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Un nuevo tratamiento aporta una notable mejoría de la atrofia vaginal en mujeres posmenopáusicas

Ciertos factores de riesgo, como el tabaquismo, la ausencia de partos vaginales o de actividad sexual pueden favorecer su aparición

La vitalidad y la plenitud sexual también son posibles durante la menopausia
La vitalidad y la plenitud sexual también son posibles durante la menopausiaObjetivo Bienestar

Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, se calcula que la atrofia vaginal (AVV) afecta al 50% de las mujeres posmenopáusicas españolas. Según un estudio realizado por investigadores españoles, el tratamiento con Ospemifeno demuestra una notable mejoría en esta patología.

Pero ¿qué es la atrofia vulvovaginal? Según explica la doctora Carmen Pingarrón Santofimia, jefa de Equipo de Obstetricia y Ginecología del Hospital Quirónsalud San José (Madrid), supone el adelgazamiento de las paredes vaginales y como consecuencia, deja de haber secreciones vaginales y se producen los síntomas de sequedad y dificultad con las relaciones sexuales.

A día de hoy, según prosigue, para muchas mujeres esta patologíano solo hace que las relaciones sexuales sean dolorosas, sino que también provoca síntomas de incontinencia y escapes, que resultan angustiantes para la mujer, dando lugar a lo que se conoce como ‘síndrome genitourinario en la menopausia’ (GSM), para describir la atrofia vaginal y los síntomas que la acompañan.

“Aunque la afección es común, no todas las mujeres menopáusicas padecen el síndrome genitourinario en la menopausia. No obstante, ciertos factores de riesgo, como el tabaquismo, la ausencia de partos vaginales o de actividad sexual pueden favorecer su aparición”, afirma la doctora Pingarrón.

Dado que la afectación de la calidad de vida de la paciente puede ser notable, hoy en día la SEGO subraya que el tratamiento frente a la atrofia vulvovaginal tendrá como objetivo el restaurar la fisiología urogenital, así como el aliviar los síntomas de la paciente.

Con ello, la ginecóloga de Quirónsalud San José recuerda que, para síntomas como la sequedad vaginal o la dispareunia asociada con atrofia vaginal leve, la primera línea de tratamiento son los hidratantes y lubricantes vaginales. “Si no proporcionan una adecuada mejora de los síntomas, o si existieran síntomas moderados-intensos, se suelen utilizar estrógenos; como siguiente escalón de tratamiento”, apostilla.

En casos de solo atrofia vaginal, la elección será la terapia con estrógenos locales; mientras que en aquellos casos en los que coexistan con sintomatología vasomotora que afecte a la calidad de vida, la elección será la terapia hormonal sistémica. “Las dosis bajas de estrógenos vaginales son el tratamiento farmacológico hormonal de primera línea para la vaginitis atrófica”, subraya la experta de Quirónsalud de acuerdo con las recomendaciones de la SEGO sobre la AVV.

Con el fin principal de evaluar la mejoría en AVV y buscar nuevas alternativas de tratamiento, precisamente la doctora Pingarrón ha encabezado el primer estudio realizado en práctica clínica habitual con ospemifeno, el primer tratamiento no hormonal por vía oral indicado en el tratamiento de la AVV moderada y severa, dirigido a aquellas mujeres postmenopáusicas que no cumplen con los requisitos para recibir un tratamiento vaginal con estrógenos locales.

Se trata del estudio ‘AYSEX’, cuyo objetivo ha sido comprobar el tratamiento con ospemifeno en atrofia vulvovaginal: “No presenta contraindicación en mujeres que han tenido un cáncer de mama -que hayan finalizado sus terapias adyuvantes-, no existe evidencia de aumento del riesgo tromboembólico y presenta un perfil endometrial neutro”.

Este estudio “observacional, prospectivo, unicéntrico, y basado en la práctica clínica habitual” ha demostrado igualmente, según resalta la ginecóloga, que aquellas pacientes tratadas con ospemifeno durante 3 meses tuvieron una mejoría” tanto estadística como clínicamente significativa” en AVV: fisiología vaginal con mejoría de sus epitelios, acidificación del pH local y mejoría de síntomas de severidad, sobre todo en dispareunia (dolor producido al intentar realizar el coito u otras actividades sexuales con penetración), y sequedad, que continuaron mejorando hasta los 12 meses.

Mejoría en la satisfacción sexual

Además, se ha comprobado que, tras 3 meses de tratamiento, las pacientes mostraron también una mejoría en la satisfacción de la actividad sexual, destacando un aumento de la lubricación, así como una frecuencia de las relaciones sexuales y en el número de orgasmos, perpetuado y mejorado hasta los 12 meses.

“En cuanto a seguridad endometrial, no se detectó variación en endometrio a lo largo de un año. Además, los efectos en los huesos muestran una mejoría en los marcadores de resorción ósea. Por otro lado, el tratamiento demostró seguridad en 5 pacientes con cáncer de mama que lo utilizaron tras finalizar sus tratamientos adyuvantes. En el resto de las pacientes tampoco hubo aumento en la densidad mamaria medida con mamografía”, celebra la doctora Pingarrón.

En concreto, la ginecóloga de Quirónsalud San José cita que las pacientes tratadas con ospemifeno 60 mg/día durante 3-12 meses demostraron una mejoría significativa (p<0,0001) en el cuestionario de percepción de calidad de vida. “En cuanto a la satisfacción con el tratamiento, las pacientes destacaron su satisfacción con el tiempo que tarda la medicación en hacer efecto y la comodidad de la vía oral”, concreta esta experta.