«El curso dejó heridas familiares y sociales importantes»

La educación es uno de los ámbitos que más afectados se han visto por las consecuencias de la pandemia de la covid-19. Los centros educativos y los alumnos han tenido que adaptarse, en muchos casos, a una nueva forma de concebir las clases y los exámenes. Ahora, estudiantes de toda España están a punto de enfrentarse a uno de los momentos clave de su vida estudiantil: la selectividad. Luis Martínez-Abarca, director del Área de Colegios CEU, explica cómo será la Evau este año y cómo de preparados llegan los 7.000 alumnos de sus 10 centros, repartidos entre Madrid, Valencia, País Vasco, Cataluña, Andalucía y Murcia.

–¿Cree que será una EVAU parecida a la que se realizó el año pasado o que habrá cambios significativos?

–No está previsto que este año haya cambios, ni en los contenidos o modelos exámenes, ni con relación a los protocolos de seguridad. La experiencia del año pasado, en un curso mucho más complicado que el actual, fue buena, sin incidencias, con estadísticas de notas semejantes a las de la serie histórica. Sí es cierto que la respuesta de los centros y su capacidad de adaptación a las circunstancias han sido muy variadas. El modelo de varias consejerías establece turnos de presencialidad, y algunas instituciones educativas, como las nuestras de la Fundación CEU San Pablo, hemos adaptado los espacios y los recursos para conseguir la autorización de la Inspección Educativa. Con esta autorización, hemos podido ofrecer en nuestros centros una presencialidad total a los alumnos de segundo de bachillerato. En nuestro caso, era una prioridad normalizar la actividad docente en este curso.

–¿Qué ocurrirá si un alumno está en cuarenta o es positivo en covid y no puede acudir a realizar el examen?

–Como en el resto de actividades sociales, académicas o profesionales, la prioridad este curso es la seguridad sanitaria. Los alumnos positivos o contactos estrechos no podrán realizar el examen y pierden una convocatoria. Desde hace semanas estamos trabajando con los alumnos y las familias para que extremen las medidas de distanciamiento. Somos conscientes de la necesidad de relación social de nuestros alumnos, pero debemos decir que estamos muy orgullosos de su comportamiento durante este curso. Igual que sucedió el año pasado, están demostrando su compromiso y madurez. La actitud de nuestros estudiantes está siendo impecable.

–Con todas las limitaciones de la pandemia, las clases online… ¿Están los alumnos igual de preparados que otros años?

–Estoy convencido de que es así, aunque como ya he señalado, no será exactamente igual para los alumnos que hayan tenido presencialidad total que para los que hayan hecho turnos. Sin embargo, la experiencia del año pasado y los resultados en la Ebau de nuestros alumnos, nos hacen pensar que están perfectamente capacitados para afrontar con éxitos estos exámenes. Tanto por conocimiento como por actitud.

–¿Cómo ha afectado esta situación pandémica a los profesores de cara a preparar a los alumnos para la Ebau?

–Sin duda, este es un aspecto crítico. Todos los profesores de bachillerato, ya sea en un modelo de turnos, de doble presencialidad o de presencialidad completa, llevan dos cursos haciendo un esfuerzo extraordinario. El compromiso de los docentes es indudable y han puesto todas sus capacidades para dar lo mejor a sus alumnos. En esto no hay distinción en ningún tipo de colegio, ya sea público, concertado o privado. Si bien la actitud no puede ser mejor, hay algunos elementos diferenciales, como son los recursos puestos a su disposición o la formación digital. Si en condiciones normales las diferentes destrezas de los profesores marcan diferencias en el aprendizaje de sus alumnos, aún más en esta nueva situación. Llevábamos tiempo trabajando las competencias digitales de nuestros profesores y les habíamos dotado de los recursos necesarios. Gracias a esto han podido afrontar esta nueva exigencia con más confianza y eso se nota mucho en el resultado.

–A nivel mental, ha sido un año muy duro para todos, pero quizá aún más para los adolescentes, que se han visto privados de muchas cosas vitales para ellos. ¿Ha afectado esto a su rendimiento escolar?

–El principio de curso fue especialmente duro para todos. El curso pasado dejó heridas familiares y sociales importantes, no solo por las pérdidas y las circunstancias en las que se produjeron. Ha sido necesario trabajar desde el principio en la recuperación de los alumnos. Sin embargo, el curso ha estado mucho más normalizado en todos los aspectos. Aun así, la labor tutorial ha sido clave para el acompañamiento de nuestros estudiantes. Tanto la tutoría, de la que el Colegio CEU San Pablo de Claudio Coello fue precursor ya en los años 70 de siglo pasado, como la intervención de los Departamentos de Orientación, han cumplido un papel extraordinario.

–Después de lo que estamos viviendo, ¿hay más alumnos con intención de estudiar carreras relacionadas con el sector sanitario?

–Es verdad que siempre ha habido una cierta influencia de fenómenos sociales en las elecciones académicas y profesionales de los alumnos de bachillerato. La influencia de la pandemia en los estudiantes también se ha notado, aunque quizá no tanto en los alumnos de bachillerato como en los de cuarto de Secundaria. En estos últimos sí hemos notado un crecimiento significativo en la solicitud de la vía relacionada con la biología o la salud.