Día Mundial del cáncer de riñón
«Hemos multiplicado por cinco la supervivencia del cáncer de riñón»
Sangre en orina (hematuria) asociada a dolor lumbar y una masa palpable en el flanco son los tres síntomas clásicos que se asocian a la presencia de este tumor
El cáncer de riñón es una patología poco conocida. Con motivo del Día Mundial de la enfermedad, que se celebra hoy jueves 19, explicamos los últimos avances clínicos que han transformado su tratamiento, así como del compromiso de la compañía farmacéutica BMS con la investigación en este área, hablamos con los oncólogos Javier Molina y María José Juan.
¿Cuáles son las cifras actuales del cáncer de riñón en nuestro país?
Javier Molina (J.M.) Es el tumor 14º en incidencia en el mundo. O sea, no es uno de los más frecuentes. El diagnóstico de todos los tumores renales en el mundo llega aproximadamente a los 430.000 casos al año. No es un tumor tan incidente, como, por ejemplo, el de mama o el de pulmón y probablemente por eso tampoco se le da tantísima visibilidad, pero sí que es altamente letal como el de la mama, o incluso que el melanoma, que también tenemos todos muy interiorizados.
¿Cuáles son las principales causas de su aparición?
María José Juan (M.J.J.) Los principales factores de riesgo asociados a este cáncer son: el tabaquismo, la hipertensión arterial, la obesidad, la enfermedad renal crónica, una exposición ocupacional a sustancias tóxicas prolongadas y la presencia de factores genéticos o hereditarios (en torno al 3-5%). Algunos estudios han sugerido también el papel de consumo elevado de proteínas animales o exposición a radiación ionizante, aunque sin evidencia concluyente.
¿Qué síntomas deben hacer sonar la señal de alarma?
M.J.J. La tríada típica descrita asociada a este tumor es la presencia de sangre en orina (hematuria) asociada a dolor lumbar y masa palpable en flanco, estando presente como tal únicamente en el 10% de los casos y siendo más frecuente el debut solo con alguno de ellos.
"En cuanto a las estrategias de prevención en este tumor no existe un cribado específico"
¿Hay algo que se pueda hacer para evitarlo?
M.J.J. En cuanto a las estrategias de prevención en cáncer renal no existe un cribado específico, estando fundamentado en la modificación de los factores de riesgo. Dejar de fumar, el control de peso, de la presión arterial, incrementar e instaurar el ejercicio junto a dieta saludable son los pilares fundamentales para ello.
¿Qué avances ha habido a lo largo de los últimos años en el diagnóstico?
J.M. Entre el 50-60% de los tumores renales se diagnostican de forma incidental: una persona viene al hospital porque ha tenido un accidente de tráfico, le hacemos un TAC y le decimos del accidente muy bien, pero te tenemos que quitar un riñón. Afortunadamente diagnosticamos la enfermedad antes de que tenga sintomatología, que suele relacionarse con una enfermedad mucho más agresiva y extendida. En lo que a técnicas diagnósticas se refiere nada ha cambiado en los últimos años: seguimos diagnosticando por pruebas de imagen, sobre todo TAC y resonancia, en algunos casos por la ecografía y en los últimos años con algún avance diferente, algunas técnicas nuevas se han desarrollado, sobre todo para el diagnóstico de las masas renales de en torno a los 4 centímetros, que es un PET especial que usa circonio girentuximab. Porque, cuando diagnosticamos una masa en el riñón tenemos muchos problemas para ver si es maligna o benigna. Pero a día de hoy seguimos haciendo todas estas cosas y la mayor parte de los pacientes con una masa en el riñón se operan con la doble intención de saber qué es, y, de tratar esa masa.
Tras muchos años sin novedades, recientemente habido también avances en su tratamiento. ¿Podrían destacar los más notables?
J.M. En 2015 supimos que la inmunoterapia tenía un papel importante en pacientes a los que no les había funcionado el tratamiento con antiangiogénicos, y desde 2018 sabemos que la inmunoterapia es mejor de entrada incluso que ellos. Tenemos una doble combinación de inmunoterapia en primera línea, que cambió el paradigma ese año De hecho, es el estándar de tratamiento a día de hoy.
¿Qué ventajas se han logrado para los pacientes?
J.M. Se traduce en que hemos conseguido aumentar la tasa de respuesta a la supervivencia de los pacientes. En 2001, que todavía no teníamos los antiangiogénicos ni la inmunoterapia, los pacientes con un cáncer renal metastásico vivían 11 meses con el mejor tratamiento que disponíamos entonces, que era quitarles el riñón y darles una interleuquina modificada. Y, ahora, con los nuevos tratamientos, hemos multiplicado por cinco su supervivencia.
Entrevista en colaboración con BMS