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Opinión

La búsqueda de la inmortalidad (9)

La ciencia de la longevidad está experimentado un crecimiento impresionante en los últimos años

Dieta, longevidad y envejecimiento Freepik

Para finalizar con este capítulo debemos establecer un futuro más realista para el campo de la longevidad. La inmortalidad es tentadora, pero no llegará pronto. Tampoco lo es vivir hasta los 150 años. Algunos vivirán hasta los 100, pero seguirán siendo la excepción.

La forma en que la investigación sobre la longevidad podría impulsar el campo podría parecerse mucho a los tratamientos que ya tenemos. Para las personas con alto riesgo de enfermedades cardiovasculares, las estatinas son un tipo de fármaco para la longevidad, igual que la quimioterapia en el caso de quienes padecen ciertos tipos de cáncer.

La ciencia de la longevidad está experimentado un crecimiento impresionante en los últimos años. Cada vez se escucha a más expertos aconsejando nutrientes, fármacos o actuaciones, sin embargo, aunque es probable que aún queden muchos tratamientos prometedores por identificar, tardarán décadas en llegar a los ensayos clínicos.

Incluso los académicos más optimistas temen que esta área se haya obsesionado demasiado con unos pocos fármacos y ajustes del estilo de vida que llevan años investigándose, mientras se descuida la investigación básica que podría revelar nuevas vías para ralentizar el envejecimiento.

Es probable que el futuro se parezca más al mundo en el que descubrimos que la rapamicina –un fármaco que puede alargar la vida de los ratones y ayudar a los humanos a evitar el rechazo de un nuevo órgano– también puede tratar la enfermedad periodontal de los pacientes ancianos. Podría significar que las personas que toman un fármaco regulador del azúcar en sangre como la canagliflozina sufren menos infartos y cánceres. Al final se trata de tener mejor salud en los últimos años de nuestras vidas.