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Plantas
Las orugas, aunque puedan parecer inofensivas a simple vista, son uno de los enemigos más voraces de cualquier planta. Ya sea en un huerto urbano, una terraza llena de macetas o un jardín más amplio, estas larvas de mariposa y polilla pueden acabar con hojas, tallos e incluso frutos en cuestión de días si no se detectan a tiempo. Pero no hace falta recurrir a productos químicos agresivos: existen remedios eficaces, ecológicos y económicos para erradicarlas por completo sin dejar rastro.
Las orugas no llegan por arte de magia. El proceso empieza cuando una mariposa o polilla pone sus huevos en las hojas, especialmente en el envés. Al eclosionar, las pequeñas larvas comienzan a alimentarse de forma insaciable. En cuestión de horas, los bordes de las hojas aparecen mordidos, los tallos se debilitan y, si la invasión avanza, toda la planta puede enfermar o secarse.
Las señales más habituales de que tienes una plaga de orugas son:
Uno de los remedios más accesibles y respetuosos con el medio ambiente es el agua con jabón, un clásico entre los hortelanos urbanos y los jardineros de toda la vida. La mezcla actúa directamente sobre la piel de las orugas, alterando su capacidad respiratoria y ahuyentando a las nuevas larvas gracias al aroma del jabón.
Es importante realizar las pulverizaciones al amanecer o al atardecer para evitar que el sol queme las hojas húmedas.
Aunque el agua con jabón es altamente efectiva, existen otras alternativas naturales si prefieres variar los métodos o si el problema persiste:
Eliminar las orugas es sólo una parte del trabajo. Para que no vuelvan, conviene adoptar ciertas rutinas de prevención:
Con un poco de atención, constancia y estos remedios caseros, es totalmente posible mantener tus plantas sanas y libres de orugas sin necesidad de utilizar productos tóxicos ni caros.
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