Salud mental

Cómo prevenir y tratar el estrés laboral

Las causas del estrés pueden ser muchas, y unas de las más comunes son los factores psicosociales asociados al trabajo. Y sus consecuencias pueden ser muy graves:

Estrés, ansiedad, falta de comunicación entre los equipos o inseguridad son solo algunas de las principales causas que sufren miles de empleados
La contención emocional que padecen los afectados por esta condición suele derivar en depresión, ansiedad y en trastornos psicosomáticos | Fotografía de archivoLa RazónLa Razón

El estrés es el conjunto de reacciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción. Y cuando estas reacciones fisiológicas sobrepasan la capacidad de respuesta del organismo, se suelen desarrollar ciertas afecciones. Las causas del estrés pueden ser muchas. Y unas de las más comunes son los factores psicosociales asociados al trabajo, donde abundan los estresores, como un jefe implacable, un volumen de trabajo demasiado grande, falta de motivación, el acoso laboral, condiciones precarias o de riesgo, (...).

Mantener una rutina de descanso durante la jornada laboral es esencial para mantener el estrés laboral a raya | Fotografía de archivo
Mantener una rutina de descanso durante la jornada laboral es esencial para mantener el estrés laboral a raya | Fotografía de archivolarazon

Ahora bien, cada persona reacciona de formas muy diferentes ante un mismo estímulo. Y hay algunos factores psicológicos cómo la falta de confianza en uno mismo o la carencia de herramientas y estrategias para enfrentarse a estos estresores, pueden hacer que una situación incómoda o conflictiva se convierta en un verdadero problema.

Si el estrés consigue hacer mella en una persona, este se podría manifestar de formas muy variadas. Puede que derive en síntomas físicos, como caída del cabello, nauseas, temblores, trastornos menstruales, eczemas, colon irritable o dolores musculares; pero también puede manifestarse de otras formas, como ansiedad, apatía, depresión, alcoholismo, frustración, drogadicción, (...). Es decir, el estrés laboral no es un problema banal. Sus consecuencias pueden ser muy graves y debemos tomárnoslas como auténticas “señales de alarma” y como avisos de que debemos hacer algunos cambios en nuestra vida.

Una oportunidad para reinventarse

El tratamiento del estrés tiene dos facetas. Por un lado, la que depende de los estresores externos que han provocado esta respuesta en un primer momento; y por otro lado, la que depende de la respuesta psicológica a estos estresores. Es decir, que hay una parte de la solución del problema que pasa por cambiar las condiciones de trabajo, y otra parte que pasa por cambiarnos a nosotros mismos.

Si el afectado es un autónomo o un empresario, será él el que más podrá hacer para reinventar su negocio y así disminuir la fuerza de estos agentes estresores. No se debe olvidar en este punto la importancia y la influencia del apoyo familiar. Porque hacer los cambios pertinentes para preservar nuestro salud, puede afectar a los ingresos que entran en nuestro hogar, por ejemplo.

Un buen ambiente familiar atenúa el estrés de los trabajadores | Fotografía de archivo
Un buen ambiente familiar atenúa el estrés de los trabajadores | Fotografía de archivolarazon

La situación diferente si el afectado es un trabajador por cuenta ajena (aunque no tanto). Cada uno deberá lidiar con la responsabilidad de proteger su propia salud como buenamente crea conveniente. Pero si la situación se ha vuelto insostenible, parece evidente que son necesarios cambios radicales. Es posible que sea necesario abrir comunicaciones con el departamento de Recursos Humanos o con la dirección. O que -incluso- y si no hay posibilidad de mejora, también es posible que la mejor solución sea dejar el trabajo.

¿Y si yo soy el jefe?

Los empresarios suelen ser los primeros en tener que lidiar con el estrés laboral. Al fin y al cabo, el que dirige un negocio no conoce los horarios de entrada y de salida, y debe ser él quién asuma la responsabilidad cuando llegan las vacas flacas. Por ese motivo, es normal que quién haya estado alguna vez en esta situación, pueda empatizar con quién lo está sufriendo.

Además, cada vez más, la tendencia de los organismos gubernamentales y de las empresas es a mostrar preocupación por las condiciones laborales de los trabajadores. Más que nada, porque también se ha demostrado -en numerosas ocasiones- que existe una relación directa entre la felicidad y satisfacción de un empleado y su productividad.

Por eso, “es importante un acercamiento mutuo de los jefes y el trabajador, crearle la necesidad que cumple un papel importante dentro de la empresa y contribuirle con ánimo, seguridad y optimismo en su desempeño laboral”, defiende Orlin Moreno Suescún, especialista en Seguridad y Salud Ocupacional e inspector en Seguridad Industrial HSE.

La Seguridad Social reconoce como accidente de trabajo el acoso moral
La Seguridad Social reconoce como accidente de trabajo el acoso moralLa Razón

En conclusión, si observamos (o si se nos hace saber) que uno de nuestros empleados padece estrés laboral; la solución siempre debe pasar por abrir las vías de comunicación. Debemos evaluar cuáles son esos agentes estresores que han provocado esta situación, y tratar de buscar estrategias corporativas para que su peso no recaiga sobre los hombros de uno, o de unos pocos empleados.

También debemos observar con objetividad el funcionamiento de nuestra empresa y los valores que imperan en ella. Es muy frecuente, sobre todo al comienzo de la actividad empresarial, que nos enfoquemos únicamente en alcanzar unos objetivos. Y que nos olvidemos de las vías para conseguirlos... y de las consecuencias que pueden tener sobre nuestro equipo y sobre su salud.

Si la competitividad entre los empleados se ha vuelto conflictiva, si uno de los trabajadores está sufriendo algún tipo de acoso, si no tienen tiempo para descansar o si no se sienten valorados... se podría desencadenar una situación muy desagradable. Por ese motivo, debemos tomar medidas preventivas antes de que la situación se descontrole.

Trabajar en uno mismo:

No debemos olvidar que esta primera parte del tratamiento no es suficiente y -desde luego- no es la más importante. Lo que determina la gravedad de una situación de estrés no es la que se refiere a los agentes externos; sino la que se refiere a la respuesta del afectado frente a estos estresores.

Cómo hemos dicho antes, la respuesta de cada persona es diferente. Y hay algunos factores psicológicos que pueden hacer que una persona los encare de una forma negativa. Por ese motivo, la clave de cualquier tratamiento exitoso contra el estrés es la búsqueda del equilibrio emocional:

Saber cómo enfrentar las situaciones de estrés es una de las tareas pendientes | Fotografía de archivo
Saber cómo enfrentar las situaciones de estrés es una de las tareas pendientes | Fotografía de archivolarazon

Terapia psicológica

Cuando llegamos a un punto en el que los síntomas del estrés laboral se han hecho manifiestos, siempre es aconsejable buscar acompañamiento psicológico. Que nos ayudará a trabajar la confianza y nos ayudará a desarrollar herramientas para enfrentarnos a este tipo de situaciones. Aprenderemos técnicas de relajación y de comunicación asertiva. E incluso, es posible que sea necesario revisar nuestras creencias y valores sobre el papel que le damos al trabajo en nuestra vida.

Y si llevamos demasiado tiempo lidiando con el estrés, también es muy importante que nos acordemos de nuestros seres queridos. Y es que, es muy frecuente que paguemos nuestras frustraciones con quiénes nos rodean. Por eso, debemos entender que, aunque sea un problema ajeno al hogar, puede tener consecuencias muy serias en su interior.

En otras ocasiones, también es posible que nuestra propia familia no sea una parte pasiva y damnificada de nuestro estrés, es posible que sea parte activa y un estresor más. En cualquiera de los casos, la terapia psicológica debe acoger -de una forma u otra- a todos los afectados.

Relaciones interpersonales

Somos animales sociales y necesitamos -por una cuestión evolutiva- del contacto con otros seres humanos para ser psicológicamente estables. No es algo novedoso... se sabe desde hace mucho tiempo. Pero, sin embargo, cuando llegamos a cierta edad, muchas personas se centran tanto en el trabajo que se acaban olvidando de lo más importante que tenemos: las personas.

Descanso y sedentarismo son dos cosas diferentes

No hace falta repetir lo que infinidad de expertos han repetido en infinidad de ocasiones: los beneficios psicológicos del deporte son muchos. Es esencial incluir en nuestra rutina diaria sesiones de ejercicio físico de -al menos- 30 minutos. Llevar una vida sedentaria tiene factores psicológicos adversos que contribuyen enormemente a estas situaciones de estrés. Y si queremos reducirlo, no podremos hacerlo si estamos todo el día sentados frente al ordenador.

Organiza tu horario:

Suele haber mucha confusión con este tema. El objetivo de planificar nuestro tiempo no debe ser una oportunidad para cargarnos de un cúmulo de expectativas que no podamos alcanzar. No podemos organizar un día para realizar todas las tareas que tenemos pendientes. Planificar nuestro horario es el mejor momento para la negociar con nosotros mismos.

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Imagen de archivoAlix Minde©GTRESONLINE

Es un error muy común olvidarse del ocio y del tiempo de descanso. Es evidente que todo el mundo tiene muchas cosas que hacer, pero no deben hacerse todas en un único día. Por ese motivo, la mejor opción es reservar unos 10 minutos cada día antes de dormir, para pensar en qué día queremos tener mañana. No en la ristra de tareas que debemos completar, sino en cuáles puedo encajar a lo largo del día para que, al terminarlo, sienta que ha sido productivo y -a la vez- feliz.

Una buena alimentación no es solo buena comida:

Si los españoles son uno de los pueblos más longevos del mundo, no es por casualidad: es porque sabemos comer. No sólo tenemos una de las dietas más equilibradas y saludables del planeta; sino que también hemos aprendido desde pequeños, que comer no es solo ingerir proteína, sino que es un momento donde se combinan el descanso y ocio.