
Verano
¿Por qué las piernas hinchadas son más frecuentes en verano y qué podemos hacer para evitarlas?
Es fundamental que las personas con problemas circulatorios preexistentes tomen precauciones adicionales durante para evitar complicaciones

Enfrentar el calor del verano puede ser un desafío para todos. Las temperaturas extremas no solo pueden causar golpes de calor, agotamiento y otros problemas de salud, sino que también afectan el sueño, la productividad y el estado de ánimo, aumentando la fatiga y la irritabilidad. Sin embargo, hay un grupo de personas que puede sufrir especialmente: aquellas con problemas de circulación. Estas personas son más susceptibles a la hinchazón, la pesadez y el malestar en las piernas y los pies.
Por qué se hinchan las piernas en verano
Cuando la temperatura ambiental se eleva a niveles extremos, el cuerpo humano debe regular su temperatura interna para mantener un funcionamiento óptimo. Este proceso es crucial para evitar daños en el organismo. La regulación térmica se logra a través de dos mecanismos principales. El primero es la sudoración, que permite la disipación del calor corporal mediante la evaporación del sudor en la piel.
El segundo mecanismo es la dilatación de los vasos sanguíneos periféricos. Este proceso se conoce como vasodilatación y ocurre cuando los vasos sanguíneos cercanos a la superficie de la piel se expanden, permitiendo que más sangre fluya a través de ellos. Esto incrementa la transferencia de calor desde el interior del cuerpo hacia el exterior, ayudando a enfriar la temperatura corporal.

Sin embargo, la vasodilatación tiene sus desventajas. A medida que los vasos sanguíneos se expanden, el flujo sanguíneo puede volverse más lento. Esta reducción en la velocidad de circulación puede dificultar el retorno venoso, es decir, el proceso mediante el cual la sangre regresa al corazón desde las extremidades. Como resultado, se puede producir una acumulación de líquido en las extremidades inferiores, lo que provoca hinchazón en manos y pies. Esta condición se conoce médicamente como edema periférico.
Factores de riesgo
Para quienes ya padecen de ciertas condiciones médicas previas, como varices, diabetes o linfedema, la situación puede empeorar. Estas dolencias pueden exacerbar los efectos del edema periférico, incrementando las molestias y complicaciones asociadas. Por lo tanto, es fundamental que las personas con problemas circulatorios preexistentes tomen precauciones adicionales durante las olas de calor para minimizar el riesgo de complicaciones.
Otros grupos poblacionales también son estadísticamente más susceptibles a este problema. Entre ellos se encuentran las mujeres, especialmente durante periodos de cambios hormonales. Asimismo, pasar muchas horas de pie o sentado puede aumentar la frecuencia de estos problemas. También son factores de riesgo el sobrepeso, el consumo excesivo de sal en la dieta, el uso de zapatos y calcetines demasiado ajustados, y el consumo de ciertos medicamentos. Todos estos factores pueden empeorar el retorno venoso y favorecer la aparición del edema periférico.
¿Cómo prevenir la hinchazón?
Es comprensible que los tobillos puedan hincharse después de una caminata prolongada, como recorrer 20 kilómetros bajo el intenso sol de agosto, sobre todo en los casos mencionados anteriormente. Sin embargo, si los tobillos se hinchan de manera frecuente y sin una causa aparente, es crucial buscar la orientación de un profesional de la salud, que puede identificar cualquier problema subyacente y recomendar los pasos adecuados para resolverlo.
Entretanto, existen algunas medidas que podemos tomar y algunos hábitos que podemos integrar en nuestra rutina que pueden ayudar a que los pies descansen de manera efectiva y minimizar la hinchazón. Por ejemplo, un consejo habitual es cambiar de calzado a uno cómodo y holgado en casa, para mejorar la circulación sanguínea. Los especialistas en traumatología y podología también recomiendan usar calzado con un tacón de entre 2 y 3 centímetros como máximo, pues este tipo de calzado ofrece un soporte adecuado sin ejercer presión excesiva en los pies.
Otra práctica beneficiosa es masajear los pies y los tobillos, ya que este masaje estimula la circulación sanguínea y ayuda a prevenir el estancamiento de la sangre. Lo ideal es elevar las piernas por encima del nivel del corazón durante 15 a 20 minutos al día y, mientras tanto, masajear del tobillo hacia la pantorrilla. Este simple ejercicio puede facilitar el retorno venoso y reducir la acumulación de líquidos en las extremidades inferiores.

Sumergir los pies en agua fría también es una técnica sencilla y efectiva para aliviar la hinchazón en las piernas y tobillos. Cuando los pies se colocan en agua fría, los vasos sanguíneos superficiales se contraen, un proceso conocido como vasoconstricción. Esta contracción reduce el flujo de sangre hacia la superficie de la piel, lo que puede disminuir la acumulación de líquidos en los tejidos circundantes y, por ende, reducir la hinchazón.
Por último, es importante mantener una dieta equilibrada y una hidratación adecuada. Debemos evitar alimentos y bebidas que promuevan la retención de líquidos, como el café, el alcohol y la sal, ya que pueden intensificar la hinchazón. Beber abundante agua también ayuda a eliminar el exceso de sal y toxinas del organismo, contribuyendo a reducir la retención de líquidos y, por ende, la hinchazón.
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