
Traumatología
Artrosis: qué hacer para evitar someterse a una cirugía articular
Deporte, infiltraciones o suplementos son algunas de las claves frente a esta dolencia

La patología degenerativa articular de cartílago y tendones, aquella que tiene que ver con «el desgaste, generalmente provocado por el sobreuso y a la edad, es la más frecuente en una consulta de Traumatología», explica el doctor Pedro Soler, coordinador de este servicio en el Hospital Quirónsalud Clideba de Badajoz.
El grado más elevado de este desgaste es la artrosis, que puede conllevar la pérdida del cartílago articular, «que es la base de la fricción y cuyas células tienen una capacidad de regeneración tras la lesión muy limitada, casi nula, en el adulto, pudiendo repararse con un tejido cicatrizal que nunca es funcionalmente igual», afirma.
Esta dolencia suele estar asociada a la edad, pero también está presente, y cada vez más, en pacientes jóvenes, de 30 o 40 años, «con lesiones derivadas de patología traumática previa o reumática, y mucha patología deportiva», recuerda el doctor Soler.
Esto explica, en parte, por qué la demanda de cirugía traumatológica «está en aumento».
Pero, ¿qué se puede hacer para esquivar la cirugía? Lo primero, para prevenir la artrosis, «es evitar las sobrecargas articulares, evitando el sobrepeso, el sedentarismo, que propicia rigideces articulares, y fomentando el equilibrio alimentario y la práctica de ejercicio moderado adecuados a la edad y condición física, médica y personal», recomienda el doctor.
Así, «aunque deportes como el crossfit están muy de moda por su gran beneficio sobre el metabolismo y a nivel cardiovascular, sin una preparación y supervisión adecuadas son fuente de lesiones graves que a la larga pueden provocar un mayor desgaste articular», recuerda.
Por eso, Soler recomienda «realizar ejercicios de estiramiento articular adecuado, abdominales y lumbares para tronco y columna (natación suave o ejercicios en el agua ), flexiones en suelo o en barra o ejercicios de flexión y extensión de codos y predominando el numero de repeticiones sobre el peso; bicicleta estática o pedaleo suave sin forzar la pedalada ni aumentar de piñón para cadera y rodilla». Y si lo que le gusta es correr, el traumatólogo aconseja «limitar el numero de kilómetros y el ritmo a las condiciones físicas reales de cada persona sin llegar al límite de las mismas». Es decir, no apuntarse a maratones sin estar preparado.
En caso de lesión deportiva, «dejar pasar el tiempo necesario para que cure».
Una vez que la artrosis ya está presente, «la cirugía articular (prótesis, destrucción y fijación articular, cambio de un eje para equilibrar la carga en una articulación son el final del tratamiento de una enfermedad que ha progresado.
Por tanto, dependiendo del grado de artrosis que se tenga, pueden tener un peso importante, según el doctor, «los tratamientos fisioterapéuticos articulares, los ejercicios de tonificación muscular suave, de estiramiento articular, masoterapia o la hidroterapia».
Los analgésicos no opiáceos tendrán un papel como primer escalón de tratamiento y también en aquellos casos en los que la artrosis esté muy avanzada y las condiciones médicas no aconsejan la cirugía. En este punto son muy importantes «las Unidades de Dolor, con técnicas de bloqueo neurogénico y periarticular», afirma el doctor, que también destaca las técnicas de analgesia intraraticular (infiltraciones) en las que también podemos realizar escalones, desde las más básicas con anestésico local y corticoides de depósito hasta la viscosuplementación (ácido hialurónico), pasando por las infiltraciones de plasma rico en factores de crecimiento plaquetario.
Ahora bien, aunque todas tienen un efecto analgésico, este, como incide el doctor, «puede variar en cada persona en efectividad y tiempo de duración».
En la actualidad, se le está dando mas importancia a la viscosuplementación por su efecto de hidratación sobre la degeneración meniscal y rotura de menisco no bloqueante, aunque, como sostiene el doctor, «no se ha demostrado claramente su efecto reparativo, así como en las artrosis en estadios iniciales y medios».
En cuanto a las infiltraciones de plasma rico en plaquetas o factores de crecimiento, estas como «no tienen un claro efecto reparativo sobre los daños en el cartílago pero si que a la larga pueden retrasar el tratamiento protésico articular por su efecto antiinflamatorio y podría utilizarse para casos no operables por diversas condiciones médicas en los que otros tipo de tratamientos estuvieran contraindicados.
Respecto a si sirve de algo tomar suplementos, Soler afirma que «es que importante saber que la evidencia científica sobre su eficacia es limitada y que para la glucosamina y la condroitina, los más estudiados, hay investigaciones que no les dan más importancia para el control del dolor que un placebo, si bien la práctica clínica diaria nos hace ver que hay pacientes que mantienen un buen control sintomático con estos productos a lo largo del tiempo y que a la vez van ligados a menores cambios radiológicos articulares. Pero siempre deben ser prescritos por un médico, porque pueden interaccionar con anticoagulantes o hipoglucemiantes y dar reacciones alérgicas con el marisco».
¿Es preocupante el chasquido o el ruido de arena?
►El chasquido de las articulaciones es algo normal. Como explica el doctor Soler, «no hay que darle importancia salvo que se acompañe de dolor. Normalmente esos ruidos son provocados por el movimiento capsuloligamentario y no por el roce articular o por el hueso».
Si suena como arena al flexionar las rodillas, tampoco. «No hay que darle importancia si no duele: puede tratarse de ligeras rigideces capsulares al pasar tiempo en la misma posición, o ser causadas por el roce de las bolsas (bursas) que están entre huesos y tendones como protectores de estos y cuyo contenido líquido normal puede sonar al moverse».
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