Dermatología

Consiguen regenerar tejidos con Indiba

Reduce la extensión del área dañada y mejora la piel con patologías que impiden la cicatrización normal como el pie diabético

El trabajo emplea la frecuencia específica de 448kHz de Indiba
El trabajo emplea la frecuencia específica de 448kHz de IndibaARCHIVOLA RAZÓN

Se le conoce mayoritariamente por sus aplicaciones en el campo de la estética y la rehabilitación, pero ahora un equipo de científicos del Laboratorio de Fotobiología y Bioelectromagnetismo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, y personal investigador de su Instituto de Investigación Sanitaria, han logrado con esta tecnología «made in Spain» la regeneración de los tejidos.

Hablamos de los dispositivos de radiofrecuencia Indiba que, aplicados en pieles lesionadas, como en aquellas con problemas de cicatrización, favorece la proliferación y migración de queratinocitos y fibroblastos, es decir, los principales tipos de células implicadas en la regeneración cutánea.

El estudio, in vitro, liderado inicialmente por Alejandro Úbeda-Maeso, y en la actualidad, por María Luisa Hernández-Bule, prueba que las terapias de transferencia eléctrica capacitiva-resistiva (CRET, por sus siglas en inglés), que es como se denomina, estimulan la proliferación de células madre humanas en tejidos lesionados.

Los estudios sobre regeneración de heridas con esta terapia, en los que se lleva trabajando durante cinco años desde el hospital madrileño, han revelado las bases biológicas por las que esta tecnología podría acelerar la regeneración de tejidos dañados por la radioterapia, algo difícil de lograr con las anteriores técnicas, así como impulsa la cicatrización más rápida de heridas post-cáncer y otras heridas de difícil cicatrización. Esta regeneración rápida de las heridas es fundamental para la recuperación física y emocional de los pacientes, ya que les permite de manera más inmediata retomar sus vidas y además, evitar complicaciones relacionadas con los tratamientos de radioterapia (por el daño de tejidos ocasionado por la radiación) o reducir los tiempos de cicatrización tras una operación o una lesión dérmica.

«No podemos estar más satisfechos tras cinco años de estudio y estamos en disposición de mejorar muy notablemente la piel de pacientes con patologías que impiden una normal cicatrización de heridas como pie diabético, patología vascular o de aquellos con cáncer, sometidos a radiación, mastectomía, entre otros. Estamos ofreciendo una terapia que ayudará física y psicológicamente en la evolución de la enfermedad en una fase crítica, que es la de finalización del tratamiento y la reconstrucción de su vida», cuenta Hernández Bule.

Muchas enfermedades afectan la integridad de la piel, como cáncer, diabetes o patologías vasculares

Gracias a la colaboración con la multinacional española se ha conseguido en una fase crucial en la regeneración de tejidos, la proliferación de células madre mesenquimales presentes en todos los tejidos adultos y que participan en las tres fases de regeneración de heridas: inflamatoria, proliferativa y de remodelación, promoviendo la cicatrización.

Por otro lado, los estudios realizados con células cutáneas han mostrado que esta tecnología favorece la cicatrización correcta de las lesiones, al promover el cierre de las capas internas de la piel antes que las externas, evitando una cicatrización anormal, necrosis o infecciones. Esto abre la puerta a la posibilidad de curación de lesiones crónicas, logrando el cierre completo de heridas que no responden a otros tratamientos, y aumentando la elasticidad de los tejidos dañados.

Tanto es así que el Ramón y Cajal se encuentra en estos momentos trabajando en un ensayo clínico en pacientes con heridas crónicas, una vez demostrada la eficacia del tratamiento in vitro. Según Hernández Bule «actualmente estamos aplicando esta tecnología en pacientes con heridas de difícil cicatrización como úlceras vasculares y de pie diabético, en colaboración con el Servicio de Angiología y Cirugía Vascular y el Servicio de Dermatología del hospital, y estamos muy esperanzados en los resultados que se puedan obtener del estudio».

El estudio demuestra una aceleración de la recuperación, además de analgesia y acción antiinflamatoria

«Empezamos a reclutar en enero y el ensayo en marzo. Llevamos mes y medio tratando. El trabajo va a tener unos 150 pacientes y estamos en una fase exploratoria para ver en qué úlceras responde mejor (unos 20 pacientes) para, después, empezar otra más amplia con las mejores condiciones que hayamos encontrado y que esperamos que dure un año o año y medio», prosigue.

Pero también planean nuevas aplicaciones: «Como tiene efectos antiinflamatorio esta terapia a nivel dérmico podría tener aplicaciones con patologías relacionadas con procesos inflamatorios de la piel, como por ejemplo la dermatitis atópica o la psoriasis. También hemos visto que reduce la fibrosis, fue otro de los estudios que se hizo en los fibroblastos, y en la cicatrices hipertróficas serían de utilidad», adelanta la experta.