciones previas.

Olvidar que Trump, muy cuestionado por sus decisiones, ha señalado sucesivamente a la prensa, que habría exagerado el peligro del coronavirus, a China, por mentir, a los científicos y los servicios secretos, que no le advirtieron a tiempo, a los gobernadores de estados como Nueva York o Michigan, por gestionar mal la red sanitaria local durante estos años, así como por no saber comprar mascarillas o respiradores…

En el caso de la OMS las consecuencias pueden ser devastadoras. En tanto que el organismo coordina parte de la respuesta mundial a la pandemia y mantiene vías de comunicación abiertas con decenas de la laboratorios y universidades, así como con los gobiernos.

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InfografíaAntonio Cruz

EE UU es el principal contribuyente de la OMS. Con cerca de 500 millones de dólares en 2019. Mientras que China, tal y como explicó el propio Trump, apenas si contribuye con 40 millones. «Si la OMS hubiera hecho su trabajo y hubiera llevado a expertos médicos a China», sostiene, «con el objetivo de evaluar sobre el terreno la situación y denunciar la falta de transparencia de China, el brote podría haber sido contenido en su origen con muy pocas muertes».

«Lamentamos la decisión del presidente de EE UU de bloquear la financiación», ha respondido el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, «pero trabajaremos con nuestros socios para llenar estos vacíos y asegurar que nuestro trabajo continúe sin interrupciones». Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha defendido que la OMS “tiene que ser apoyada” y ha afirmado que “no es el momento” de reducir sus recursos.

Nadie duda ya de que la respuesta del gobierno chino fue, como mínimo, poco clara. Pero eso no minimiza las objeciones planteadas a la gestión del Gobierno estadounidense. Para empezar la CIA advirtió a la Casa Blanca del riesgo de una epidemia desde principios del mes de enero, mientras que en febrero los informes llegaron al Despacho Oval de forma diaria. Para entonces el virus ya arrojaba números sombríos en China. Pero la Casa Blanca no encontró soluciones a problemas como la falta de tests.

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom GhebreyesuslarazonWHO

Mientras, países como Corea del Sur ponían en marcha unos programas que incluyeron la realización masiva de análisis clínicos para detectar infectados y el uso de las nuevas tecnologías para seguir los pasos de los enfermos y aislar los posibles focos. Como escribió en «The Atlantic» Ed Yong, «en marzo, mientras el virus lanzaba varios asaltos simultáneos en un sistema de salud peligrosamente disminuido, América pasó finalmente a la acción, cerrando frenéticamente oficinas, colegios y otros espacios públicos en una apuesta para cortar las cadenas de transmisión».

Y así llegamos a abril, con cientos de miles de enfermos, miles de muertos, los hospitales saturados, los laboratorios colapsados, las reservas de medicinas necesarias para la medicina paliativa a punto de agotarse y sin haber sido capaces de coordinar una respuesta a nivel nacional. Con lo que el país «ha cimentado su posición como el nuevo centro de la pandemia… El país que tendría que haber estado más preparado que ningún otro, y que ahora tenía el peor brote de COVID-19 del mundo».

Para la oposición demócrata resulta evidente que Trump busca culpables en los que descargar sus propios errores de gestión. Exactamente igual que están haciendo otros gobiernos en el mundo, por cierto. El senador Chris Murphy comentó que existe toda una campaña a cargo de la Casa Blanca y sus aliados para encontrar chivos expiatorios.

Del otro lado nada de esto eclipsa las evidentes responsabilidades de la OMS. Un organismo al que numerosos científicos han acusado de haber sido demasiado indulgente con la gestión china durante las primeras semanas de la epidemia. El doctor Yanzhong Huang, de la Universidad de Seton Hall, le explicó al New York Times que la OMS «podría haber sido mucho más insistente, en especial durante los estadios iniciales de la crisis, cuando encubrimiento e inanición»

« Quieren tapar los errores fatales del presidente durante los primeros momentos de la crisis», explica a CNN el senador demócrata. Pero que nadie olvide tampoco que el presidente de Japón, Aso Taro, dijo hace poco que la OMS debería de cambiar su nombre por el de Organización China de la Salud. El director de la OMS, Ghebreyesus, mientras Pekín censuraba y amenazaba a los médicos de Wuhan, viajó personalmente a China a finales y aplaudió la gestión del gobierno.