Alimentación

Aprender a comer es cuestión de proporción

El método Nutriplato enseña a los niños a adoptar hábitos saludables en la mesa para combatirla. Ahora, se adapta a celíacos.

Aprender a comer es cuestión de proporción
Aprender a comer es cuestión de proporciónlarazon

El método Nutriplato enseña a los niños a adoptar hábitos saludables en la mesa para combatirla. Ahora, se adapta a celíacos.

La fiesta de cumpleaños de Ferran es un cuadro de Wassily Kandinsky. Una explosión de color. Hay palitos de zanahoria naranjas para mojar con un hummus de tonalidades tostadas. Nachos amarillos para acompañar un guacamole verde como el traje de Peter Pan y triángulos de sandía rosada como los carrillos del cumpleañero que, al igual que sus amigos, corre entusiasmado. Un padre se muestra perplejo ante una mesa de cumpleaños infantil tan «saludable». Aunque lo que más le sorprende es ver a los niños devorar los gajos de manzana.

Hoy, se ha convertido en todo un reto que los niños coman más fruta y verdura, pero si están sobre la mesa y los padres comen, los niños comerán y, cuando sean adultos, les parecerá de lo más normal que en una fiesta infantil el aguacate acompañe al pastel de cumpleaños. En la fiesta de Ferran también hay un brownie para soplar velas y pedir un deseo. No se traiciona a la tradición.

Cada cultura tiene sus costumbres. En Canadá, el homenajeado se embadurna la nariz con mantequilla para que la mala suerte resbale y en Jamaica, no puede bajar la guardia, porque si se despista, los invitados lo cubren con harina. No sabemos cómo celebran los celíacos un cumpleaños en Jamaica, pero en España, Celia Segura, la mamá de Ferran, un niño con intolerancia al gluten, ha apostado combinar clásicos con propuestas más creativas como el hummus. Lo cuenta en la mesa redonda para debatir de sobrepeso y alimentación infantil donde explica que el método Nutriplato estrena recetas sin gluten junto a Laura González, responsable de Nutrición, Salud y Bienestar de Nestlé España y el doctor Rafael Casas, psiquiatra, experto en obesidad infantil y consultor en promoción de hábitos saludables.

El método para comer bien

La propuesta del piscolabis de Ferran está pensada para que el niño, que es celíaco, pueda comer de todo sin sentirse diferente a sus amigos. Salen todos ganando porque el resto de niños tiene un pica-pica rico y saludable. Para prepararlo, Celia se ha inspirado en el Nutriplato, un método de educación nutricional creado por Nestlé y el Hospital Infantil Sant Joan de Déu de Barcelona, que tiene la voluntad de ayudar a las familias a saber qué deben comer los niños y en qué cantidades y proporciones. Este método se inspira en el Plato de Harvard pero se adapta a niños de entre 3 y 12 años. Cuenta con una guía de recetas que ha incorporado también platos aptos para dietas sin gluten y vegetarianas y está basado en los principios de la dieta mediterránea: consumir frutas y verduras, pescado azul, legumbres, cereales integrales, frutos secos y utilizar aceite de oliva. Nutriplato muestra, por colores y con dibujos, la proporción de verduras, de alimentos que aportan carbohidratos y de los que aportan proteínas que se deben tomar en cada comida (en color verde, un 50% de verduras y hortalizas; en color rojo, un 25 % de carne, pescado, huevos o legumbres y, en color amarillo, un 25 % de cereales o tubérculos). Es una herramienta para enseñar a comer bien porque en la realidad, estas proporciones suelen estar invertidas. «En la mayoría de hogares españoles los hidratos de carbono ocupan más del 50% del plato en lugar de las verduras», alerta Laura González.

Solo el 17% de las familias da las raciones de fruta recomendadas a sus hijos. Ya lo advierte la sabiduría popular: «En casa del herrero, cuchillo de palo». España es el cuarto país de Europa con más sobrepeso infantil. ¿Cómo puede ser que la huerta de Europa, un país regado de olivos y cuna de la dieta mediterránea tenga una tasa tan elevada de niños obesos? «Porque hemos abandonado la dieta mediterránea», responde la responsable de Nutrición de Nestlé. «Nuestros abuelos comían legumbres, cereales y verduras cada día. En cambio, nosotros apenas las consumimos y además, llevamos una vida más sedendaria», dice.

La obesidad, una emergencia

El doctor Casas pone sobre la mesa los datos del estudio Aladino, una iniciativa de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición. Los niños españoles de entre 6 y 9 años tiene exceso de peso, un 23,3% tiene sobrepeso y un 18,1% obesidad. Ya en 2004, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió la obesidad como la epidemia del siglo XXI y la Generalitat de Cataluña ha declarado que es un problema de salud pública que exige una respuesta política y social.

El problema es que la sociedad no asocia obesidad con enfermedad. Como muestra, Gonzalez expone los resultados del IV Observatorio de Nestlé, donde el 82% de los padres asegura que su hijo tiene un peso normal y solo un 8% cree que tiene sobrepeso. El doctor Casas explica que la obesidad durante la infancia se asocia a un aumento del riesgo de sufrir diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer y problemas de salud mental en la edad adulta. «Se pueden hacer muchas cosas para combatir el sobrepeso infantil», dice, empezando por que nuestros hijos merienden una fruta o un bocadillo y dejar los llamados «caprichos» para un consumo puntual. «No es bueno prohibir», afirma, «porque la prohibición genera deseo». «Yo también soy partidaria de no prohibir y educar. Adoptar esos buenos hábitos en la mesa desde pequeños es la mejor garantía para que los mantengan en la edad adulta», añade González.

Sedentarismo y falta de sueño

El doctor Casas matiza que, para empezar a luchar contra la obesidad, hay que conocer las causas. La dieta juega un papel clave, pero no es el único enemigo. Hay otros dos factores, la actividad física y las horas de sueño. En el patio de los colegios, antes, se jugaba más al pilla-pilla y ahora los niños miran el móvil y no gastan calorías. Las nuevas tecnologías también influyen en una reducción de las horas de sueño. «Y las personas que duermen menos, por una cuestión metabólica, engordan más», advierte Casas.

El doctor, González y Segura coinciden en que, para alimentarse bien es fundamental la planificación, conocer los alimentos y saber cocinar. Las prisas y el estrés llevan a improvisar y contribuyen en la obesidad. Como madres, González y Segura invitan a los padres a implicar a los niños en la compra y en la cocina. Adquirir un estilo de vida saludable no es cosa de un día, forma parte de un proceso educativo, coinciden. Y en este proceso es importante saber negociar. Por ejemplo, es mejor comer tres cucharadas de lentejas que dejar de comer legumbres.

El doctor Casas aporta tres ideas: incorporar la educación nutricional en las escuelas, no obligar a comer un plato a cambio de un premio y no castigar con la comida para que el niño no la relacione con algo malo. Sobre todo, hay que poner límites porque la frustración ayuda a crecer. No se puede preguntar a un niño de tres años qué quiere para comer porque tenderá a responder «pasta». Y el día que no haya pasta se convertirá en el increíble Hulk.

Nutriplato, el plato que enseña a los niños a comer sano

Una buena herramienta para aprender a comer desde la infancia y enseñar a los padres a conocer cuáles son las necesidades reales de sus hijos es el Método Nutriplato. Se puede solicitar de forma gratuita a través de la web www.nutriplatonestle.es, incluye el plato didáctico, de tamaño real, y va acompañado de una guía con prácticos consejos para que las familias sepan, por ejemplo, cómo adaptar las raciones a ala edad de sus hijos. «Una manera muy fácil es utilizar la palma de la mano del niño. En el caso de una familia con dos hijos, uno de 4 y otro de 8 años, cada uno deberá comer la cantidad de pescado que les quepa en la palma de la mano y que no supere el dedo de grosor», explica Laura González. Además, la guía cuenta con un recetario con platos mediterráneos que van desde una tradicional paella a otros más divertidos como hamburguesas de lentejas con arroz. El Hospital Sant Joan de Déu evaluará la eficacia de este método con un estudio en el que participan mil niños que deben mejorar su hábitos alimentarios.