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Bienestar

Dejando de normalizar el bruxismo porque hay alternativas

ABB Medicina Estética propone un tratamiento con bótox en los músculos maseteros para aliviar el dolor que provoca, suavizando las líneas mandibulares

Dejando de normalizar el bruxismo porque hay alternativas ABB Medicina Estética

Dolor mandibular, desgaste dental, tensión constante en el rostro... El bruxismo, ese hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes, especialmente durante el sueño, afecta a millones de personas en el mundo. Pero más allá del daño físico evidente, este trastorno conlleva consecuencias silenciosas que pueden deteriorar significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen.

El bruxismo no solo erosiona el esmalte dental o tensa los músculos faciales; su impacto se extiende al bienestar emocional, la calidad del sueño y el equilibrio estético del rostro. Quienes lo sufren suelen convivir con fatiga crónica, insomnio, migrañas persistentes y una sensación generalizada de malestar. Esto repercute directamente en su capacidad de concentración, rendimiento laboral y en su estado de ánimo.

Desde ABB Medicina Estética explican este problema directo al bienestar y estilo de vida porque «Las personas con bruxismo no descansan bien y esto desencadena una cadena de consecuencias: ansiedad, irritabilidad, estrés acumulado. Es una afección mucho más profunda de lo que parece», explica Antonio Barrio Omeñaca, Doctor Especialista en Medicina Estética y director responsable del tratamiento en ABB Estética.

Una mirada integral: salud, estética y equilibrio emocional

El tratamiento del bruxismo ha evolucionado. Ya no se aborda únicamente desde la odontología tradicional. Hoy, clínicas especializadas integran enfoques médicos, estéticos y emocionales para ofrecer soluciones reales y sostenibles.

Uno de los métodos más eficaces y en auge es el uso de toxina botulínica (más conocida como bótox) en los músculos maseteros. Esta técnica, inicialmente reservada para tratamientos estéticos, ha demostrado ser altamente eficaz para pacientes con bruxismo. Al inyectarse de forma precisa, la toxina reduce la actividad muscular excesiva, aliviando el dolor, previniendo el desgaste dental y suavizando las líneas mandibulares.

«Al bloquear las señales nerviosas que provocan la contracción excesiva, se logra una relajación progresiva del músculo. Esto no solo elimina el dolor, sino que mejora el sueño y disminuye los niveles de estrés», señala el Dr. Barrio.

Además, el procedimiento aporta beneficios estéticos visibles. La hipertrofia de los músculos maseteros, común en quienes aprietan constantemente la mandíbula, suele dar al rostro un aspecto ancho y tenso. Tras el tratamiento, el contorno facial se suaviza, aportando armonía y una apariencia más descansada. Es un efecto que no solo mejora la imagen externa, sino también la autoestima y la percepción de uno mismo.

Alivio visible desde la primera sesión

Aunque los efectos de la toxina botulínica no son permanentes, sus beneficios se sienten desde la primera aplicación. La mayoría de los pacientes experimenta una mejora sustancial en el descanso nocturno, menor tensión mandibular y una notable reducción del dolor. «El feedback que recibimos tras la primera sesión es muy positivo. Nuestros pacientes no solo nos hablan de un alivio físico, sino también de una sensación de bienestar renovada. Vuelven a dormir bien, a concentrarse mejor y a verse en el espejo con más confianza», comentan desde la clínica. Una de las respuestas que destacan y recuerdan mucho desde la clínica es que uno de sus pacientes con Bruxismo crónico había sentido un alivio equivalente a «20 kilos de encima».

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Autocuidado consciente en tiempos de estrés

En un contexto donde el estrés y la hiperexigencia son moneda corriente, muchos pacientes encuentran en este tratamiento una forma concreta de autocuidado. «El bruxismo está íntimamente relacionado con la ansiedad. Por eso, abordarlo solo desde lo físico es quedarse a mitad de camino. Debemos tratarlo también desde la salud mental y emocional», subrayan los expertos.

Y es que para muchos, esta terapia no es solo una solución médica o estética, sino una decisión consciente de priorizarse, de escuchar su cuerpo y de recuperar su bienestar integral.Para quienes han convivido durante años con dolor mandibular o insomnio sin buscar ayuda, el mensaje desde las clínicas especializadas es rotundo: no lo normalices. «El bruxismo tiene solución. Lo importante es buscar asesoramiento profesional y optar por tratamientos integrales que no solo traten los síntomas, sino que devuelvan armonía al cuerpo, a la mente y a la imagen».

Por su parte, desde ABB Medicina Estética, ubicado en Calle de Levante 10, en Madrid, están convencidos en que la belleza no solo se trata de la apariencia externa, sino también de un sentido de bienestar interno donde la persona se sienta invertir en salud, en descanso y en equilibrio no es un lujo. Es una forma de reconectar con uno mismo.