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Así se diagnostica un nódulo en la tiroides con la tecnología más puntera

Las unidades especializadas ofrecen una asistencia completa y de alta resolución de esta patología

Nudos tiroideos
Es importante mantener un control rutinario de la glándula tiroidesFreepikFreepik

A pesar de que pueda resultar un problema de salud menor, lo cierto es que las cifras no dejan lugar a dudas: más de la mitad de la población padece nódulos tiroideos y no es consciente de ello hasta que, de forma casual, al palpar el cuello o al realizarse alguna prueba de imagen, como por ejemplo una ecografía o una radiografía, se detecta.

Los nódulos tiroideos son abultamientos que surgen dentro de la glándula tiroidea, situada en la base del cuello, que no impiden un correcto funcionamiento del tiroides. Dentro de la tipología propia de los nódulos tiroideos, se encuentran los denominados fríos, determinados por no producir más hormonas de lo normal, y los calientes, que secretan una cantidad excesiva de hormonas tiroideas. «En la inmensa mayoría de los casos son asintomáticos y benignos, por lo que no precisan ningún tratamiento, pero existe una posibilidad inferior al 10% de que resulten malignos», explica el doctor Manuel Gargallo, especialista del Servicio de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz y coordinador de su Unidad de Nódulo Tiroideo.

Para optimizar y agilizar el abordaje de esta patología, la unidad de la Fundación Jiménez Díaz ofrece al paciente una asistencia integral y de alta resolución a través de profesionales con gran experiencia que llevan a cabo todo el proceso en el mismo acto asistencial y por parte de un solo facultativo, lo que facilita una «visión global» de cada caso. «Durante la consulta, un experto en patología nodular valorará de forma global el caso, comenzando por la historia clínica y terminando con la realización de una ecografía tiroidea completa», detalla el endocrinólogo. Una vez recopilados todos los datos, el facultativo informará al paciente de si se trata de un nódulo benigno o de si existen dudas, ante lo cual le citará para una punción de citología, cuyos resultados se comunican telefónicamente al paciente en un plazo inferior a una semana. Así, se le citará únicamente para revisiones, en caso de resultado de benignidad, o se le derivará al servicio de Cirugía, si hubiera sospecha. «Estos nódulos indeterminados pueden conllevar un riesgo de cáncer del 40%, por lo que, en la mayoría de los casos, se envían a Cirugía para realizar una biopsia; sin embargo, en más de la mitad de los casos se trata de bultos benignos», matiza el doctor Gargallo.

Diagnóstico eficaz

Para optimizar este escenario, la Unidad de Nódulo Tiroideo de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid ha incorporado recientemente una pionera técnica de diagnóstico molecular con capacidad de predecir con un elevado porcentaje de fiabilidad si este tipo de nódulos son o no benignos, gracias a lo cual se indica la cirugía únicamente en los pacientes con alta sospecha de malignidad. «El nuevo test está indicado en aquellos pacientes en los cuales, tras una punción aspiración el examen de la citología determina que se trata de un nódulo indeterminado, lo que también se conoce como categoría III o IV. La prueba en sí es, para el paciente, exactamente igual que la punción que le han realizado previamente para el examen citológico», explica el especialista, quien detalla que, «con la muestra obtenida de una punción de citología, se realiza un análisis basado en diez marcadores genéticos y el resultado predice en un 95% si un nódulo tiroideo indeterminado es benigno y en un 75% el riesgo de malignidad».

Disponer de este test permite, tal y como asegura el doctor Gargallo, «completar la valoración del nódulo tiroideo con las técnicas más innovadoras a nivel internacional y situar a esta unidad especializada en el más alto nivel de calidad, agilidad y eficiencia asistencial». De hecho, según detalla el especialista, «la enorme ventaja de este test, tanto para el médico como para el paciente, es evitar cirugías innecesarias, con todo lo que ello supone de no exponer al paciente a una intervención que requiere anestesia general y que, como cualquier procedimiento quirúrgico, no está exento de riesgos ni complicaciones».

Cirugía mayor ambulatoria

En caso de que sea necesario pasar por el quirófano, la cirugía del tiroides o tiroidectomía representa la intervención quirúrgica que con más frecuencia se realiza sobre el sistema endocrino y que se basa en la extirpación total o parcial de la glándula tiroides. Actualmente, se trata de una cirugía específica que requiere profesionales altamente experimentados para optimizar sus resultados, de modo que, como apunta el doctor César Ramírez, jefe del Servicio de Cirugía General y Digestiva de Quirónsalud Málaga, primer cirujano andaluz que obtuvo la acreditación Board Europeo en Cirugía Endocrina y que lleva apostando por este modelo desde hace seis años con una experiencia de más de 2.500 cirugías tiroideas.

Ramírez apuesta por el modelo de cirugía mayor ambulatoria que beneficia de forma primordial al paciente, puesto que favorece su recuperación y no precisa ingreso posoperatorio; y, también, significa un claro avance para el sistema de salud que disminuye el gasto sanitario al reducir el coste por proceso y mejorando su eficacia, ya que rebaja el volumen de hospitalización. Pero en estos casos, la especialización resulta crucial, ya que, según apunta Ramírez, «las sociedades científicas recomiendan que la realicen cirujanos que intervengan de media al menos 50 casos al año. Así se minimiza el riesgo de complicaciones como la disfonía, que es la alteración de la voz por lesión o manipulación inadecuada del nervio recurrente; y la hipocalcemia, que supone la presencia de niveles bajos de calcio en sangre por traumatismo de las glándulas paratiroideas que se localizan junto las del tiroides».