Entrevista

“Los comités de expertos deben ser independientes y no estar formados por amigos de los políticos”

Rafael Ortí Lucas, presidente de la la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene

El doctor Rafael Ortí Lucas
El doctor Rafael Ortí LucasKike TabernerLa Razón

Es más que obvio entender que la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph) tiene una papel protagónico en la pandemia por el coronavirus en su vertiente profiláctica, según asegura su presidente, el doctor Rafael Ortí Lucas, que asimismo es responsable de esta jefatura de servicio en el hospital Clínico de Valencia. Admite que como sociedad científica han sido consultados varias veces tanto por el Gobierno central como por los de las Comunidades Autónomas, mas considera que, en líneas generales, “la gestión no ha sido buena y al principio un poco caótica”.

P- Pero ha señalado que han consultado a menudo a la SEMPSPH, ¿no?

R- Sí, pero no hemos formado parte de ningún comité de expertos, del mismo modo que pensamos que ninguna sociedad científica como tal. Existe una tendencia a crear comités constituidos por amigos de los políticos, cuando no debe ser así. Con frecuencia se ha contado tarde con los profesionales y se han tomado demasiadas decisiones políticas, que a la hora de la verdad no resultaban eficientes, por lo que a la postre su valía era del todo ineficiente. Las decisiones en esta pandemia no han de tener ningún color partidista, sino únicamente emanar del conocimiento.

P- Ah, sí, fue a finales del año pasado, en el I Congreso Nacional COVID19, cuando varias sociedades científicas firmaron el célebre: “En salud, ustedes mandan pero no saben”.

R- Exacto, fue el 20 de octubre de 2020 cuando la FACME (Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas) firmó un manifiesto con el eslogan que ha mencionado. Era una mensaje de 55 sociedades científicas, que integran a más de 170.000 profesionales sanitarios, dirigido a la clase política por la gestión de la pandemia y se le recomienda que se base “en la mejor evidencia científica disponible, desligada por completo del continuo enfrentamiento político”. También ha habido mucha lentitud burocrática en resolver temas legales, técnicos y administrativos.

P- ¿Cree que ha habido la coordinación pertinente entre el Gobierno central y los autonómicos?

R- Nuestra sociedad ha considerado la necesidad de establecer un protocolo único, basado en la evidencia científica y que defina las actuaciones preventivas, las líneas estratégicas que conviene seguir en todo el territorio nacional y que establezca criterios comunes exclusivamente científicos exentos de toda interferencia y presión política. Todo ello, con independencia de actuaciones de las autonomías por ciertas peculiaridades que presenten en algunos momentos. En estas pautas se incluyen normas generales de prevención, manejo terapéutico de los pacientes afectados con covid-19, estrategias de rastreo de los contactos y gestión de los centros sociosanitarios. Con estos puntos, que se recogen en nuestro documento nacional del primer congreso COVID19, intentamos ser más garantes del principio de igualdad de todos los españoles al Sistema Nacional de Salud, al poder acceder a una estrategia nacional de material dedicada a la prevención y al tratamiento de todos los afectados por el coronavirus.

P- ¿Qué opinión le merecen las pautas de vacunación, desde un punto de vista estrictamente científico, a la sociedad que usted preside, doctor Ortí?

R- Vacunar a las personas de edad avanzada, que suelen tener comorbilidad o pluripatología y son vulnerables, nos parece ético y fundamentado técnicamente. Pero el criterio de seguir con grupos etarios jóvenes, cuando quedan por vacunar personas vulnerables pertenecientes a grupos de riesgo, no lo compartimos en absoluto. Se está inmunizando a personas sanas y dejando, inexplicablemente, atrás y a riesgo de agravar su salud e incluso de precipitar su muerte, a enfermos crónicos. Pensamos que la intervención en vacunación debe ser la adecuada a cada patología, con independencia de la edad de los pacientes.

P- ¿Pero cómo puede producirse un hecho tan en contra del sentido común, cual es posponer la inmunización de enfermos crónicos y priorizar la de personas sanas por la edad y, como usted ha subrayado, a riesgo de agravar su salud o hasta adelantar su fallecimiento?

R- No olvidemos que existe una Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), que integra a 33 organizaciones y 1.450 asociaciones con enfermos crónicos y/o con síntomas cronificados, que han entrado o no en la vacunación solo en función de su edad y no del serio proceso que sufren. Y el día 14 de este mes acaban de presentar los resultados de la tercera y última fase del “Estudio del Impacto de la COVID-19 en personas con enfermedad crónica”, cuya principal conclusión negativa es que a fecha de hoy apenas la mitad de estos pacientes ha recibido las dos dosis de la vacuna.

P- ¿Cuál es su opinión sobre las fiestas y “botellones”, celebrados recientemente en la isla de Mallorca, que condujo a confinamientos de adolescentes y jóvenes en hoteles mallorquines, discutidos sobre la legalidad de esta práctica?

R- Estoy convencido de que los pilares sobre los que se asienta la actuación irresponsable de estos jóvenes, algunos con 30 años, es la educación sanitaria no recibida, tanto en el seno de la familia como en el ámbito escolar o académico. Nos hallamos en la quinta ola, que no es tan grave, pero vuelven a saturarse los centros de atención primaria, a aumentar los ingresos hospitalarios y a verse algún joven en la UCI. Y nunca debemos bajar la guardia.