Día Europeo
Las grasas y los carbohidratos, detrás del aumento de Crohn y colitis
El estrés, el consumo de alcohol y ciertos fármacos pueden empeorar el curso de estas patologías
Retortijones, diarrea, necesidad urgente e imperiosa de ir al baño, fatiga o pérdida de peso son algunos de los síntomas de las personas que sufren una enfermedad inflamatoria intestinal (EII: colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn). Estos síntomas se deben a la inflamación que se produce dentro del tracto digestivo, un mal que sufren más de 300.000 ciudadanos en España (algunas fuentes hablan de 400.000).
Cada año se diagnostican unos 10.000 nuevos casos aproximadamente de esta patología cada vez más frecuente en nuestra sociedad. Los motivos que hay detrás de este aumento se desconocen, pero como dijo hace unos meses Juan Arenas, jefe del Servicio de Aparato Digestivo de la Policlínica Guipúzcoa, «podría estar relacionado con la alimentación».
Con motivo del Día Europeo de la Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa, que se celebra el 13 de mayo, Arenas explica a este suplemento que «el incremento en la incidencia de la EII, un trastorno que implica inflamación de los tejidos del aparato digestivo, se ha asociado con factores ambientales, cambios en el estilo de vida y diagnósticos más precisos. Entre los factores más importantes podemos reseñar la dieta. En concreto, la alimentación alta en grasas y carbohidratos refinados». Es decir, embutido, alimentos fritos, bollería industrial, bebidas azucaradas, harinas blancas, etcétera.
Alimentos prohibidos
En este sentido, el jefe del Servicio de Aparato Digestivo de la Policlínica Guipúzcoa recuerda que, aunque las recomendaciones dietéticas pueden variar según el paciente en cuestión, en general, se aconseja reducir los alimentos citados, incluidos todos los ultraprocesados, así como los «productos lácteos, sobre todo si existe intolerancia a la lactosa y en situaciones de brote o exacerbación de la enfermedad aconsejamos no tomar lácteos».
Ahora bien, «siempre viene bien consultar con un especialista en nutrición para adaptar la dieta a las necesidades individuales», recomienda Arenas.
El especialista también añade que el aumento de casos de Enfermedad Inflamatoria Intestinal también se debe «al estrés, la ansiedad y la depresión, ya que, como en muchas otras enfermedades, pueden empeorar el curso de la EII y están relacionados con un aumento de las tasas de crisis. Es algo difícil de confirmar y asegurar pero sí que es algo que nos comentan los pacientes».
Otros factores que pueden estar detrás de este aumento de casos son, según este especialista, por el «consumo de alcohol, ciertos medicamentos y otros hábitos que dañan la integridad intestinal».
Estas patologías crónicas conllevan una pérdida importante en la calidad de vida para la mayoría de los pacientes si no se logra controlar, algo que le sucede a la mitad de los pacientes.
Afortunadamente, los avances farmacológicos han mejorado el tratamiento de la EII. Es decir, se siguen utilizando fármacos clásicos, pero también se emplean inmunomoduladores y tratamientos biológicos (que son fármacos que actúan a nivel molecular para controlar la inflamación y regular el sistema inmunológico) y han surgido últimamente inhibidores de JAK, que están demostrado gran eficacia.
El problema es que estas afecciones, que pueden aparecer a cualquier edad, suelen debutar en personas jóvenes, de entre 15 y 35 años, siendo diagnosticados casi uno de cada cuatro casos en menores. Por eso es importante predecir qué tratamiento les va a ir mejor y durante más años.
Ahora bien, antes de nada lo importante es realizar un diagnóstico temprano, pues, como explica este doctor, «resulta vital para iniciar un tratamiento adecuado y prevenir complicaciones», ya que, aunque no hay cura para estas patologías, su evolución puede variar en función del tratamiento.
Señal de alarma
En este sentido, es importante estar atento a los síntomas y consultar a un gastroenterólogo si presentamos o un familiar tiene «diarrea persistente: especialmente si es nocturna o contiene sangre; dolor abdominal, como cólicos o molestias recurrentes; sufre una pérdida de peso inexplicable; fatiga constante y sangre en las heces», incide el doctor.
«En niños, además de los síntomas mencionados, es crucial estar atentos a retraso en el crecimiento, pubertad tardía y fiebre recurrente», añade este especialista que recuerda lo importante que es la detección temprana y el tratamiento adecuado, ya que ni la colitis ulcerosa ni la enfermedad de Crohn se curan con dieta o remedios naturales.