Caza

Cómo elegir un coto para la caza del corzo

Acercándose ya la temporada corcera el cazador busca un buen coto donde poder recechar al pequeño cérvido.

Ejemplar de macho adulto pastando
Ejemplar de macho adulto pastandoPixabay

Terminada ya la temporada de caza menor y concluyendo las monterías, el cazador empieza a planificar ya las salidas tras el corzo. Al llegar la primavera, el duende del bosque hace las delicias de muchos cazadores que encuentran en su caza una modalidad que engancha.

El ochenta por ciento de la superficie de España son cotos de caza por lo que elegir un sitio donde practicar este deporte no debería ser difícil. Puede ser que en el coto donde el cazador suele practicar su afición cuente con corzos, pero por normal general los cazadores deberán buscarse un sitio donde poder rececharlo.

El precio

En el precio que el cazador esté dispuesto a pagar se basará el inicio de la búsqueda de un coto. Si el presupuesto es el principal factor limitante del cazador se pueden encontrar precintos de corzo a precios asequibles y por 300 euros se puede asegurar una buena jornada de rececho tras este escurridizo animal. Si por el contrario el precio no es problema y la cartera lo permite, se puede aspirar a grandes trofeos. A mayor trofeo, mayor precio, pero con la seguridad de poder hacerse con una cuerna medallable. Así podemos irnos a los 2000, 2500, 3000 euros…

La zona

El corzo está ampliamente distribuido por la península si bien hay determinadas provincias que cuentan con una mayor proporción de buenos ejemplares. De este modo, las zonas de Guadalajara, Burgos o Soria se descantan a priori como muy buenas para el corzo. En la zona norte de España: Galicia, Asturias, Cantabria y norte de Castilla y León se encuentran también buenas poblaciones corceras si bien la orografía es totalmente distinta. Queda a elección del cazador decidir si quiere un rececho en llanura si por el contrario le atrae más una caza más exigente en una orografía más dura y propia de montaña. Del mismo modo, quien guste de largas caminatas puede cazarlo en rececho y quien guste de observar la naturaleza en estático cazarlo a la espera. De todos modos, el corzo se encuentra actualmente bien distribuido por lo que es posible encontrar buenos ejemplares en zonas antes no nombradas como Madrid, Extremadura o La Rioja.

La preparación

Una vez preseleccionada la zona es aconsejable examinar a fondo el coto. La mejor época para realizar las visitas son los meses de febrero y marzo cuando las siembras de los cultivos están ya crecidas y poder ver si el año es bueno. Si tras varios días de mal tiempo, fríos y lluviosos, sale el sol, ese es un momento idóneo para poder avistar a los corzos pastando. El corzo es un animal de naturaleza muy esquiva y solo se dejará ver al amanecer y durante el crepúsculo por lo que hay que estar presente en el coto durante esas fugaces horas. Es aconsejable fijarse en el número de machos y la edad de estos para tener una idea clara de la salud poblacional de los corzos en ese coto. No obstante, el corzo es un animal que en tres o cuatro años desarrolla un buen trofeo por lo que no debería ser difícil encontrarnos con varios machos con buenas cuernas si la gestión ha sido correcta. Otra opción es la de arrendar un coto careciendo de grandes machos tenga una buena población de animales. En este caso sería una inversión a corto plazo ya que como decimos en tres o cuatro años esos jóvenes machos se habrán desarrollado ya en animales adultos con cuernas interesantes.

Siempre es recomendable preguntar a la gente de la zona. Agricultores, ganaderos y pastores que pisan el campo día tras día son lo que mejor pueden informar de la presencia de corzos en el coto, de su cantidad, de la proporción de machos y de la calidad de los trofeos.

En conclusión, el corzo es un animal que está presenta en toda la geografía peninsular y se ha sabido adaptar igual de bien a los pastos y llanuras cerealistas de las grandes mesetas como a las más escarpadas zonas montañosas de la cornisa cantábrica. Su caza es pues muy atractiva para todo tipo de cazadores, para los que prefieren la montaña o son de llanura, para los que gusta de caminar y caminar o para los que prefieren cazar a la espera. Todo es cuestión de elegir.