Cáncer de piel

Crece la incidencia del melanoma en adultos jóvenes

Es la segunda causa de muerte entre los 20 y los 40 años, después de los accidentes de tráfico

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MelanomaLa Razón

Cuando hablamos de melanoma cutáneogeneralmente pensamos en personas mayores, sin caer en la cuenta de que esta enfermedad cada vez entiende menos de edades. En las dos últimas décadas, la incidencia de esta dolencia no ha dejado de crecer en nuestro país y lo ha hecho de manera llamativa en adultos jóvenes. A pesar de que el grupo con mayor incidencia es el de mayores de 55 años, que registra más de la mitad de los casos, en los últimos años se ha observado un repunte importante en edades más tempranas. «El melanoma es el cáncer de piel más agresivo y, aunque sigue siendo más frecuente en personas mayores, se observa un incremento a edades más tempranas. Entre los 20 y los 40 años, es la segunda causa de muerte, después de los accidentes de tráfico», destaca la doctora Reyes Gamo, dermatóloga de la AEDV (Asociación Española de Dermatología y Venereología) y coordinadora de la campaña euromelanoma en Madrid.

Es evidente que la posibilidad de padecer melanoma aumenta con la edad, pero este repunte de los casos en la población más joven podría deberse a los nuevos hábitos de exposición solar. «El principal factor de riesgo de desarrollo de un melanoma, a cualquier edad, es la exposición a la luz solar y el uso de lámparas o cámaras bronceadoras. Probablemente este incremento de la incidencia en personas más jóvenes se deba al aumento a las exposiciones al sol, especialmente las intermitentes, en las que no se adoptan las medidas adecuadas de protección. Cada vez se realizan más actividades al aire libre y, además, la vestimenta que se utiliza ahora es menos protectora», apunta el doctor Eduardo López Bran, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos y director del Instituto de Enfermedades y Cirugía de la piel.

Durante las dos primeras décadas de vida se acumula entre el 50 y el 80 % del fotodaño cutáneo

Junto a la exposición inadecuada al astro rey y el uso de las cabinas de bronceado, haber padecido quemaduras solares durante los primeros años de vida es otro factor de peso, especialmente durante las dos primeras décadas. Es en este periodo -según los expertos- cuando se producen entre el 50 y el 80% del fotodaño cutáneo que, con el paso del tiempo, puede terminar desencadenando la aparición de un melanoma. «Haber sufrido más de tres quemaduras solares antes de los 15 años se relaciona con un incremento en el riesgo de melanoma. Nuestra piel actúa como un cuentakilómetros. Nunca deja de anotar. Cuando se enrojece o se quema, se acelera y va mucho más rápido, pero cuando va más despacio, sigue acumulando a largo plazo. Esa acumulación puede generar manchas, arrugas e incidencia en todos los cánceres de piel», destaca Gamo.

La comunidad médica lo tiene muy claro: el sol es el principal causante de este tumor. La mayoría de los melanomas suceden en la piel expuesta al astro rey o a cabinas de rayos UVA. Concretamente, el uso de cámaras de bronceado tiene -según la Organización Mundial de la Salud (OMS)- el mismo grado de clasificación de producto cancerígeno para el cáncer de piel que el tabaco para el cáncer de mama.

En definitiva, la exposición excesiva a cualquiera de estas radiaciones sin la adecuada protección daña la piel y, cuando los daños son superiores a los que el cuerpo es capaz de reparar, se producen las mutaciones en las células que pueden terminar desencadenando la enfermedad.

No obstante, hay otra causa que explica este incremento en el número de casos: los pacientes acuden antes y con más frecuencia a su dermatólogo, lo que conlleva un aumento de los diagnósticos de melanoma. «Cada vez existe una mayor concienciación por parte de la población en la necesidad de consultar al especialista. Esto hace que haya un incremento de la incidencia, que no tiene por qué conllevar el aumento de la mortalidad. Al contrario, se diagnostican más melanomas en una fase inicial, localizados «in situ», que tienen buen pronóstico y muchas posibilidades de curación. En este caso, cuando no han traspasado la barrera epidérmica, la extirpación quirúrgica será absolutamente curativa», expone López Bran. «El abordaje se complica si el melanoma da la cara cuando ya ha roto la barrera dermoepidérmica y llega a las capas medias de la piel, donde empieza a propagarse a áreas adyacentes o a diseminarse por los vasos sanguíneos linfáticos, produciendo metástasis».

Este cáncer de piel tiene más de un 90% de probabilidades de curación si se detecta en una fase temprana

El melanoma es, por su agresividad, el tumor cutáneo que más importancia tiene, pero tiene más de un 90% de posibilidades de curación si se detecta en un estadio temprano. Encontrar este cáncer de piel cuando se encuentra en sus etapas iniciales, a menudo permite más opciones de tratamiento. «Tenemos que insistir en la necesidad de consulta ante cualquier cambio de una lesión pigmentada. Detectar el tumor in situ, antes de que comience el crecimiento vertical, incrementa de manera significativa las posibilidades de curación definitiva», concluye el jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos.

La buena noticia es que, a pesar del aumento de la incidencia del melanoma, la supervivencia a cinco años desde el diagnóstico ha mejorado de forma significativa en las últimas décadas. Esto se debe –entre otras cosas- a los avances científicos y las innovaciones que se han introducido en este campo. Hace un par de décadas, apenas había opciones terapéuticas para abordar los cánceres de piel que se diseminan por el organismo. Afortunadamente, esto ha cambiado y en la actualidad existen opciones prometedoras tanto para detectar los tumores en sus primeros estadios como para el abordaje de los melanomas más avanzados.

Los dermatólogos cuentan con diferentes recursos para analizar las lesiones cutáneas y comprobar su evolución. «Aparte de utilizar el dermatoscopio, podemos hacer un seguimiento con la dermatoscopia digital –que permite tomar mapas corporales e imágenes dermatoscópicas seriadas para detectar cambios- y utilizar la microscopia confocal de reflectancia in vivo, una técnica que permite hacer un análisis exhaustivo y detectar células de melanoma sin necesidad de extirpar la piel”, explica la doctora Reyes Gamo.

Por otra parte, el abordaje de los tumores cutáneos más complicados también cuenta con opciones muy esperanzadoras. La inmunoterapia ha supuesto un antes y un después en el tratamiento de los melanomas más graves. Estos fármacos, en lugar de atacar al tumor, aumentan las defensas del paciente potenciando su respuesta inmune para que sea su propio organismo el que luche contra las células cancerígenas. Pero los avances van aún más lejos. El doctor Pedro Rodríguez, dermatólogo oncológico del Hospital Ruber Internacional y de la Clínica Dermatológica Internacional, explicó recientemente en El Congreso EADO 2023 (Asociación Europea de Dermato-Oncología) que este tratamiento, administrado para reducir el tamaño del tumor, está ofreciendo óptimos resultados: «En la neoadyuvancia, los fármacos inmunoterápicos se le suministran al paciente antes de operarle y también unos meses después, viéndose que la respuesta contra el tumor es mucho mejor y la supervivencia es mayor. Esto se consigue porque el estímulo del cáncer contra el sistema inmune es mucho mayor antes de operarlo».

Fármacos eficaces

Los expertos se muestran muy optimistas y afirman que en los próximos años se verán mejoras sustanciales en esta línea de fármacos, que ya se están utilizando en muchos tumores y han demostrado ser eficaces.

Hay que mencionar que estas medicaciones tienen algunos efectos secundarios, pero son muy diferentes a los de la quimioterapia clásica (alopecia, vómitos, cansancio…). En este caso, la activación inmune en la piel puede simular enfermedades autoinmunes como el vitíligo o la psoriasis. Pedro Rodríguez asegura que la buena noticia es que los pacientes con estos efectos secundarios cutáneos tienen una tasa de respuesta mayor al tratamiento. “Es decir, que, si un paciente que recibe esta medicación presenta efectos secundarios en la piel, es una señal de que el tratamiento va a funcionar muy bien», asevera.

No obstante, para todos los especialistas el mensaje principal sigue siendo hacer hincapié en la prevención y, sobre todo, en el diagnóstico precoz: «Detectar el tumor a tiempo salva muchas vidas. Los melanomas encontrados en sus primeros estadios se curan», recuerdan.

Más tumores sobre pieles sanas

No conviene relacionar esta enfermedad con las pieles repletas de lunares. Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), solo el 20-25% de los melanomas son detectados sobre nevus (lunares) o lesiones persistentes. El resto (el 75-80%) aparecen sobre piel sana. «Los pacientes que tienen lunares suelen estar muy controlados, porque están pendientes de la evolución de sus lesiones junto a su dermatólogo, especialmente si tienen antecedentes familiares. Sin embargo, hay que tener en cuenta que un porcentaje muy elevado de tumores aparece sin que haya una lesión previa. Debemos hacer una llamada de atención a las personas que notan la aparición de una lesión nueva; deben saber que tienen que acudir al dermatólogo cuanto antes para recibir un diagnóstico precoz y un tratamiento curativo», advierte Eduardo López-Bran.