Pandemia

La eficacia de la tercera dosis contra la covid grave empieza a disminuir a los cuatro meses

Un estudio de los CDC sugiere que serán necesarios sueros adicionales para sortear la enfermedad

Vacunación contra la COVID-19 en un colegio de Canarias
Vacunación contra la COVID-19 en un colegio de CanariasGOBIERNO DE CANARIASGOBIERNO DE CANARIAS

Un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) ha demostrado por primera vez que la inmunidad contra la enfermedad grave por COVID-19 comienza a disminuir 4 meses después de recibir la tercera dosis de una vacuna de ARNm (Pfizer o Moderna).

Sin embargo, y aunque la protección disminuyó con el tiempo, la investigación, publicada en el informe semanal de Morbilidad y Mortalidad del CDC, una tercera dosis seguía siendo muy eficaz para prevenir la enfermedad grave por COVID-19.

“Las vacunas de ARNm, incluida la vacuna de refuerzo, son muy eficaces, pero su eficacia disminuye con el tiempo. Nuestros hallazgos sugieren que pueden ser necesarias dosis adicionales para mantener la protección contra la COVID-19, especialmente para las poblaciones de alto riesgo”, explica el coautor del estudio, Brian Dixon, director de informática de Salud Pública del Instituto Regenstrief y de la Escuela de Salud Pública Richard M. Fairbanks de la Universidad de Indiana.

El trabajo también ha desvelado que las personas de origen hispano o negro tienen la mitad de probabilidades de recibir una tercera dosis de la vacuna que las personas de raza blanca, lo que hace que “sean más vulnerables a la COVID-19 grave y pone de relieve la necesidad de que se redoblen los esfuerzos para proteger a estas poblaciones vulnerables”.

Según un cuadro de mando de los CDC, hasta el 8 de febrero de 2022, entre los estadounidenses de 65 años o más que recibieron una dosis de refuerzo: el 72,3 por ciento eran personas de raza blanca, el 8,9 por ciento eran personas de raza hispana y el 7,6 por ciento eran personas de raza negra.

Las tasas entre las personas que son negras o hispanas son inferiores a la proporción de esos grupos con dos dosis, y estas proporciones son inferiores al porcentaje de la población estadounidense compuesta por personas de esos grupos, lo que indica disparidades en cuanto a quiénes han recibido terceras dosis en EE.UU.

Sin embargo, en las últimas dos semanas se han observado tasas más altas de vacunación entre estos grupos minoritarios (el 16,9% de los refuerzos son de personas que son hispanas; el 12,7% de negras). En el estudio, entre los pacientes de raza blanca, el 12 por ciento había recibido una tercera dosis en comparación con el 7 por ciento de los pacientes de raza hispana y el 6 por ciento de los pacientes de raza negra. Se observaron disparidades similares en la administración de la tercera dosis entre los pacientes hospitalizados por COVID-19 grave.

En general, el estudio concluyó que los individuos con la segunda y tercera dosis de una vacuna de ARNm tenían una mayor protección contra las hospitalizaciones (enfermedad grave) que contra síntomas que pueden no requerir hospitalización. La eficacia de la vacuna también fue menor en general durante el periodo ómicron que durante el periodo Delta.

La eficacia de la vacuna contra las visitas a urgencias disminuyó del 97 por ciento en los dos primeros meses tras la recepción del refuerzo al 89 por ciento de eficacia a los cuatro meses o más durante el periodo predominantemente Delta (verano/principios de otoño de 2021).

Durante el periodo con predominio de ómicron (finales de otoño de 2021/invierno de 2021-22), la eficacia de la vacuna contra las visitas a urgencias fue del 87 por ciento durante los dos primeros meses después de la tercera dosis, y disminuyó al 66 por ciento a los cuatro meses después de la tercera dosis.

Después de la tercera dosis, la protección contra la hospitalización asociada a la variante Delta disminuyó del 96 por ciento en los dos meses siguientes al 76 por ciento después de cuatro meses o más. La eficacia de la vacuna contra las hospitalizaciones asociadas a la variante ómicron fue del 91 por ciento durante los dos primeros meses y descendió al 78 por ciento a los cuatro meses.

“Nuestros hallazgos confirman la importancia de recibir una tercera dosis de la vacuna para prevenir la COVID-19 de moderada a grave, especialmente entre aquellos con comorbilidades. El hecho de que la protección conferida por las vacunas de ARNm disminuyera en los meses siguientes a una tercera dosis de la vacuna apoya las dosis de refuerzo para mantener la protección contra la COVID-19 de moderada a grave”, remacha otro de los autores del estudio, Shaun Grannis, vicepresidente de datos y análisis del Instituto Regenstrief y profesor de medicina familiar en la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana, informa Ep.