Hallazgo médico
Descubren una cura genérica contra el cáncer: ataca a cualquier tipo de tumor, aunque no sepa dónde está
Este hallazgo abre la puerta a contar con un tratamiento que no mate células sanas ni sea específico para una clase de cáncer, sino que destruya la mayoría de ellos, en etapas tempranas y sin efectos secundarios
En la actualidad, los principales tratamientos genéricos que se utilizan para tratar el cáncer son la radioterapia y la quimioterapia, muy eficaces con algunos tumores, pero cuyos efectos secundarios pueden ser devastadores. La quimio no "elige", sino que ataca todas las células, sean cancerosas o no. Además, no siempre funciona: no vale para todos los tipos de tumor y la erradicación de las células "malas" se complica cuando el cáncer ha hecho metástasis.
Por eso, los científicos llevan muchos años intentando encontrar un tratamiento contra el cáncer que ataque de forma directa a las células tumorales, sin afectar al resto. Se han hecho grandes avances y existen algunos tratamientos dirigidos. ¿El inconveniente? Suelen tener un enfoque muy específico: solo funcionan en determinadas personas o en tumores muy concretos. Ahora, un equipo de investigadores japoneses ha desarrollado un tratamiento contra el cáncer eficaz contra una gran cantidad de tumores.
El equipo, dirigido por el científico Katsunori Tanaka, del RIKEN Cluster for Pioneering Research (CPR) de Japón, e Hiromitsu Haba, del RIKEN Nishina Center for Accelerator-Based Science (RNC), ha desarrollado una nueva técnica que tiene el potencial de tratar genéricamente varios tipos de cáncer, con menos efectos secundarios negativos que los métodos disponibles hoy día.
Así lo afirman en el estudio de prueba de concepto publicado hoy en la revista Chemical Science. En él aseguran que los tumores en ratones crecían casi tres veces menos y la supervivencia era del 100% tras una sola inyección de un compuesto diseñado para emitir pequeñas cantidades de radiación alfa desde el interior de las células cancerosas, matándolas pero preservando el tejido sano.
Los autores explican que existen algunos tratamientos dirigidos, pero no pueden aplicarse a todos los tipos de cáncer. "Una de las mayores ventajas de nuestro nuevo método", asevera Tanaka, "es que se puede utilizar para tratar muchos tipos de cáncer sin necesidad de vectores específicos, como anticuerpos o péptidos".
Una alternativa a la quimio que detecta e "ilumina" el cáncer
La nueva técnica se basa en la química básica, y en el hecho de que un compuesto llamado acroleína se acumula en las células cancerosas. Hace unos años, el equipo de Tanaka utilizó una técnica similar para detectar células individuales de cáncer de mama. Unieron un compuesto fluorescente a un tipo específico de azida, una molécula orgánica con un grupo de tres átomos de nitrógeno (N3) en el extremo.
Cuando la azida y la acroleína se encuentran en el interior de una célula cancerosa, reaccionan y el compuesto fluorescente se ancla a las estructuras internas de la célula. Dado que la acroleína está casi ausente en las células sanas, esta técnica actuó como una sonda para iluminar las células cancerosas del organismo.
En el nuevo estudio, en lugar de limitarse a detectar las células cancerosas, el equipo se centró en destruirlas. La lógica era bastante sencilla. En lugar de unir la azida a un compuesto fluorescente, la unieron a algo que puede matar una célula sin dañar las células circundantes. Decidieron trabajar con astatina-211, un radionucleido que emite una pequeña cantidad de radiación en forma de partícula alfa cuando se desintegra.
En comparación con otras formas de radioterapia, las partículas alfa son un poco más mortíferas, pero sólo pueden viajar una vigésima parte de un milímetro y pueden ser detenidas por un trozo de papel. En teoría, cuando la astatina-211 se ancla al interior de una célula cancerosa, las partículas alfa emitidas deberían dañar la célula cancerosa, pero no mucho más allá.
Una vez que el equipo descubrió la mejor forma de unir la astatina-211 a la sonda de azida, pudo realizar un experimento de prueba de concepto para comprobar su teoría. Implantaron células tumorales de pulmón humano en ratones y probaron el tratamiento en tres condiciones: inyectando simplemente astatina-211 en el tumor, inyectando la sonda de astatina-211-azida en el tumor e inyectando la sonda de astatina-211-azida en el torrente sanguíneo.
Comprobaron que, sin la sonda azida, los tumores seguían creciendo y los ratones no sobrevivían. Como era de esperar, cuando se utilizó la sonda de azida, los tumores crecieron casi tres veces menos y sobrevivieron muchos más ratones: el 100% cuando se inyectó en el tumor y el 80% cuando se inyectó en la sangre.
"Descubrimos que una sola inyección en el tumor con sólo 70 kBq de radiactividad era extremadamente eficaz para dirigir y eliminar las células tumorales", afirma Tanaka. "Incluso al inyectar el compuesto de tratamiento en el torrente sanguíneo, pudimos lograr resultados similares. Esto significa que podemos utilizar este método para tratar cánceres en estadios muy tempranos aunque no sepamos dónde está el tumor", concluye.
La versión con sonda fluorescente de esta técnica ya se está probando en ensayos clínicos como forma de visualizar/diagnosticar el cáncer a nivel celular. El siguiente paso es encontrar un socio e iniciar ensayos clínicos con este nuevo método para tratar el cáncer en humanos.
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