
Religión
Esprint final hacia el cónclave: diferencias ¿y división púrpura?
Los cardenales acuerdan duplicar las sesiones de debate ante las peticiones para hablar sobre el futuro Papa

Esprint final del precónclave que los cardenales mantienen en el Aula Nueva del Sínodo con la vista puesta en la elección del nuevo Papa. El interés de unos y otros por exponer qué necesita la Iglesia y el mundo de hoy se traduce en peticiones para intervenir en las llamadas congregaciones generales, esto es, en el particular «Debate sobre el Estado de la Nación» al estilo vaticano. Tanto es así que en la novena reunión de estos encuentros a puerta cerrada celebrada ayer por la mañana los purpurados decidieron que el lunes duplicarán la sesiones. En total, participaron 177 cardenales. De ellos, 127 electores. Ayer llegaron dos electores más, por lo que en total ya están en Roma 131 de los 133 que entrarán en la Capilla Sixtina, aunque a la vista está, no todos participan en las congregaciones.
Después del descanso dominical, será en esa asamblea del 5 de mayo cuando se espera que tomen la palabra algunos de los cardenales electores que parten como favoritos para ser votados por sus compañeros de bancada, tan solo 48 horas después. Así pues, se verán las caras, tanto a las nueve de la mañana, como por la tarde, a partir de las cinco. Tampoco se descarta que el martes también haya que duplicar las sesiones, aunque este extremo se irá solventando sobre la marcha. O lo que es lo mismo, podrían alargar el coloquio hasta poco antes de que los menores de 80 años tengan que ingresar en la residencia de Santa Marta.
En su comparecencia diaria, el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, expuso que este sábado hubo un total de 26 intervenciones. En un tono institucional, fue desgranando de forma genérica alguno de los temas que abordaron los cardenales como la necesidad de promover la comunión en la Iglesia y la fraternidad del mundo. A la par, destacó cómo varios cardenales recordaron con gratitud la aportación magisterial del Papa Francisco, tomando como eje «Evangelii Gaudium», la exhortación apostólica programática del Pontífice argentino. Este mismo grupo de pastores puso en valor los procesos de reforma que ha puesto en marcha a lo largo de estos doce años, en los que ha llevado el timón de la Iglesia universal.
Otra de las cuestiones que se puso ayer sobre la mesa estuvo vinculada a la gobernanza de Jorge Mario Bergoglio, los pasos al frente que dio para remozar la Curia, para que pasara de ser una estructura caduca con «elefantiasis», como él mismo la definía, a una entidad al servicio de las iglesias locales.
Bruni también compartió ayer cómo algunos de los ponentes remarcaron la importancia de que el próximo Papa sea un hombre «profético» que no presente a una Iglesia «cerrada», sino que continúe aterrizando el Concilio Vaticano II desde el estilo que planteó Francisco, basado en la sinodalidad y la colegialidad, lo que implicaría conformar una Iglesia que se inserte en medio del mundo, que no se sitúe al margen.
A la luz de estas pistas ofrecidas por la Santa Sede, sí se puede deducir que las alocuciones que se escuchan en el Aula Nueva son algo más diversas que las de los primeros días, que habrían estado acaparadas en parte por el ala más conservadora de cuantos están en el auditorio.
También a los pies del Palacio del Santo Oficio, en uno de los accesos al Vaticano, las voces púrpuras que se dejan preguntar por los reporteros asfálticos parecen ir en esa misma línea de continuidad para apuntalar los cambios introducidos por Francisco. De la misma manera, admiten, si no una división, sí diferentes sensibilidades a la hora de abordar cómo se ha de situar la Iglesia en el complejo contexto sociopolítico actual. «Estamos todavía buscando al nuevo Papa. El deseo es que pueda seguir en continuidad con Francisco», declaró el cardenal argentino Vicente Bokalic Iglic. El cardenal arzobispo de Singapur, William Seng Chye Goh, del grupo de los nostálgicos, afirmó que «reconocemos los logros de Francisco, pero ningún Papa es perfecto, nadie es capaz de hacerlo todo, así que encontraremos a la mejor persona para suceder a San Pedro».
Y, entre Bokalic y Chye Goh, un español. «Existen diferencias y divergencias, lo cual no significa que haya división dentro del Colegio cardenalicio», ha apuntado el franciscano conventual Francisco Javier Bustillo, cardenal de Córcega, en una entrevista a una televisión católica francesa, en la que reconoce que «no somos clones, no somos fotocopias, somos libres». «Las divergencias se resolverán con madurez, porque el Papa es el Papa de todos los católicos», opina el purpurado, de 56 años. «Estoy convencido de que estaremos preparados en el momento justo. Daremos a la iglesia el Papa que el Señor ha elegido», apunta el cardenal arzobispo de Argel, Jean-Paul Vesco.
En el marco de esta cuenta atrás, el «check in» púrpura para acomodarse en sus habitaciones podrán realizarlo entre la noche de martes 6 de mayo y la mañana del 7 de mayo. Eso sí, en este último caso tendrán que madrugar para poder llegar con tiempo a la misa «pro eligendo pontifice», con la que arranca oficialmente el cónclave. Se celebrará a las diez de la mañana en la basílica de San Pedro, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio. Eso sí, los concelebrantes tendrán que estar en la capilla de San Sebastiano antes de las nueve y cuarto para revestirse con las vestimentas litúrgicas, llevando consigo la mitra adamascada blanca.
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