
Salud
¿Qué pasa en tu cerebro después de una siesta a mitad del día?
Un pequeño sueño a mitad del día puede ser un gran aliado del cerebro, siempre y cuando se practique con moderación y en el momento adecuado

Dormir un rato en mitad de la jornada no solo ayuda a recargar energías, también tiene efectos directos en el cerebro. Diversos estudios científicos apuntan a que una siesta corta —entre 20 y 30 minutos— mejora la memoria, la concentración y la capacidad de aprendizaje.
Una pausa que potencia la mente
Según expertos en neurociencia, el cerebro aprovecha el sueño ligero de la siesta para consolidar recuerdos recientes y procesar información adquirida durante la mañana. De hecho, quienes duermen unos minutos después de estudiar o trabajar suelen retener mejor los datos y rendir más en tareas que exigen atención sostenida.
Beneficios más allá del descanso
Las investigaciones también sugieren que este descanso breve puede contribuir a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo e incluso favorecer la creatividad. No obstante, los especialistas advierten que las siestas demasiado largas —de más de una hora— pueden provocar el efecto contrario: desorientación, somnolencia y dificultades para conciliar el sueño por la noche.
En definitiva, un pequeño sueño a mitad del día puede ser un gran aliado del cerebro, siempre y cuando se practique con moderación y en el momento adecuado.
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