
Investigación
Dos fármacos que combaten el riesgo cardiovascular, ¿los nuevos aliados frente al hígado graso?
Una investigación de la Universidad de Barcelona revela que la acumulación de grasa en el hígado se reduce en modelos animales de enfermedad hepática metabólica gracias al uso de dos medicamentos aprobados para otras patologías

Una de cada cuatro personas tiene hígado graso en España, una enfermedad en auge que constituye la tercera causa de cáncer de hígado. A nivel mundial, la enfermedad hepática metabólica afecta a un tercio de la población adulta. Se produce por una acumulación de grasa en el hígado bien debido a que se produce en exceso o a que disminuye su eliminación. Esta acumulación tiene consecuencias hepáticas graves, y además, está relacionado con un elevado grado de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
Los principales factores de riesgo en el desarrollo del hígado graso asociado a la disfunción metabólica (también llamado hígado graso no alcohólico) es la presencia de diabetes tipo 2, hipertensión arterial, obesidad y dislipemia (la alteración en los niveles de grasas en sangre. Es decir, colesterol y triglicéridos).
Pues precisamente un estudio de la Universidad de Barcelona publicado en la revista "Pharmacological Research" muestra que el pemafibrato (un fármaco reductor de lípidos aprobado en Japón para el tratamiento de la dislipemia) y el telmisartán (utilizado para tratar la hipertensión arterial) reducen de forma efectiva la acumulación de grasa en modelos animales de laboratorio con enfermedad hepática metabólica.
Además, la investigación sugiere que esta combinación de medicamentos podría contribuir a la disminución tanto de la afectación hepática como de las complicaciones cardiovasculares asociadas, ya que reduce la presión arterial y los niveles de colesterol.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores confirmaron la eficacia de los fármacos aplicándolos primero a un modelo de rata de la enfermedad y, posteriormente, a un modelo de larvas de pez cebra.
Los resultados muestran que la combinación de ambos fármacos revierte la acumulación de grasa en el hígado inducida por una dieta rica en grasas y fructosa.
Además, se ha observado que, en el modelo de rata, la administración combinada de media dosis de pemafibrato y media de telmisartán es igual de eficaz que la dosis completa de cualquiera de los dos fármacos a la hora de reducir la acumulación de grasa.
Estos resultados abren la puerta al desarrollo de tratamientos más seguros y efectivos para esta enfermedad, para la que las opciones terapéuticas actuales son muy limitadas.
La investigación, realizada por un equipo liderado por Marta Alegret, catedrática de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la UB, el Instituto de Biomedicina de esta misma universidad (IBUB) y el Área de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición del Ciber (CiberOBN), ahonda en la idea de la importancia que tiene reutilizar fármacos, una estrategia prometedora y económica, que está despertando cada vez más interés científico.
Hasta ahora, la mayoría de los compuestos nuevos estudiados para el tratamiento de la enfermedad hepática metabólica (Masld, por sus siglas en inglés), antes conocida como enfermedad del hígado graso, han fracasado en ensayos clínicos por diversos motivos, entre los que destacan los problemas de seguridad.
En ese contexto, la reutilización de fármacos con un perfil de efectos adversos ya conocido y aceptable en humanos se presenta como una estrategia atractiva, segura y más económica. Este reposicionamiento terapéutico resulta especialmente interesante en las fases iniciales de la enfermedad, generalmente asintomáticas.
«Nos hemos centrado en estas fases con el objetivo de prevenir la evolución de la enfermedad hacia estadios de mayor gravedad. Pero, para que un fármaco pueda ser utilizado en estas etapas tempranas, debe presentar un buen perfil de seguridad en humanos», explica en un comunicado Marta Alegret.
«Por eso hemos estudiado medicamentos ya comercializados para otras patologías, que han demostrado ser muy seguros y que podrían tener un potencial beneficioso en el tratamiento de la Masld», añade.
A pesar de estos prometedores resultados, los investigadores apuntan que, al tratarse de un estudio con modelos animales, todavía están lejos de los pacientes y es que se necesitan aún estudios clínicos que reproduzcan estos beneficios observados también en humanos.
En cualquier caso, los resultados abren nuevos interrogantes, como si los fármacos serán igualmente efectivos en fases más avanzadas de la enfermedad, cuando hay fibrosis. Por eso, el equipo investigador ya trabaja en nuevos estudios con modelos animales de fibrosis hepática inducida a través de la dieta.
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