Tres años después de los confinamientos

Se acaban de cumplir tres años delinfectódromo del 8-M en Madrid, hecho tras el cual se disparó la alarma sobre el coronavirus en España que dio paso a los duros confinamientos que todos vivimos, con caos asistencial, hospitales y UCIS saturadas, y miles de muertos en todo el país. Aún hoy se buscan respuestas a las principales interrogantes planteadas, la mayor referida al origen del virus. La teoría del mercado de pescados de Wuhan, de donde habría salido como consecuencia de un pangolín u otro tipo de animal infectado, se cae por su peso, pese a que al principio cualquiera que cuestionara la teoría era considerado un conspirador. Hace un par de semanas, los autores de dos informes de la ONU sostenían que la fuga del laboratorio era la causa más probable de la propagación, acusando a científicos británicos y estadounidenses de encubrir el debate. Los servicios de inteligencia americanos también apuntan al laboratorio, pero cargando toda la responsabilidad en China. En Wuhan trabajaban científicos de diferentes nacionalidades en tareas de «ganancia de función», para hacer más correoso al virus, se supone que en el campo de las armas biológicas. Si el patógeno escapó o lo echaron es lo que no se sabe. Quizás nunca lo sepamos.