Informe
Las españolas, con una esperanza de 86 años, las europeas que más viven por delante de francesas e italianas
España fue en 2021, con 83,3 años, el país de la Unión Europea con la esperanza de vida más alta por delante de Suecia (83,2)
Según el informe sobre la sanidad en Europa que publicó ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), España fue en 2021, con 83,3 años, el país de la Unión Europea con la esperanza de vida más alta por delante de Suecia (83,2). Todo ello pese al fuerte aumento de la mortalidad en el primer año de la epidemia del coronavirus que no se pudo corregir en su totalidad en el siguiente.
La OCDE cifra en 0,7 años la pérdida de esperanza de vida en España entre 2019 y 2021, una evolución peor que la de países nórdicos o de Europa occidental como Suecia, Dinamarca, Finlandia o Alemania, donde las estadísticas casi no se han movido en esos dos años.
España, como Italia o Bélgica, sufrió un serio incremento de fallecimientos en los primeros meses de la pandemia, pero la situación ha mejorado después, con un impacto atenuado en la mortalidad, según recoge Efe.
Si se analizan los datos en detalle y en función el sexo, las mujeres en 2021 tenían, con 86,2 años, la mayor esperanza de vida en los veintisiete países miembros de la UE, seguidas de lejos por las francesas (85,5), las italianas (85,1), las suecas (85), las luxemburguesas (84,9) y las finlandesas (84,7).
En el caso de los hombres, entre los que hubo muchos más fallecimientos por covid, su esperanza de vida se situó en los 80,3 años, una cifra que superaron el año pasado los suecos (81,4), pero también los malteses (81,3), los irlandeses (80,8), los luxemburgueses (80,7) y los italianos (80,6).
Fuera de la Unión Europea, solo un país del continente tenía una esperanza de vida superior a la de España, Suiza con 84 años. Su estadística de los hombres es la más alta de todas las del Viejo Continente con diferencia (81,9 años), pero la de las mujeres es inferior a la de España (85,9).
Muertes por covid
En cuanto a los datos más desalentadores, es en el centro y en el este de Europa donde se han producido las mayores caídas de esperanza de vida entre 2019 y 2021, con hasta 3,7 años en Bulgaria, 3 en Eslovaquia, 2,7 en Rumanía y 2,4 en Polonia, con una media de 1,2 años en el conjunto de la Unión Europea.
Esta tendencia está directamente relacionada con la mortalidad por coronoavirus, que entre el inicio de la pandemia en el Viejo Continente en marzo de 2020 y octubre de 2022 ha llegado a superar los 4.000 fallecimientos por millón de habitantes en Bulgaria, Hungría, Croacia o Eslovenia, mientras se quedaba por debajo de 2.000 en Dinamarca, Países Bajos, Irlanda, Finlandia, Suecia, Alemania y Estonia.
España, con 2.431 muertes por millón de habitantes, se queda por debajo de la media europea (2.632), a un nivel similar al de sus dos vecinos inmediatos Portugal (2.452) y Francia (2.532).
En los registros oficiales de los veintisiete países de la UE, más de 1,1 millones de personas han muerto de coronavirus desde el inicio de la pandemia hasta octubre de este año. Pero la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico puntualiza que a eso hay que añadir otras 300.000 cuyo fallecimiento se puede atribuir también de forma directa o indirecta a las consecuencias de este virus que todavía golpea en todo el planeta.
Problemas de corazón y cáncer
De igual modo, hay que tener en cuenta el efecto positivo que ha tenido la vacunación contra la covid. Según el estudio de este organización europea estima que la vacunación habría permitido evitar 250.000 muertes únicamente en 2021.
España era en 2019, antes de la pandemia, el país con la más baja mortalidad de la Unión Europea, y entre las principales razones de los decesos estaban los problemas de corazón y el cáncer. Aunque es cierto que las incidencias eran relativamente bajas en relación a las enfermedades del aparato circulatorio en comparación con los países de nuestro entorno.
De las 791 muertes por cada 100.000 habitantes que hubo en nuestro país ese año, estadística netamente inferior incluso a las de Italia (829) y Francia (830), 214 fueron por las enfermedades circulatorias.
En términos relativos, representaron un 27 por ciento en España, cuando en el conjunto de la Unión Europea pesaron de media el 35 por ciento. La mortalidad por cáncer en España (226 fallecimientos por 100.000 habitantes), aunque también estuvo entre las más bajas, supuso un 28,5 % del total, un porcentaje superior que en el conjunto de la UE (26 %).
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