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Pandemia

«La cuarta ola de covid es imparable»

Los científicos advertían que la evolución de la pandemia era mala y los últimos datos confirman sus previsiones. «La vacunación es la que va a marcar la diferencia con las anteriores», señala el virólogo Estanislao Nistal

Una imagen del domingo pasado en los jardines del Retiro madrileño
Una imagen del domingo pasado en los jardines del Retiro madrileñoRuben Móndelo

La pandemia por coronavirus avanza. Durante esta semana se espera un aumento de todas las variables de referencia: del 29% en el número de muertes, del 24% respeto a los casos confirmados, del 3% en hospitalizaciones y del 2% en ingreso en UCIS. Esta es la tendencia que marca el comienzo de la anunciada cuarta ola, según los datos de PreCov2, el sistema predictivo de evolución de la pandemia en España. «Se veía venir. La tendencia no era buena. Aunque desde mediados de marzo estábamos en unas incidencias totalmente razonables, que hacían más fácil controlar la situación, e incluso revertirla, los últimos diez días han sido de subida. Había comunidades con unos datos muy buenos, y no hubiera costado mucho mantenerlos».

Quien se expresa así es Quique Bassat, investigador del ISGlobal, de Barcelona, que desde hace semanas ya advierte de que «la llegada de la cuarta ola, post Semana Santa, es imparable». ¿Cómo es posible?, ¿qué hemos hecho mal esta vez, si no hemos salido de nuestra comunidad de residencia?

Los expertos coinciden en señalar que no hay que culpabilizar a la población, ni mucho menos, pero sí hacernos conscientes de que todo lo que se flexibiliza entraña un peligro. «La gente hace lo que le dejan hacer, pero el problema está cuando se equiparan ciertas flexibilidades con las limitaciones. Nos seguimos juntando con no convivientes, en casas y en exteriores, porque tendemos a pensar que el que es cercano no te va a contagiar, y es justamente el que lo hace», señala Bassat a LA RAZÓN, que pone un ejemplo personal: «Mi madre, que aún no está vacunada, en cuanto se descuida ya me está dando un abrazo, ¡y es normal!, pero tenemos que educar y concienciar a la población de que las medidas, o las cumples a rajatabla, o no sirven para nada.

En España somos los reyes de la picaresca. ¿Que no nos podemos sentar ocho personas en una mesa a comer en un restaurante? Pues nos colocamos en dos mesas de cuatro con 50 centímetros de separación entre ambas y listo. Y ya no sirve para nada. Se sabe que, cuando estamos en grupo, aunque sea reducido, es mucho más fácil saltarse las normas, y quien más quien menos, todos las rompemos en algún momento», añade.

Y la realidad es que lo hemos probado todo: la amenaza con multas y sanciones punitivas, apelar al factor emocional, confiar en la responsabilidad individual… ¿Tenemos que acostumbrarnos a sobrellevar las olas? «Este es un debate importante. Sobrellevar las olas implica «aceptar» que mueran 300 personas a diario. Eso lo que nos cuesta. La otra estrategia, mucho más disruptiva a corto plazo, es la de buscar la trasmisión 0, como han hecho la mayoría de países asiáticos y Australia, donde se confina a una ciudad entera por 17 casos», concluye el investigador.

Pero el esperado efecto Semana Santa no será como lo que vivimos después de la Navidad. La gran diferencia son las más de 8,5 millones de personas vacunadas (14% de la población), de las que 2,5 han recibido la inmunización completa. «Aún tenemos que esperar al menos una semana más para poder sacar conclusiones, pero está claro que la vacunación es la que va a marcar la diferencia», afirma Estanislao Nistal, virólogo y profesor de Inmunología de la Facultad de Farmacia en la Universidad CEU San Pablo, de Madrid. «En la primera semana de septiembre del año pasado teníamos pocos casos y pocas muertes y, a mediados de mes, empezó a subir. La situación de ahora es similar, pero con los colectivos más vulnerables vacunados, por lo que lo normal sería que no hubiera un aumento significativo en el número de personas hospitalizadas y en los fallecimientos», añade.

Controles

Otro punto importante para Nistal es que el hecho de que se hayan mantenido los cierres perimetrales durante la Pascua hará que cada comunidad autónoma pueda mantener el control sobre su territorio, «donde se ha sido más escrupuloso con las medidas, se verá que los resultados son mejores, y a la inversa. Además, el efecto positivo que seguro va a tener la inmunización sobre la incidencia, también será un factor motivador para la gente, que aún la hay, que no se quiere vacunar. Y no solo por su seguridad, sino por la libertad que implica», señala. El especialista se refiere, en concreto, al pasaporte de vacunación, el certificado que acreditará a personas vacunadas contra la Covid-19, que se ha recuperado de infección o que tienen una prueba negativa. La Comisión Europea espera que esté listo para antes del verano, después de haber sido aprobado por el Parlamento y los Estados miembro. En su opinión, «ésta sí va a ser una motivación importante porque lo de someterte a una prueba cada vez que quieras viajar resulta mucho más caro y engorroso», apunta.

De momento, entre las medidas para evitar el contagio ayer se conoció un estudio de la Universidad de Florida Central (Estados Unidos) que sugiere que las mascarillas y un buen sistema de ventilación son más importantes que el distanciamiento social para reducir la propagación de la covid. «Las rutas de transmisión de aerosoles no muestran la necesidad de un distanciamiento social de dos metros cuando las mascarillas son obligatorias», concluye el informe.