Entrevista

Patricia Veiga: «Hay que romper mitos: por vivir con una bolsa pegada al abdomen no me he privado de nada»

Patricia Veiga Enfermera del Hospital La Fe de Valencia y protagonista de «Ostobag: ser y vivir ostomizada»

Patricia Veiga
Patricia VeigaGONZALO PÉREZLA RAZÓN

Con apenas 10 años la vida de Patricia Veiga dejó de ser la típica de una niña de su edad tras debutar en ella la enfermedad de Crohn, una patología que lo cambió todo de forma muy brusca y acelerada. A los 15 años pasó por el quirófano para su primera resección intestinal (ya lleva seis operaciones) y con 21 le practicaron por primera vez una ileostomía en parte del intestino delgado. Fue el pistoletazo de salida para una carrera de fondo que Veiga cuenta cada día con naturalidad en sus redes sociales, hasta el punto de que se ha convertido en la creadora de contenido más reconocida sobre ostomía en lengua española (@ostobag). Consciente de la necesidad de romper tabúes y naturalizar esta circunstancia con la que conviven más de 70.000 españoles ostomizados, acaba de protagonizar el documental titulado «Ostobag: Ser y vivir ostomizada».

Con 21 años tuvo que aprender a vivir con una ileostomía, una abertura en la pared abdominal para eliminar las heces. ¿Cómo fue aquel trance?

Me adapté muy bien, pero a los dos años y ocho meses hubo posibilidad de reconectarme y cerrar la abertura. Lo hice así, porque siempre piensas que será mejor que vivir con una bolsa pegada a tu cuerpo, pero la realidad fue que a partir de ahí pasé diez años muy malos. Intenté seguir trabajando, haciendo deporte, viajando... pero tenía que ir muchísimas veces al baño, de 20 a 30 al día, no conseguía dormir bien, vivía con estrés y ansiedad por localizar un baño cerca... ¡No tenía calidad de vida! Echando la vista atrás, fue una década muy complicada, así que después de mucho sufrimiento, junto a mi médico decidí que ya no quería probar más tratamientos y que volvería a la bolsa.

Protagoniza «Ostobag». ¿Sigue haciendo falta visibilizar la ostomía?

Sí. La gente debe conocer que esto existe y que llevar una bolsa pegada al abdomen nos da una segunda oportunidad en la vida. Y cualquier persona puede verse en esta circunstancia, porque puede derivarse de una enfermedad crónica, de un cáncer, de un accidente...

En sus redes sociales muestra el día a día de una persona ostomizada con naturalidad. ¿Hay muchos tabúes al respecto?

Muchísimos. Al ser algo escatológico genera mucha vergüenza y me llegan mensajes de pacientes que me confiesan que les da miedo reconocer su situación a otras personas, pero que al verme a mí se animan a no esconderse. Da reparo que se escuchen los gases al vaciar la bolsa o que el mal olor llegue a otros, por eso hace falta darle normalidad y romper mitos, porque a día de hoy yo hago una vida más que normal con mi ostomía y no me he privado de nada por llevar una bolsa. De hecho, te aseguro que a veces hasta se me olvida que la llevo pegada a mi abdomen, porque no siento dolor, ni molestias.

¿Hay alguna limitación?

Tan solo hay que tener un poco de precaución en algunas situaciones, como por ejemplo durante la práctica de algunos deportes. Para ello las enfermeras estomaterapeutas nos aconsejan al respecto, pero no hay que renunciar a viajar, salir o disfrutar de la vida. Al contrario.

Precisamente usted es enfermera de profesión. ¿Su vocación nació a raíz de la enfermedad?

Sí, aunque jamás pensé que llegaría a dedicarme a ello. Actualmente trabajo en el Hospital La Fe de Valencia, en consultas de alergia y neumología infantil.

Un mensaje para quien se enfrente ahora a una ostomía...

Es normal sentirse aturdido. Resulta un shock porque esto impacta en tu día a día y en quienes te rodean, por lo que solo te vienen a la cabeza las cosas malas que implica, pero la realidad es que la ostomía es una segunda oportunidad de vida porque gracias a esa bolsa seguimos aquí.