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El Papa, contra Trump: «La violencia es destructiva»

Implora una «reconciliación nacional» tras el asalto al Capitolio

El Papa Francisco
El Papa FranciscoANGELO CARCONIEFE

Al Papa no le hace falta mencionar a Donald Trump para exhibir públicamente la distancia que le separa a él y a Roma del presidente saliente. Ayer le bastó una inequívoca condena el asalto al Capitolio durante el rezo dominical del Angelus desde la Biblioteca del Palacio Apostólico. «La violencia es autodestructiva siempre y mucho se pierde», sentenció Francisco, que elevó su oración por las víctimas del ataque del pasado día 6 en Washington. «Exhorto a las autoridades del Estado y a toda la población a mantener un alto sentido de la responsabilidad, con el fin de calmar los ánimos, volver a la reconciliación nacional y tutelar los valores democráticos radicados en la sociedad», subrayó el Pontífice en un recado con destinatario con el que ha tenido algún que otro desencuentro verbal en la lejanía. Y es que, una y otra vez, a lo largo del reinado trumpista, al Papa argentino le han preguntado por él en entrevistas. A cada interpelación directa sobre cuestiones de choque como la migración o el cambio climático, el Pontífice se ha despachado sin cortapisas, evitando eso sí las menciones con nombre y apellido, sabedor de los límites vaticanos y su propia defensa de la multilateralidad y de la cultura del encuentro como ejes de la geopolítica romana. «Una persona que piensa sólo en hacer muros, sea donde sea, y no hacer puentes, no es cristiano», ha reiterado en varias ocasiones sobre el multimillonario que se define a sí mismo como presbiteriano.

Junto a sus palabras, el mensaje más directo a la Casa Blanca tuvo lugar en abril de 2019, cuando el día en que se cumplían 51 años del asesinato de Martin Luther King, Francisco nombraba a Wilton Gregory como arzobispo de Washington, que desde noviembre es el primer cardenal afroamericano de la historia. Gregory ha ejercido de acicate de Trump desde entonces, denunciando cada uno de los atropellos en materia social del multimillonario, especialmente tras el asesinato de George Floyd y criticando el ronroneo a los votantes católicos que ejerció durante la campaña a golpe de mensajes provida y desenmascarando el pertinente posado electoral en el santuario de san Juan Pablo II de la capital norteamericana. No se quedó atrás el pasado miércoles, ante las turbas en el congreso.

Frente a una declaración institucional del Episcopado estadounidense que se limitó a condenar la violencia y a llamar a la concordia, Gregory dio un paso más para exigir una rendición de cuentas de Trump. «Quienes recurren a una retórica incendiaria deben aceptar cierta responsabilidad por incitar a la creciente violencia en nuestra nación», aseveró el purpurado en un comunicado en el que llegó a afirmar que «nuestro Capitolio es un terreno sagrado», por lo que todo ataque y profanación «debería hacernos sentir violados». A la par, el cardenal también se dirigió a los católicos norteamericanos, consciente de que las encuestas marcan una división a la mitad entre republicanos y demócratas, a quienes les insta a ser puente en medio de la sociedad «para garantizar el bien común para todos».