Investigación

El ingrediente inesperado de la nueva generación de suplementos alimenticios

Una investigación en Portugal explorará cómo convertir residuos orgánicos en productos frente a la caída del cabello o anti-envejecimiento

El contenedor marrón para residuos orgánicos ya está en marcha en ciudades como Bilbao
Ejercicio físicolarazon

Los residuos orgánicos son restos de materiales de origen biológico que se descomponen de forma natural. A diferencia de los inorgánicos, estos desechos contienen carbono y otros componentes orgánicos. La materia orgánica que depositamos en el contenedor marrón se utiliza para obtener compost (fertilizante natural) o biogás, que se aprovecha para generar energía (eléctrica, térmica o como carburante).

Pero aún no se han explorado todas las posibilidades de este tipo de residuos y, muchos de ellos, siguen sin aprovecharse. Ahora, una investigación portuguesa se ha propuesto explorar su potencial para ofrecer soluciones a problemas como la caída del cabello o el envejecimiento, convirtiéndolos en suplementos alimentarios.

Al frente de esta iniciativa está el investigador portugués Pedro Velho, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Oporto, en el norte de Portugal, cuya idea parte de "valorizar" las cosas que se tiran a la basura y reducir la cantidad de residuos, según explicó a Efe. Además, indicó, este sistema tiene otra ventaja, porque a la hora de generar antioxidantes para crear cremas se puede utilizar la cáscara de fruta en lugar de toda la pieza.

Para aprovechar esos residuos, el científico detalla que se tiene que disponer de "material producido en bastante cantidad y que sea mínimamente estable", porque cuando el componente es "muy pequeño" el proceso resulta muy caro, apuntó el experto.

Encapsular los compuestos

En el caso de la vitamina C, la dificultad que presenta es que "se degrada muy rápido", aunque, agregó, cuando las frutas y verduras están en un régimen más controlado, como en restaurantes o fábricas de zumos, donde no se usa la cáscara, se puede obtener un producto "constante con una calidad parecida a la de los componentes abundantes".

El proceso consiste en tomar los residuos y los cortarlos en trozos pequeños, para luego someterlos a una solución de agua, sal y un disolvente respetuoso con el medio ambiente, que se puede crear a partir del maíz o de proteínas. Al pasarlos por esta mezcla, es más fácil extraer el antioxidante o la vitamina deseada al quedar el líquido dividido en dos capas. Acto seguido, el componente obtenido se "microencapsula": "creamos una matriz, algo sólido que se queda ahí y el antioxidante también se queda en el disolvente", dijo el científico.

Esas microcápsulas pueden ser usadas para combatir la caída del cabello o prevenir el envejecimiento de la piel con antioxidantes que "son muy importantes". Velho indicó que este sistema "bifásico acuoso" tiene aplicaciones conocidas como en la industria textil, aunque suele ser contaminante.

Con su investigación, que forma parte de su proyecto de doctorado, ha creado un "disolvente verde" con una nueva aplicación en el mundo de los suplementos alimentarios. Aunque su análisis está todavía en una etapa muy preliminar, sigue trabajando en encontrar el mejor disolvente, "la mejor combinación para ciertos tipos de vitamina" y luego ver qué es lo que resulta más barato.

Por lo pronto, el próximo paso es intentar aplicar esta investigación al mosto de uva, que "tiene muchos antioxidantes" y con el que "al final no se hace nada".