Avance

Un fármaco contra la obesidad y la diabetes es capaz de frenar el párkinson

Un estudio en fase 2 realizado en pacientes muestra resultados prometedores en esta enfermedad neurodegenerativa

Parkinson
El párkinson afecta a 160.000 españoles DreamstimeDreamstime

La enfermedad de Parkinson es la segunda patología neurodegenerativa más común en el mundo, tan solo superada por el alzhéimer. Y nuestro país no se queda atrás, ya que se estima que alrededor de 160.000 españoles viven con párkinson, una cifra que está al alza derivado del envejecimiento de la población.

En este escenario, buscar nuevas herramientas que logren frenar la progresión de esta enfermedad resulta urgente, de ahí que la investigación científica esté poniendo toda la carne en el asador para avanzar en la carrera frente a esta patología. Y parece que está dando sus frutos, tal y como demuestra el último prometedor estudio que ha publicado la prestigiosa revista científica «The New England Journal of Medecine», en el que se confirma que un fármaco útil frente a la obesidad y la diabetes es capaz de reducir la progresión de los síntomas motores de la enfermedad al menos durante 12 meses.

En concreto, el quid de la cuestión está en la lixisenatida, perteneciente al grupo de fármacos análogos de GLP-1, es decir, similar a la molécula que compone el famoso Ozempic, que está detrás de la pérdida acelerada de peso en pacientes con diabetes y obesidad. Estos medicamentos son los encargados de potenciar la acción de la hormona GLP-1 en el aparato digestivo, pero ya se ha demostrado que también pueden impactar en el cerebro, lo que ha llevado a la comunidad científica a analizar su posible impacto en patologías como el párkinson y el alzhéimer.

Y los resultados parecen positivos, a tenor de los primeros resultados del estudio publicado anoche y elaborado por miembros del Centro de Investigación Clínica de Toulouse, en Francia.

Un estudio prometedor

En el estudio en fase 2 participaron personas a quienes se les diagnosticó párkinson en los últimos tres años y que seguían un tratamiento específico para controlar los síntomas de la enfermedad. En concreto, algunos recibieron lixisenatida subcutánea de forma diaria mientras que otros tomaron placebo durante un año, además de un seguimiento de dos meses. En este escenario, los investigadores buscaban evaluar el cambio desde el inicio en la puntuación de la Escala de Evaluación de la Enfermedad de Parkinson Unificada de la Sociedad de Trastornos del Movimiento (rango, 0 a 132, con cifras más elevadas indicando una mayor discapacidad motora), que se evaluó en pacientes tratados a los 12 meses. Y los resultados parecen halagüeños, ya que "en participantes con enfermedad de Parkinson temprana, la terapia con lixisenatida resultó en una menor progresión de la discapacidad motora que el placebo a los 12 meses en un ensayo de fase 2, pero se asoció con efectos secundarios gastrointestinales", tal y como confirman las conclusiones del estudio publicado en la revista científica.

A pesar de los buenos resultados, los autores advierten de que "se necesitan ensayos más prolongados y de mayor tamaño para determinar los efectos y la seguridad de la lixisenatida en personas con enfermedad de Parkinson".