Jornada

La salud mental se aprende desde el colegio

La jornada «Hablemos de Salud Mental pide abordar el bienestar emocional desde la infancia y destinar más recursos

Foto de familia de los asistentes al encuentro, celebrado en Madrid
Foto de familia de los asistentes al encuentro, celebrado en MadridARCHIVOLA RAZÓN

La salud mental de niños y adolescentes no puede esperar. Así lo advirtieron esta semana los expertos reunidos en la Real Academia Nacional de Medicina durante la jornada Hablemos de Salud Mental: desde la infancia a la edad adulta, una cita organizada por el Observatorio de Salud y respaldada por la biofarmacéutica Takeda. La escuela, aseguraron los ponentes, debe ser un actor protagonista en la prevención y detección temprana del malestar emocional. Pero no puede hacerlo sola.

El encuentro congregó a representantes institucionales, clínicos y asociaciones de pacientes de todo el país para analizar los retos actuales ante el aumento sostenido de trastornos como el TDAH, los trastornos de conducta alimentaria, el autismo o el uso problemático de las redes sociales. Todos coincidieron en que la única vía posible es una estrategia integrada que una salud, educación y tejido social.

«Los centros educativos son clave para detectar y acompañar. Por eso, necesitamos reforzar la colaboración con los profesionales de salud mental», explicó José Carlos Fernández, viceconsejero de Política y Organización Educativa de la Comunidad de Madrid. Destacó la estrategia madrileña impulsada junto a los hospitales Gregorio Marañón, La Paz y del Sureste, que llevan equipos clínicos a los colegios para apoyar a docentes y alumnos.

Desde el plano clínico, Celso Arango, catedrático de Psiquiatría y jefe del área de Psiquiatría del Niño y Adolescente del Hospital Gregorio Marañón, alertó de la creciente prevalencia de los trastornos del neurodesarrollo. «Faltan recursos intermedios, las listas de espera son largas, y los centros de salud no siempre están formados para atender esta realidad. Necesitamos una coordinación real entre atención primaria, educación y salud mental especializada», defendió.

El encuentro reunió a representantes institucionales, asociaciones de pacientes y clínicos

Otra de las voces fue la del doctor Javier Quintero, jefe de Psiquiatría del Hospital Infanta Leonor, quien subrayó las diferencias de género en el diagnóstico: «Las niñas tienden a presentar síntomas más internalizados como ansiedad o depresión, mientras que en los niños predominan los comportamientos disruptivos. Eso provoca que muchas chicas queden sin diagnosticar o sin tratamiento adecuado».

También participaron en el debate Marina Díaz Marsá, presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, que advirtió del impacto de los traumas en la adolescencia y del auge de los trastornos alimentarios. «El culto a la delgadez y la presión social generan una bomba de relojería en jóvenes vulnerables. Hay que reforzar el papel de las familias y trabajar en prevención desde la base», señaló.

Una de las experiencias más inspiradoras vino de Cataluña. Ester Camprodon, psicóloga y directora del programa Henka del Hospital Sant Joan de Déu, presentó este proyecto de prevención emocional en centros escolares que combina sesiones socioemocionales, formación docente y participación activa de estudiantes y familias. «Henka nació para responder de forma positiva al malestar emocional desde el aula. Queremos una cultura que cuide la salud mental desde el principio, con el respaldo de todos los actores», defendió.

«Existe una ley que reconoce al alumnado con TDAH, pero su aplicación depende del profesor»

En la segunda parte de la jornada se dieron cita representantes institucionales de cinco comunidades en el área de salud mental. Bartolomé Pérez Gálvez (Valencia), Almudena Díaz Pereira (Galicia), Víctor Pérez Sola (Cataluña), Fernando Uribe Ladrón de Cegama (Castilla y León) y Mercedes Navío (Madrid) expusieron los avances en sus territorios y reclamaron una financiación específica para salud mental infantojuvenil, así como más profesionales en todos los niveles asistenciales.

Pero el cierre del encuentro estuvo reservado a las voces más cercanas a la realidad diaria: las asociaciones de pacientes. Olga Real (Fundación Manantial), Maite Urkizu (Feaadah) y Ruth Vidriales (Confederación Autismo España) reclamaron mayor compromiso político y social. Urkizu fue especialmente crítica con la falta de implementación de los protocolos: «Existe una ley que reconoce al alumnado con TDAH, pero su aplicación depende del profesor que te toque. Y eso es una injusticia», denunció.

La jornada culminó con un mensaje unánime: el bienestar emocional debe abordarse desde la infancia, en los colegios, las familias y el sistema sanitario. Y no puede esperar. «Eventos como este son fundamentales para crear alianzas reales entre expertos, pacientes y administraciones. En salud mental, trabajar juntos no es una opción: es la única forma de avanzar», concluyó Pablo Sierra, responsable de Acceso y Relaciones Institucionales de Takeda en España.