Dietas
Descubre el sencillo hábito que acelera tu metabolismo y potencia la pérdida de peso
Cuanto más acelerado esté nuestro metabolismo, más calorías quemaremos y más peso podremos perder
Si hablamos de adelgazar, la distancia entre la teoría y la práctica es enorme. En teoría, lo único que hay que hacer para adelgazar es comer menos de lo que consumimos, creando un déficit calórico que fuerce a nuestro organismo a absorber energía del tejido adiposo almacenado en nuestro cuerpo. Sin embargo, esto no es nada fácil de conseguir en la práctica.
Si adelgazar fuera fácil, no habría tantas dietas extravagantes como la dieta de la piña, la dieta de la alcachofa o la dieta del pomelo, etc. La razón por la que ninguna de ellas funciona es esencialmente la misma. Es decir, que todas ellas (las más razonables, al menos) cumplen con la parte teórica a la perfección... pero cuando se trasladan a la práctica, resultan del todo imposibles.
Cualquiera de estas dietas planteará un régimen de alimentación que -efectivamente- fuerza el déficit calórico. Sin embargo, no hay manera de mantenerlas en el medio y en el largo plazo, porque bajar de peso y, sobre todo, mantenerlo… exige un cambio permanente en nuestro estilo de vida. Afortunadamente, existen varias estrategias fundamentadas en nuestro conocimiento acerca del funcionamiento de nuestro organismo, que nos pueden ayudar en nuestra batalla por mantener la línea. Lo que puede hacer que sea mucho más sencillo.
Uno de los elementos -a menudo ninguneado- que más influencia tiene en el proceso de déficit o superávit calórico, o sea, en el proceso de bajada o subida de peso es el metabolismo. Si conseguimos acelerar nuestro metabolismo, podremos aumentar nuestro consumo de calorías y, por lo tanto, facilitar la pérdida de peso. En el artículo de hoy, compartimos una forma muy sencilla de favorecer la “aceleración del metabolismo”. Pero antes vamos a explicar de forma más o menos detallada a qué nos referimos con eso de “acelerar el metabolismo”.
¿Qué es el metabolismo?
El metabolismo es un término que describe el conjunto de reacciones bioquímicas que se producen dentro de los organismos vivos para convertir la energía que luego utiliza para desempeñar todas sus funciones. El cuerpo humano depende de su metabolismo para respirar, pensar, digerir, hacer circular la sangre, mantenerse caliente cuando hace frío y mantenerse fresco cuando hace calor, para la reparación de los tejidos corporales, etc.
El metabolismo se compone de dos procesos complementarios: el catabolismo y el anabolismo. El catabolismo se refiere al conjunto de reacciones que descomponen las moléculas para obtener energía, mientras que el anabolismo es el proceso que utiliza la energía adquirida para construir componentes esenciales de las células, como las proteínas, que son fundamentales para la estructura celular, y los ácidos nucleicos, que son cruciales para la función genética y la replicación celular.
La velocidad o tasa a la que se lleva a cabo el metabolismo de un individuo, conocida como tasa metabólica, tiene un papel significativo en la pérdida o el aumento de peso. Una tasa metabólica más alta puede conducir a una mayor descomposición y utilización de energía, lo que puede hacer que sea más sencillo llegar al déficit calórico y, por lo tanto, bajar de peso.
Un sencillo hábito para acelerar el metabolismo:
Aunque no hay una gran cantidad de pruebas científicas que respalden directamente la afirmación de que beber agua ayuda a perder peso, varias investigaciones han demostrado que incluir agua en nuestra dieta diaria puede aumentar el gasto energético del cuerpo. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Fribourg encontró una relación entre el consumo de medio litro de agua y un aumento del 30% en la tasa metabólica del cuerpo, o sea, que beber agua puede acelerar la quema de energía hasta en un 30%.
Otros estudios han mostrado que es posible aumentar el consumo de energía si hacemos que la termogénesis juegue a nuestro favor. La termogénesis es el proceso por el que nuestro cuerpo consume calorías para generar energía calórica. Para conseguir esto, solo hay que beber agua a una temperatura más baja que nuestra temperatura corporal. Así, nuestro organismo quemará calorías para elevar la temperatura del agua. O sea, que beber agua fría puede ser una forma simple de quemar más calorías.
Otras investigaciones han explorado la relación entre la ingesta de agua y la pérdida de peso, y han concluido que las personas que siguen una dieta y consumen medio litro de agua antes de cada comida tienden a perder más peso que las que no lo hacen. Esto podría deberse al efecto saciante del agua que puede hacer que te sientas más lleno y, por ende, consumas menos comida.
Sin embargo, si bien es recomendable beber agua antes de las comidas, también es recomendable evitar hacerlo durante las comidas, porque eso podría ralentizar la digestión. En resumen,
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