Salud
Eliminar el gas radón de casa, más barato que renovar el baño
Realizar mediciones cuesta unos 100 euros y, en caso de tener que poner medidas, unos 3.000 euros aproximadamente
La exposición al radón aumenta el riesgo de cáncer de pulmón. Y dado que no se puede oler, ver ni saborear, la única manera de saber con certeza si existe un problema de radón en la vivienda es medir.
Al ser más pesado que el aire, se concentra con mayor facilidad en garajes, bodegas y otras zonas en contacto directo con el terreno. La temperatura, la presión atmosférica y la humedad influyen en su presencia, no solo el terreno. Así, las bajas presiones favorecen la emanación de radón, mientras que las altas la dificultan. La humedad puede hacer disminuir o aumentar la permeabilidad del mismo y dificultar o favorecer su salida. Y en invierno, los niveles son más elevados.
Para saber la concentración de becquereles, es importante realizar mediciones que «cuestan menos de 150 euros», afirma José Miguel Rodríguez, director del Instituto para la Salud Geoambiental. Y si los niveles salen elevados, existen diferentes técnicas para reducirlos como instalar un sistema de evacuación mecánica del radón en el sótano; sellar pisos y paredes, etc.
«Instalar dos detectores de radón en una vivienda unifamiliar puede costar 100 euros y, según lo que haya, la solución más cara, y a la vez más efectiva, que consiste en una arqueta de succión, 2.500-3.000 euros», precisa Alberto Ruano, miembro de la Separ, que explica que «algunos municipios gallegos ofrecen hacer mediciones gratuitas a los vecinos» y que «en Reino Unido el comprador se queda con 2.000 euros para medir el radón y si lo hay poder usarlo, y si no se devuelve».
«Cuesta menos arreglar el problema del radón en casa que reformar el baño que mínimo son 6.000 euros. Eliminamos el problema para siempre por unos 4.000 euros, según el tamaño de la casa. Y tardamos en esta actuación, una semana, menos que el baño y no hace falta irse de casa», dice Rodríguez.
En el caso del sistema de Murprotec, «se instala en unas horas y desde su encendido comienzan a bajar los niveles de radón en la estancia. Al tratarse de un sistema de ventilación mecánica forzada, el aire cargado de gas radiactivo es expulsado al exterior desde el minuto cero. En cuanto al coste, todo dependerá de los metros cuadrados a tratar y de las características de cada vivienda, pero es un coste asumible y mucho más económico y fácil de instalar que otras soluciones que requieren grandes obras», afirma Miguel Ángel Leite, director de Murprotec Zona Noroeste.
¿Y si compro una casa nueva puedo estar tranquilo? «Si es con licencia de obra después de 2019, sí. Para toda la anterior, habrá que aportar mediciones», dice Francisco Javier Méndez, director del Gabinete Técnico del Colegio de Aparejadores de Madrid. Discrepa Ruano: «Si te compras una casa nueva yo me preocuparía de medir el radón», un gas que «aumenta entre 1,5 y 2 veces el riesgo de cáncer de pulmón, y si, además fuma, entre 25 y 30 veces».
¿Sirve ventilar?
Una de las prácticas que Quindós cuestiona que sirva para eliminar el gas radón es la ventilación: «En su día en Cantabria las autoridades hicieron hincapié en que había que ventilar la casa. Cuando la ventilación, si los niveles de radón son elevados, no sirve para nada. Hay que eliminarlo de donde está, del suelo, antes de que llegue a la vivienda».
Opinión que comparte Claudio Moral, director de Desarrollo de Negocio de Molins: «Lo importante es no dejar que entre radón en habitáculo».
Para Ruano, «la ventilación es como un falso amigo. Esa solución me preocupa mucho porque no se soluciona el problema. Si tienes mucha concentración de radón por abrir la ventana no solucionas el problema, para ello tendría que haber un flujo de aire continuo de cuatro horas y luego en invierno habría que calentar la casa. Lo mejor es optar por una solución permanente».
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