Cuba

Detenidas tres disidentes para evitar un encuentro con el Papa

Francisco quería reunirse con las arrestadas para conocer de primera mano cómo es la labor de los católicos disidentes en la isla.

Momento en el que agentes cubanos de paisano detienen a varios disidentes cerca de la Plaza de la Revolución
Momento en el que agentes cubanos de paisano detienen a varios disidentes cerca de la Plaza de la Revoluciónlarazon

Francisco quería reunirse con las arrestadas para conocer de primera mano cómo es la labor de los católicos disidentes en la isla.

«¡Estoy arrestada! ¡Estoy arrestada!». A la reconocida disidente católica Martha Beatriz Roque, candidata al premio Nobel de la Paz y encarcelada en varias ocasiones por el Gobierno cubano, se le rompía la voz al contestar ayer al teléfono. La petición de auxilio que eran sus palabras se cortó a los pocos segundos. Luego ya no volvió a responder. A Roque le ha costado ser detenida por dos veces –el sábado y ayer– el hecho de que el Papa quisiera verse con ella durante su visita a Cuba.

Francisco ha intentado reunirse con disidentes católicos cubanos desde poco después de que su avión aterrizase en La Habana, pero el Gobierno de Raúl Castro se lo ha impedido. En la mañana del sábado, horas antes de que el vuelo papal llegara a Cuba desde Roma, el secretario de la nunciatura apostólica (embajada de la Santa Sede), monseñor Veceslav Tumir, contactó personalmente con tres mujeres que han expresado públicamente su disconformidad con el Gobierno de Castro: Roque; Berta Soler, presidenta de las Damas de Blanco, la organización que aglutina a las mujeres de los presos políticos, y la periodista independiente y activista pro derechos humanos Miriam Leiva.

Las tres fueron arrestadas durante la tarde del sábado para que no pudieran acudir a la cita que tenían con el Papa. Unas horas después fueron liberadas. Monseñor Tumir las había invitado a que esperasen al Pontífice en los jardines del edificio de la nunciatura apostólica de La Habana, donde Francisco acudió una vez acabada la ceremonia de inauguración celebrada en el aeropuerto internacional José Martí. Jorge Mario Bergoglio quería hablar con ellas para conocer de primera mano cómo es la labor de los católicos que se han destacado en la sociedad civil por su disidencia con el Gobierno cubano. También recibió una invitación otro opositor, Antonio Rodiles, pero habría declinado la invitación.

La mano dura mostrada por La Habana el sábado con los disidentes no desanimó a Francisco, que convocó ayer otra vez a Roque y a Leiva. Monseñor Tumir volvió a contactarlas para informarles de que el Papa seguía teniendo intención de verlas, por lo que debían dirigirse a la catedral de La Habana, donde presidió una ceremonia con sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas cubanos. Roque tampoco pudo ver ayer al Papa al estar detenida. No fue posible saber si Leiva había vuelto a ser arrestada.

El portavoz vaticano, el jesuita Federico Lombardi, no desmintió que la nunciatura apostólica en La Habana hubiera contactado con estas personas, aunque recordó que en la agenda del viaje no estaba previsto un encuentro con miembros de la disidencia. En una comparecencia anterior ante los medios de comunicación, Lombardi recordó que además de «discursos públicos», en las visitas papales hay también temas que se tratan «en privado». Fuentes de la Iglesia cubana confirmaron que la nunciatura había contactado con estos disidentes católicos. «Es un gesto inédito del Papa. Muestra que para él es también un interlocutor válido este otro sector de la sociedad civil. Esperemos que finalmente pueda ver a estas personas».

Violencia verbal y física

A Soler también la han detenido dos veces en estos últimos días. El sábado para que no acudiera al encuentro en la nunciatura y ayer para impedirle que llegase a la plaza de la Revolución para participar a la misa presidida por Francisco. «Poco después de salir de nuestra sede nos detuvieron a 24 Damas de Blanco. Estuvimos arrestadas desde las cinco hasta las 10 de la mañana. Decían que no querían que fuéramos a protestar a la misa del Santo Padre». Soler denuncia que en el tiempo que estuvieron privadas de libertad sufrieron actos de violencia física y verbal por parte de los agentes de la seguridad del Estado.

Hubo una sola Dama de Blanco que pudo llegar a la plaza de la Revolución, María Josefa Acón. Fue arrestada junto a otros dos disidentes, miembros del grupo opositor Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), después de que uno de ellos se acercara al papamóvil para denunciar supuestamente la política del Gobierno cubano. Estos tres activistas fueron detenidos por agentes de las fuerzas de seguridad cubana vestidos de civil y trasladados luego a un cuartel policial cercano. Mientras trataban de llevárselos gritaron consignas y lanzaron octavillas al aire. Según el líder de la UNPACU, José Daniel Ferrer, uno de los arrestados se llama Zaqueo Báez. Otras fuentes aseguran que hubo al menos otro opositor detenido.