Informe

El 38,6% de los pacientes con cáncer de pulmón espera más de tres semanas desde la biopsia hasta los resultados

Denuncian demoras y falta de información en torno al diagnóstico molecular en este tumor.

Radiografía de cáncer de pulmón
Radiografía de cáncer de pulmónFREEPIKFREEPIK

El 30,7% de los pacientes con cáncer de pulmón esperaron más de dos semanas desde que recibieron el diagnóstico hasta que les solicitaron la prueba de biomarcadores y casi el 38,6% vieron cómo transcurrían más de tres semanas desde la biopsia hasta los resultados.

A la demora se la une la falta de información. Así, durante el diagnóstico esta fue mejorable para una de cada tres personas (30,3 %) y el 58,2% de los pacientes reconoce tener dificultades para comprender el diagnóstico bien por disponer de poco tiempo para procesar la noticia o bien por no tener una información clara.

Estas son algunas de las conclusiones del estudio «Biomarcadores: experiencia y conocimiento de las personas con cáncer de pulmón», elaborado por la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (AEACap) y la Fundación Más Que Ideas, a partir de una encuesta realizada a 148 personas diagnosticadas de cáncer de pulmón (el 62,3% en estadio IV).

Unas demoras incomprensibles si se tiene en cuenta la letalidad de este tumor y que se suele diagnosticar en fase III y IV. Y no solo.

Pese a la importancia de l prueba molecular, el 74,8% de los encuestados se había realizado la prueba de biomarcador; un 17,7% no sabe si su tumor ha dado positivo para algún biomarcador, y el 7,5% afirma que no les hicieron esa prueba, según los datos presentados por Bernard Gaspar, presidente de AEACap.

De hecho, «solo el 52% de los participantes recibió información por parte del equipo médico sobre los biomarcadores y/o el diagnostico molecular», añade Diego Villalón, trabajador social y vocal de Fundación Más Que Ideas.

Y la información durante el proceso de diagnóstico resulta crucial, ya que ayuda a que los pacientes tengan mayor control y participen en la toma de decisiones sobre su tratamiento.

«Esta prueba habría que hacérsela al 100% de los pacientes, ya que al 50% les podemos identificar alteraciones moleculares que desencadenan el tumor y darles un tratamiento específico», explica a una pregunta de este suplemento José Luis González Larriba, catedrático de Oncología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y miembro de la Junta Directiva del Grupo Español del Cáncer de Pulmón (GECP).

"Y hay que hacérsela a todos los pacientes porque" los que se pueden beneficiar "no tienen ninguna característica clínica que los diferencie", añade.

Y no es algo precisamente muy caro. «Hace unos años costaba 3.000 euros secuenciar 40 o 50 genes. Ahora a los hospitales se les cobra mil. Pero si la hiciéramos en los hospitales costaría 300, 400 o 500 euros, que es lo que cuesta un TAC. Además, así podríamos no gastar en otras pruebas".

Preguntado sobre por qué no se hace a todos los pacientes, González Larriba explica que es "por un problema organizativo. A lo mejor no tiene que hacerse en todos los hospitales, pero sí en el de al lado para que todos los pacientes tenga acceso a ella», añade.

"Con el tratamiento adecuado -prosigue- lograremos que el paciente viva muchos más años y mejor. Muy próximos al 100% de los hospitales españoles cuando hacen estudio molecular no lo hacen porque esté en la cartera de servicios, sino que lo hacen debido fundamentalmente a la ayuda de la industria farmacéutica y de los ensayos, y esa ayuda puede terminar. En GECP intentamos y elaboramos un documento para tratar de presionar a la Administración" para que lo promuevan porque se necesitan hacer estas pruebas a los pacientes.

"El cáncer de pulmón son muchas enfermedades. Eso nos tiene que quedar claro", enfatizó María Dolores Lozano, jefa de Servicio de Anatomía Patológica de la Clínica Universitaria de Navarra y presidenta electa de la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP-IAP).

"Es impensable que en enero de 2024 no se diagnostique bien el cáncer de pulmón", incide la patóloga.

"Para hacerlo comprensible, las células de una persona están muy bien y luego se vuelven locas por el tabaco, por la polución o por que sí, y cambia el ADN. Se producen mutaciones y se produce proceso de cáncer. No es difícil la secuenciación, lo difícil es tomar una muestra bien, el resto es un aparato", añade.

Mª Ángeles Marín, paciente con cáncer de pulmón, explica que lo primero que pensó tras el diagnóstico fue "que no me iba a comer las torrijas esa Semana Santa" y reconoce que no supo que le habían hecho las pruebas, solo vio en el documento el tipo de tumor y que era en fase IV. Por eso, considera que es necesario más información al paciente, algo en lo que ayuda la figura de "la enfermera de enlace".

"Porque cuando te diagnostican entras en shock, es un tsunami que arrasa todo, tu vida familiar, social, laboral porque crees que te vas a morir en poco tiempo" y el paciente necesita un acompañamiento, que le expliquen bien las cosas en consulta, "pero no el primer día".