Educación
Así son los colleges canadienses: las empresas deciden qué estudian los alumnos
El modelo, equivalente a la FP de grado superior española, obliga a revisar conjuntamente cada seis meses a empresarios y docentes lo que se enseña a los estudiantes
Si hay un asunto que tiene pendiente España en materia formativa es tratar de ajustar la oferta de estudios a la demanda de perfiles que buscan los empleadores. Muchas titulaciones de FP con alta empleabilidad quedan vacantes, mientras otras cuentan con lista de espera en los centros sin que haya tantas oportunidades laborales. Cuestiones como ésta quedan resueltas con el modelo educativo de College canadiense, el equivalente a nuestra FP de grado superior, aunque más próximo a la universidad, ya que algunas de las titulaciones que se obtienen son convalidables, dependiendo de la especialidad, con la mitad o más más de un grado universitario.
La cuestión es que el vínculo que existe entra la industria y el estudiante es lo que hace de los colleges canadienses un modelo diferente a lo que podría ser estudiar una carrera universitaria.
En los colleges solo se crean estudios en función de las industrias que están instaladas en la zona. De hecho, todos los currículos o los contenidos de las asignaturas están basados en las necesidades de esas empresas radicadas en el entorno. Más aún, toman parte en lo que el alumno debe estudiar y el college se encarga de ver con las empresas dónde emplear a sus estudiantes.
Por poner un ejemplo, Centennnial College, un centro público situado en Toronto, tiene relación con 800 empresas y «cada facultad tiene un comité, el PAC (Program Advisory Comite), que se reúne cada seis meses para revisar lo que estudian los alumnos para determinar si la formación está actualizada conforme a las necesidades de las empresas. De hecho, éstas forman parte del comité. Esta reunión semestral es obligatoria e incluso hay facultades que no esperan a los seis meses para celebrarla, sino que lo hacen cada tres. Es el momento en el que los profesores escuchan a la industria», explica Melida Renkwitz, responsable de educación a nivel internacional. Y es que «desde que el alumno pone un pie en el centro somos responsables de su triunfo, porque se les enseña incluso a cómo buscar trabajo o presentar un currículum y aquellos que tienen dificultades con una asignatura pueden ir al “learning center” donde, de manera gratuita, recibirán el apoyo académico que necesitan».
La formación, desde el comienzo, es eminentemente práctica. «Esperas que alguien te diga qué hacer pero aquí es al contrario. Te dan el material y hacen dinámicas para que tú busques el aprendizaje», apunta Renkwitz.
¿Y cómo es la formación del profesorado en estos centros? Para ser docente en uno de estos colleges canadienses es necesario tener una titulación del área de la que van a impartir clases pero, además, los profesores deben tener una formación pedagógica. Es lo que se llama «teacher training»: «Aprendes qué estilo de profesor eres, motivación, estilos de enseñanza, de aprendizaje, desarrollo de los currículos, práctica laboral, y uso de la tecnología». El profesor se convierte así en un «facilitador» porque la educación «es práctica, personalizada, centrada en el estudiante y enfocada a que conecte con la industria».
Tampoco hay oportunidad de dormirse en los laureles porque todo el personal del centro es evaluado. Los estudiantes evalúan al profesor, después las empresas evalúan al centro y todos los empleados del college sea, cual sea la función que desempeñan. «No se trata de decir que una persona no sabe, sino de buscar sus fortalezas y debilidades. Si eres bueno en algunas cosas, aplauden lo que tú haces, pero también te ayudan a hacer otras en las que no lo eres tanto», explica la responsable de Centennial. A todo esto se añade que el profesor tiene un máximo de 18 horas a la semana de clases porque «el resto se dedica a preparar clases y material, o a calificar los trabajos que se hacen, o bien a formarse, porque cada uno tiene que ser especialista en lo que hace».
El resultado es que este college de Toronto se ha convertido en el número uno en cuanto a inserción laboral, ya que la práctica totalidad de los estudiantes salen con un puesto de trabajo.
Los colleges han pasado a ser también una oportunidad para muchos españoles que viajan a Canadá en busca de una experiencia internacional y una especialización que les sitúe en una mejor posición de cara al mercado laboral con un «postgraduate certificate». Los estudiantes pueden acceder con cualquier edad, siempre que tengan más de 17 años y no se necesita examen de admisión. Es el caso del barcelonés Óscar Miralles, informático de gestión, y máster en big data, que escogió Canadá con la idea de vivir una experiencia en otro país y mejorar su inglés. «Estoy estudiando Mobile Development y mi experiencia es muy buena, tienes todos los servicios a tu alcance y si necesitas cualquier cosa puedes preguntar. Son clases orientadas a la práctica, al menos la mitad de las horas.
Héctor Caballero, de Panamá, se encuentra en Centennial aprendiendo Inglés porque su idea es estudiar Gastronomía cuando tenga un nivel adecuado del idioma. «En las clases interactúas con los profesores y aprendes más porque tratan de que si uno no entiende algo y otro sí, todos se combinan para llevar un solo ritmo. En otros sitios, si un alumno no se entera de algo, puede que lo dejen a un lado. Además, los colleges también te ofrecen la oportunidad de hacer voluntariado, que es una parte muy importante de la formación. Tenemos que aprender a dar para recibir».
Un requisito imprescindible para entrar en los colleges es contar con suficiente nivel de inglés para poder seguir las clases. Por eso muchos jóvenes optan antes por realizar cursos de inglés que les proporcionen la base suficiente del idioma. El madrileño David Ramos, de 28 años llegó a Canadá hace año y medio. «Estaba trabajando en un gimnasio, me había sacado una FP de grado superior y tenía mi contrato indefinido. Me notaba estancado y decidí buscar un cambio, así que pensé en irme a algún sitio de habla inglesa. Canadá tiene buena fama y es un país seguro y pensé en darle una oportunidad». Ahora estudia «Sales and Marketing» en un college de International Language Academy of Canada (ILAC), que también es una de las empresas más reputadas de enseñanzas de inglés». Son dos años de clases muy prácticas pero ya ha encontrado una empresa donde poder trabajar.
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