Salud

¿Cuándo un dolor de cabeza puede ser peligroso?

Estos son los tipos de cefalea que pueden desembocar en un ictus

Dolor de cabeza
Dolor de cabezalarazonArchivo

El ictus es una de las causas más comunes de discapacidad y muerte en el mundo. Cada vez afecta más a la población más joven debido a hábitos inadecuados y a una alimentación poco saludable. En los últimos 20 años ha aumentado en un 25 por ciento el número de casos entre las personas de 20 a 64 años. Además, un 5% de los mayores de 65 años de nuestro país han tenido un ictus. Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en los próximos 25 años su incidencia se incrementará un 27 por ciento.

Los síntomas del ictus generalmente se producen de forma brusca e inesperada y, aunque su tipología depende del área del cerebro que se vea afectada, la mayoría de los pacientes que han sobrevivido al accidente cerebrovascular describen un intenso dolor de cabeza como primera señal. Por tanto, definir la relación entre un dolor de cabeza y un accidente cerebrovascular es esencial.

Un nuevo estudio llevado a cabo por Científicos de la Universidad Estatal de Medicina de los Urales, la Universidad Federal de los Urales y la Universidad de Copenhague ha conseguido desarrollar nuevos criterios para diagnosticar dolores de cabeza derivados de un accidente cerebrovascular isquémico a través de la experiencia de más de 500 pacientes. La investigación, publicada en The Journal of Headache and Pain. ayudará a predecir, prevenir, identificar rápidamente y tratar esta peligrosa patología de manera oportuna, según apuntan los autores.

Los investigadores confirmaron que la cefalea centinela precedió a la aparición del accidente cerebrovascular en un tercio de los pacientes. Pero, ¿cómo reconocerla?

Un accidente cerebrovascular sucede cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene. Cuando el dolor de cabeza aparece tres o cuatro días antes del ictus -conocido como dolor de cabeza de perro guardián- puede indicar un accidente cerebrovascular inminente o eventual, y aquí podría estar dándose la hemorragia subaracnoidea (HAS), una enfermedad cerebrovascular caracterizada por la cefalea centinela.

Para determinar síntomas claros y clínicamente válidos de dolor de cabeza específico asociado con un accidente cerebrovascular isquémico, los investigadores observaron dos grupos de pacientes: aquellos con un primer accidente cerebrovascular y aquellos sin trastornos neurológicos agudos o trastornos graves (accidente cerebrovascular, tumor cerebral y trauma, epilepsia, demencia y otras enfermedades neurológicas y somáticas graves). El primer grupo estaba formado por 550 personas; el segundo, grupo de control, estaba formado por 192 personas.

Los investigadores clasificaron los diferentes dolores de cabeza experimentados por ambos grupos en el año anterior a la llegada al hospital, así como una semana antes del ictus y el día del ictus.

Se distinguieron tres tipos de dolores de cabeza: dolores de cabeza familiares para los pacientes; dolores de cabeza que nunca antes se habían experimentado (dolores de cabeza de tipo nuevo); y dolores de cabeza con características cambiadas (intensidad severa, alta frecuencia, duración, que se vuelven pulsátiles, acompañados de náuseas, vómitos, fobia a la luz y al sonido, y poca respuesta a los analgésicos).

En los pacientes con ictus predominaron las cefaleas de nuevo tipo y las cefaleas con características alteradas: alrededor del 15% de estos pacientes experimentaron cefaleas en la última semana antes del ictus y otro 15% al comienzo del ictus.

“La mayoría de los pacientes del grupo de control ingresaron en la sala de emergencias debido a síndromes de dolor, y la mayoría de las veces experimentaron dolor agudo causado por lumbago o pancreatitis. Se sabe que estos trastornos pueden conducir a una mayor frecuencia de dolores de cabeza, por ejemplo, debido al uso excesivo de analgésicos. Sin embargo, los investigadores no han observado tal efecto, lo que sugiere que la prevalencia de dolores de cabeza en pacientes con accidente cerebrovascular está relacionada con el accidente cerebrovascular en sí. Por lo tanto, partimos del hecho de que cuanto más dolores de cabeza en los pacientes del grupo principal difieren de lo habitual y cuanto más corto es el período entre el inicio de dicho dolor y el inicio del accidente cerebrovascular, más probable es su relación causal”, dijo la profesora del grupo de investigación en la Universidad Médica Estatal de los Urales Elena Lebedeva.

Los resultados del estudio mostraron que alrededor del 55 % de los participantes del primer grupo experimentaron dolores de cabeza de tipo nuevo y otro 35 % experimentó dolores de cabeza familiares con cambios notables. Al mismo tiempo, ningún participante del grupo de control experimentó dolores de cabeza desconocidos, y solo dos tenían dolores de cabeza con características alteradas al ingresar al hospital.

Los hallazgos permitieron, en primer lugar, verificar la precisión de los criterios diagnósticos existentes para las cefaleas relacionadas con accidentes cerebrovasculares presentados en la Clasificación Internacional de Cefaleas. “Resultó que solo el 60 % de los dolores de cabeza que ocurrían al inicio del accidente cerebrovascular cumplían con estos criterios de diagnóstico. Esto significaba que es posible que sea necesario revisar los criterios”, dijo el profesor asociado de la Universidad Federal de los Urales, Denis Gilev.

En segundo lugar, Elena Lebedeva y otro coautor de la investigación, el profesor de la Universidad de Copenhague Jes Olesen, modernizaron los criterios existentes de dolores de cabeza asociados con un accidente cerebrovascular y desarrollaron otros nuevos. Por primera vez en el mundo, desarrollaron criterios para la cefalea centinela que, como han demostrado los estudios, precedió a la aparición del accidente cerebrovascular en un tercio de los pacientes.

“Logramos crear criterios nuevos y claros, con los cuales es posible juzgar por el carácter de un dolor de cabeza sobre un derrame cerebral que se aproxima o que ocurrió. En nuestra opinión, ambos conjuntos de criterios deberían utilizarse en futuras ediciones de la Clasificación Internacional de Cefaleas”, concluye Elena Lebedeva.