Semana Santa

Más cofrades que sindicalistas

La piedad popular es el mayor movimiento asociativo de España, formado por entre un millón y medio y tres millones de hermanos

Dos penitentes de la Hermandad del Vía Crucis de Córdoba
Dos penitentes de la Hermandad del Vía Crucis de CórdobaRafa AlcaideAgencia EFE

La Macarena no tiene techo. El cielo. A una media de 600 hermanos más al año. Su listado público reciente supera los 16.000 y subiendo, convirtiéndose así en la hermandad más populosa de España. Su auge no es aislado ni circunscrito a Sevilla. Se calcula que en las dos últimas décadas se habría multiplicado por tres el número de cofrades en nuestro país. Aunque no hay ningún censo oficial, diferentes analistas especializaos en religiosidad popular calculan entre el millón y medio y los tres millones, convirtiéndose en el movimiento asociativo más numeroso de nuestro país. Echando mano de otras corporaciones de diferente cuño, en la era prepandemia los clubes de primera y segunda división sumaban 925.000 abonados y los afiliados tanto a Comisiones Obreras como a UGT rondan los 900.000 por sindicato.

Víctor Lafuente trabaja en la que hoy por hoy es la radiografía más exhaustiva de la realidad cofrade en España, sumando corporaciones penitenciales, sacramentales, de gloria... Este palentino, hermano mayor de la Hermandad Franciscana de la Virgen de la Piedad, ha creado un mapa interactivo digital junto a otros dos «capillitas»,el también palentino David Rodríguez y el zaragozano Francisco Sangorrín. Todo, gratis et amore. «No tenemos ningún ingreso ni siquiera publicidad para pagar el dominio, es pura pasión», detalla en nombre del equipo que conforman cofradiasyhermandades.es.

«Hemos peinado varias veces el país y tenemos detectadas más de 15.000 cofradías. Haciendo una estimación de una media de 100 hermanos de cuota por cada una, hablar de un millón y medio no resultaría exagerado», relata Lafuente sobre esta base de datos que comenzaron en 2018 y a la que dieron un notable empujón en el confinamiento. «Durante el encierro fueron muchas las que abrieron su pequeña ventana a través de internet y redes para acompañar a sus hermanos, algo que nos ayudó a verificar nuestro rastreo y la vitalidad de las cofradías».

Sorpresas de la posmodernidad

Aun así, Lafuente admite que se vive «una edad de oro un poco peligrosa, porque debemos estar atentos a cómo encauzar ese fervor emocional a una fe cotidiana y, por otro, tenemos que ver si nos afectan realmente estos dos años sin Semana Santa, si la playa se ha convertido o no en la primera procesión».

«Uno de los hechos sorprendentes de la posmodernidad es que quienes habían pronosticado que lo religioso se reduciría en la esfera pública, ven ahora que se mantiene de forma discreta, real y pujante a través de la religiosidad popular como una de las áreas con más enganche con la gente, que se mueve en esa frontera la creencia y la increencia», explica el sacerdote Javier Fresno, presidente de la Comisión de los encuentros y Congresos Nacionales de Cofradías, que ancla en dos millones la cifra de cofrades en nuestro país.

El también delegado de religiosidad popular de Zamora constata esa pujanza creciente de estas dos últimas décadas, pero sin generar fuegos de artificio. «Es un fenómeno que ha pasado a estar de la retaguardia a la vanguardia de la Iglesia, tanto en lo que a las hermandades se refiere como a otras manifestaciones vinculadas a la cultura, como las peregrinaciones, el Camino de Santiago…», subraya, con cautela sobre cómo la pandemia ha podido influir e influirá en esta Semana Santa de retorno. «Hay miedo a un desapego general, pero estamos viendo manifestaciones multitudinarias en unos lugares y no tanto en otras. Hay que esperar para evaluar el verdadero impacto», comenta.

Por su parte, el delegado de Cofradías de Calahorra y La Calzada-Logroño, Fermín Labarga, estima una horquilla del millón y medio a los tres millones de «semanasanteros». «No es fácil sacar un número ni hacer una fotografía fija porque la cifra oscila de un año para otro y confluyen varios elementos, como el hecho de que hay quien pertenece a varias hermandades». apunta el también director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad de Navarra. Con esta clave, se explicaría, por ejemplo, que en Cuenca, con una población de 54.000 habitantes, haya en torno a 30.000 cofrades registrados.

En relación a la salud de esta manifestación popular, plantea que «aunque en las calles he visto más afluencia de público que nunca, creo que en las hermandades se ha llegado a la cresta de la ola, motivado, entre otras causas, por la crisis demográfica y una secularización que pasa factura».

«Atraemos como el cartel de McDonald’s»

Más allá de las cifras, el hermano mayor de la Piedad, Víctor Lafuente, constata en primera persona el tirón entre los jóvenes. «Las cofradías somos el marketing de la Iglesia, como el cartel de McDonald’s que se ve en la carretera y que te atrae para entrar. En una Iglesia de puertas abiertas, nosotros salimos con nuestros pasos a la calle para decirle al hombre de hoy que Dios existe», dice sobre el valor catequético de las tallas.