Pandemia y pasaporte “corona”

Cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, habló hace un año de la conveniencia de crear una cartilla de vacunación o salvoconducto sanitario para facilitar la movilidad en España, toda la izquierda se le echó encima llamándola racista. Ahora, doce meses después, el «pasaporte corona» parece una realidad con la que todos los ciudadanos de la UE habremos de convivir si queremos movernos.

En Dinamarca se han adelantado y ya se exige este documento digital en los recintos públicos y hasta para ir al cine, aunque por el momento no en las tiendas ni en los comercios. Parece razonable que este «pasaporte verde» no se limite a las vacunas, sino que recoja el historial completo de cada persona, de modo que a efectos de movilidad sirvan tanto vacunas como las PCR, pruebas de antígeno o el registro de anticuerpos en aquellas personas que ya pasaron la enfermedad.