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Comunicación

Tres claves infalibles para hablar bien en público

Para comunicarnos de manera correcta, debemos prestar especial atención tanto a las palabras, como a los gestos que las acompañan

Santiago Cañizares en una charla
Santiago Cañizares en una charlalarazon

La realidad es que hablar mucho y comunicar bien no siempre van de la mano y en España, a diferencia de lo que ocurre en otros países, no es habitual recibir formación para hablar en público.Hablar en público es fundamental para el desarrollo de los campos tanto académicos como laborales de los seres humanos. Asimismo, una de las formas de evaluación en el ámbito académico es la exposición, defensa o declaración oral de un trabajo. Es igualmente importante en la vida personal y social, porque somos seres sociales, ya que en diversas ocasiones debemos expresarnos en público. En el proceso de preparación de cursos, charlas o conferencias, damos gran importancia a planificar lo que queremos decir, memorizar algunas partes y preparar contenidos audiovisuales auxiliares que ayuden a explicar lo que queremos transmitir. Pero no siempre recordamos lo necesario que es ser conscientes de cómo nuestras acciones físicas nos beneficiarán o perjudicarán a la hora de transmitir algún tipo de información.

El lenguaje corporal puede revelar tanta o más información que las palabras. La conducta no verbal funciona como las cookies en internet: sin darnos cuenta, nuestro cuerpo transmite constantemente información sensible sobre nuestras intenciones, sentimientos, conocimiento o personalidad. Incluso cuando estamos quietos o en silencio, los gestos, las posturas, las expresiones faciales y la apariencia hablan por nosotros, y pueden resultar muy elocuentes. El lenguaje corporal y la comunicación no verbal cuentan quiénes somos, cómo nos sentimos o cuáles son nuestros gustos. En la interacción, la conducta no verbal informa además de nuestro grado de comprensión e incluso puede desmentir lo que estamos diciendo en ese momento.

Como posicionarse y gesticular correctamente

En los primeros momentos de un discurso se establece el vínculo entre el público y el expositor. Para trasmitir de manera adecuada es primordial colocarse siempre frente a la audiencia con la que se está hablando, nunca hacia las diapositivas, es necesario encontrar una posición central frente a la persona que lo escucha, y siempre moverse entorno a ese punto. Además, debemos eliminar la posibilidad de colocarnos en una esquina o cerca de objetos que puedan distraer al público, como una ventana. Existen tres ejemplos principales de malas posiciones. El primero es hablar con los brazos en los bolsillos, lo que dificulta la transmisión de un mensaje vibrante. El segundo es poner los brazos en frasco y las manos en las caderas, y el tercero es poner las manos delante de las caderas, ya que comenzar o terminar un gesto desde esa posición puede producir movimientos extraños. Para encontrar la mejor postura debemos cerrar los ojos y elevar los brazos en paralelo por encima de la cabeza, para después dejarlos caer relajado. La posición en la que estemos debería ser la posición ideal frente al público. Además, es sumamente relevante que repartamos nuestra mirada entre los asistentes, sin fijarla en una sola persona o en un punto en concreto de la sala, al menos en los momentos de pausa. Tampoco debemos sacar conclusiones sobre cómo nos están evaluando los asistentes por sus gestos, pues nos pondrá más nerviosos.

Por otra parte, los brazos y manos realizan el movimiento principal que la gente va a observar, por lo que debemos hacerlo de manera ordenada y consciente. Existen tres posiciones básicas a la hora expresarnos de manera correcta. La primera de ellas, conocida popularmente como “posición de dar”, se adquiere al colocar los brazos extendidos hacia delante, los codos ligeramente flexionados y las palmas de las manos hacia arriba. Con ella se pretende resaltar las opciones que deseas establecer como importantes, dicho de otra forma, las claves del discurso. Otra de estas posiciones es la “posición de mostrar”,lo importante en este caso es la concordancia entre el hecho que se esta contando y el gesto que lo apoya. Por último, la “posición the chop”, esideal para mostrar una opinión de manera contundente. Se realiza con los brazos estirados, bajando ambos desde el hombro con las palmas enfrentadas en paralelo hacia la altura de la cadera.

Otra de las claves que puede marcar la diferencia en su discurso, es mantener las palmas de la mano hacia arriba. Los estudios afirman que si tratamos de convencer a una determinada audiencia de que se cambie de sitio, un 84% accederá si se le indica con las palmas hacia arriba, un 52% lo hará si señalas con las palmas hacia abajo, y solo un 28% si el gesto va acompañado de un señalamiento con el dedo.

Para finalizar, todos hemos estado en una clase con gestos que denotan una falta de interés o aburrimiento y es responsabilidad del que habla tratar de evitar esas situaciones. Para ello, además de usar las técnicas explicadas anteriormente para enfatizar y clarificar el mensaje, si vemos este tipo de conductaspodemos añadir un toque de humor, o cambiar el ritmo de la exposición con una pregunta al público, que son las formas más sencillas para que los que están distraídos se reenganchen con el discurso.