Movilidad

Bruselas ultima un «pasaporte» de vacunación para reactivar el turismo

Grecia y España lo apoyan, pero Alemania y Francia son más reacios a dar el visto bueno

La vacuna es la clave para permitir la movilidad entre países de la UE
La vacuna es la clave para permitir la movilidad entre países de la UEAlberto R. RoldánLa Razón

Certificado de vacunación, porque no gusta el término pasaporte. El Ejecutivo comunitario está en contacto con los Estados miembros para poner en marcha un documento común europeo que permita identificar a las personas que ya han sido vacunadas para que sea reconocido por todos los Estados miembros sin ningún tipo de traba administrativa, ni médica, ni judicial. El propósito es llegar a un acuerdo antes de finales de mes y se espera que éste sea el tema estrella de la cumbre por videoconferencia de los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete que se celebrará mañana. Bruselas pretende presentar el modelo europeo ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que se convierta en el estándar universal que regule parte de los conflictos entre países por la pandemia.

Sector beneficiado

Una idea inicial partió de Grecia en un indisimulado intento de facilitar la movilidad entre los países europeos y de salvar la temporada turística y también ha sido apoyada con entusiasmo por países como España, con grandes intereses en el sector. Este pasado lunes se celebró un primer debate entre los países europeos y la división fue la tónica dominante. Francia, Alemania, Bélgica, Holanda y Luxemburgo no están tan convencidos de las bondades de la propuesta. París califica el debate como «prematuro». «Tener hoy un pasaporte que otorgaría más derechos a unos que a otros es chocante. No es nuestra concepción de la protección y de acceso a la vacuna», aseguró a la prensa el secretario de Estado para la Unión Europea, Clement Beaune.

En un intento de limar asperezas, Bruselas evita la palabra «pasaporte» que evoca las posibilidades de viajar y de intereses económicos en juego. El vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, tachó este término de «engañoso» y prefirió utilizar la palabra «certificado». En la comunicación presentada ayer para encauzar el debate entre los Estados europeos se quiere dejar claro que la prioridad debe ser, ante todas las cosas, la salud pública. «Cuanta más gente esté vacunada, la documentación y el mutuo reconocimiento de las vacunas se convierten en máxima importancia. El certificado de vacunación permite un registro claro del historial de cada individuo para asegurar el correcto seguimiento médico y la vigilancia de posibles efectos secundarios», reza el documento. A pesar de esto, la comunicación también quiere dejar claro que el certificado puede ser igualmente útil para otros usos en un medio plazo. «Aunque es prematuro concebir el uso de certificados de vacunación para otros propósitos que la protección de la salud, una aproximación europea pueda facilitar otras utilidades transfronterizas en el futuro», continúa el texto.

Obligatoriedad

Uno de los debates clave es hasta qué punto se pueden restringir o no los viajes a las personas que no se hayan vacunado, cuándo las inyecciones no son obligatorias en los países europeos según las normativas sanitarias actuales. El presidente del Consejo, Charles Michel, reconoció este pasado fin de semana en una entrevista en la televisión pública holandesa que el debate puede ser considerado «sensible» en numerosos países europeos ya que «muchos de ellos tendrán la impresión de que con este certificado, de hecho, hemos decidido que la vacunación sea obligatoria cuando muchos países consideran que debe ser voluntaria y no hacerla obligatoria». A pesar de esto, de cara a la cumbre de mañana, Michel considera que «porque el debate sea complicado o sensible, esto no significa que debemos evitarlo de ningún modo. Debemos intentar lo más posible crear una unidad europea también para cuestiones sensibles».