Torreciudad

¿Y si le invitaran a la Última Cena?

El santuario oscense de Torreciudad rejuvenece la catequesis con un espacio museístico digital inmersivo

Visitantes del santuario de Torreciudad en el espacio «Vive la experiencia de la fe», que reproduce la Última Cena
Visitantes del santuario de Torreciudad en el espacio «Vive la experiencia de la fe», que reproduce la Última CenaAndrea Alsina

Sentarse a la mesa. Como un discípulo más. Uno de los doce. Para participar de la cena que cambió el rumbo de la historia. Es una de las propuesta que lanza el proyecto «Vive la experiencia de la fe», una propuesta inmersiva e interactiva de evangelización que ya está en marcha en el santuario de Torreciudad, el epicentro espiritual del Opus Dei situado en Huesca, el segundo templo más visitado de Aragón después de la basílica del Pilar de Zaragoza.

Más de ochenta profesionales de diez nacionalidades y una inversión de 1,8 millones de euros han dado un vuelco a la museografía de este lugar de peregrinaje de la mano de la empresa Playmedia, con un equipo multidisciplinar de arquitectos, pedagogos, diseñadores, expertos en marketing, ingenieros audiovisuales…

«Son nuevos modos de transmitir una catequesis con la doctrina de siempre para que te entre por los ojos y te llegue al corazón», expone el rector de Torreciudad, Ángel Lasheras, convencido de que el uso de las nuevas tecnologías es hoy un recurso esencial para acercarse a niños, jóvenes, familias... Para el sacerdote, estas herramientas no vienen a sustituir a los libros ni mucho menos al acompañamiento personal, pero «sí permiten abrir la puerta a los no iniciados, ellos son los primeros destinatarios, aquellos que nunca se han hecho una pregunta sobre el sentido de su vida». «Es ese primer anuncio que hoy es tan necesario en medio de nuestra sociedad», aclara.

A la vez, se muestra convencido de que el breviario sobrevivirá a la industria digital: «La prueba de que todo ayuda y es complementario es el hecho de que los peregrinos, cuando terminan el recorrido, acaban recogiendo su estampita con la oración de la Virgen». Y es que, es esa devoción mariana la que se alimenta en este enclave espiritualidad.

La apuesta pasa por hacer llegar lo divino a través de los sentidos y se materializa en cinco espacios guiados por el apóstol san Juan, que acompaña a los peregrinos a través de unas gafas de realidad virtual y un documental multipantalla, con esculturas hiperrealistas para humanizar a la Virgen y superficies táctiles que interpelan al visitante sobre el sentido de la felicidad.

Recursos de última generación al servicio de la evangelización, que para unos es inversión, aunque hay quien todavía lo considera un gasto. «En la nueva Torreciudad hay una gran inversión gracias a la generosidad de muchos», apunta el rector. «Puedo garantizar que no es fruto de una ocurrencia. Lleva un largo proceso de reflexión, oración y diálogo sobre el que se sustenga el desarrollo técnico», añade.

La otra apuesta digital del santuario que deja boquiabierto al espectador en la nave central del templo es el vídeo-mapping que multiplica la tridimensionalidad del joya de la casa: el retablo del escultor Joan Mayné, elaborado con 389 toneladas de alabastro de la cantera gerundense de Besalú. En tan solo seis minutos, se recrea un diálogo entre san Josémaría Escrivá de Balaguer y la madre de Dios para que el espectador haga suyas algunas de las palabras clave del carisma legado por el aragonés canonizado por Juan Pablo II en 2002: el compromiso, el trabajo, el espíritu de sacrificio, la entrega y el amor.

Además de la experiencia inmersiva y el vídeo-mapping, se ha renovado tanto el espacio que recorre la devoción a la Virgen de Torreciudad como la galería mariana, que en sus vitrinas expone más de 500 tallas de los puntos más dispares del planeta con sus correspondientes advocaciones. Y todo, aderezado por una aplicación para móviles con noticias, horarios, juegos, así como 120 red de emisores o «beacons», que permiten recibir datos e imágenes.

En marcha desde septiembre de 2020, se estima que ya han disfrutado del vídeo-mapping unas 50.000 personas, mientras que «Vive la experiencia de la fe» habría recibido unas 15.000 visitas, que esperan dispararse en los próximos meses con las restricciones pandémicas eliminadas por completo.

¿Conversiones a la vista?

Pero, ¿se pueden contabilizar las conversiones que pueden llegar a través de esta transformación digital? «A eso no se puede responder», explica Lasheras con humildad, que deja caer una pista: «La conversión viene del corazón y del Señor, pero la experiencia de las gafas 3D ayuda sin duda a acercarse a la experiencia de la fe, a plantearte lo que está más allá de lo inmediato, a trascender».