Sociedad

Entrevista

Angy: «He estado nueve años tomando pastillas frente a la depresión»

La actriz y cantante Angy Fernández reconoce tras la presentación de la serie documental «No es depre, es depresión» que le sigue costando decir que “voy al psiquiatra”

La artista Angy Fernández
La artista Angy FernándezJesús G. FeriaLa Razon

La depresión no entiende de éxitos ni de fracasos. Bien lo sabe Angy, que tiempo atrás decidió contar en Instagram que tenía esta enfermedad. Ejerce de maestra de ceremonias en «No es depre, es depresión», una serie documental disponible en la web Janssen Contigo.

¿Cómo se dio cuenta?

Me costaba levantarme de la cama. Sentía un vacío, una tristeza todo el rato, no sé cómo explicarlo. Además, empecé a adelgazar mucho, se me juntó con que en paralelo me diagnosticaron la enfermedad celíaca. Somaticé todo en el estómago y fui al médico antes.

¿Su madre se sorprendió cuando se lo dijo años antes a ella?

No, creo que ella veía que no iba bien la cosa. Le ha tocado vivir esto con mi padre, que ya no está, y con otro familiar. De hecho, me daba pena que mi madre volviera a pasar por lo mismo conmigo. Me sentía un poco culpable por eso, que me viera así. A veces sentía que si me quitaba del medio la gente no sufriría.

¿Cree que la serie documental puede ayudar a las personas a reconocerse y diferenciar la tristeza de la depresión?

No es lo mismo tener unos días malos que tener depresión. Cuando se alarga en el tiempo es cuando creo que hay una alarma que hay que atender. Espero que se reconozcan y pidan ayuda o si ya están bajo tratamiento y ven que no avanzan que puedan cambiar de médico. Es lo que me pasó a mí con una psicóloga, y no porque no fuera una gran profesional. Hay que intentar no rendirse aunque a veces nos den ganas.

¿Sigue bajo tratamiento?

Sí, pero intento no tomar medicación para la ansiedad. Estoy con cosas más naturales como la valeriana. He estado nueve años tomando pastillas, dos al día. Y no puedes beber, que tampoco es que me guste mucho, y te quita la libido. No pasa nada porque son épocas y la medicación me ha ayudado, pero en algún momento hay que quitarlas. Yo lo que creo es que no hay que tomar medicación si no vas a terapia psicológica. Hay que combinar las dos cosas, no sólo ir al psiquiatra, porque sin una terapia psicológica no avanzas ni te dan esas herramientas. Los fármacos duermen un poco el síntoma de la depresión, pero necesitas una ayuda aparte. De hecho, mi psiquiatra me lo decía, sigue yendo al psicólogo.

¿Sigue siendo un tabú decir que uno va al psiquiatra?

Sí, yo siento que sí. Decir voy al psicólogo no me cuesta, decir que voy al psiquiatra sí, es como que te tratan de loca, y no es un sinónimo, al revés, he dado el paso de ir a un médico que me ayude a no estar así de mal. Yo quiero seguir con mi vida, quiero avanzar.

¿De la depresión se sale o queda algo?

Siento que se sale, pero tengo como traumas a solucionar. Por ejemplo, en el colegio yo era la que hacía el tonto y los niños se reían. Pero los padres empezaron a decir a sus hijos que no se juntaran conmigo porque estaba muy espabilada para mi edad y era la única de clase a la que no llamaban para los cumples. De eso se me ha quedado un poco de trauma, porque si un día no me llaman mis amigos pienso como que me están haciendo el vacío.

¿Cómo vivió el confinamiento?

Fue una época dura para mucha gente, sanitarios, empleados de supermercado... pero a mí me alivió, para mi mente fue un respiro.

La primera vez que se dio cuenta de que algo no iba bien fue en un musical. Ahora se ha vuelto a subir a un escenario con «Kinky Boots». ¿Teme recaer?

Sí, fue con «40 El Musical», me puse muy triste porque mi sueño era estar en un musical. Temí que me pudiera volver a pasar. Pero cuando me subo al escenario se me olvida todo eso.