Inmatriculaciones
Los obispos, tras el informe favorable: “La Iglesia no quiere nada que no sea suyo”
El secretario general de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, no cierra la puerta a posibles reclamaciones: “Estamos dispuestos a revisar cualquier registro”
Los obispos respiran tranquilos después de que la auditoría sobre las inmatriculaciones que ha dado luz verde en el Consejo de Ministros no haya visto irregularidades en los más de 35.000 inmuebles registrados por la Iglesia durante el paréntesis abierto por la ley hipotecaria de José María Aznar entre 1998 y 2005. “Nos agrada del reconocimiento que han hecho en el propio informe de que la Iglesia ha seguido la legalidad en la realización de este criterio inmatriculador”, se ha felicitado el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello.
Sin embargo, lejos de lanzar campanas al vuelo o recrearse en desmontar los ataques de que ha sido objetivo la Iglesia acusándola de apropiarse de ermitas o solares sin contar con la acreditación debida, el portavoz de los obispos ha reiterado su compromiso con la transparencia: “La Iglesia no quiere que esté a su nombre nada que no sea suyo”.
Es más, el también obispo auxiliar de Valladolid abre la puerta a posibles reclamaciones: “Si alguien viniese con mejor derecho y que pudiera revisar la inmatriculación realizada, cada institución de la iglesia que haya inmatriculado, está dispuesta a hacer esa revisión si el derecho lo permite y las exigencias de la legalidad nos lo pide”. De hecho, recuerda que ya se dieron dos años de plazo “después de cada acto inmatriculador para que personas con mejor derecho o instituciones pudieran reclamar la titularidad de esos bienes”.
En cualquier caso, Argüello también detalla que la Iglesia no busca acumular propiedades porque sí: “Estos bienes están al servicio del bien común a través de las actividades propias de la comunidad cristiana”. Así, recuerda que tanto catedrales como colegios, viviendas y otros espacios de diferente índole, están destinados a la liturgia, la catequesis y la caridad. “Muchos de ellos -detalla Argüello- tienen también un extraordinario valor histórico, artístico y cultural que también desde los pequeños pueblos están al servicio de la sociedad para poder visitar, para poder realizar actividades que pongan en valor esta capacidad cultural y artística que nuestros bienes tienen”.
Precisamente desde este servicio de la ciudadanía, el secretario general de los obispos españoles insta a las administraciones públicas y a la sociedad a seguir colaborando “para que el mantenimiento de estos bienes y al mismo tiempo, para que su uso, el propio de los mismos en la liturgia, en la acción de la Iglesia y el que pueda realizarse para el bien común, social, artístico y cultural pueda seguir realizándose”.
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