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Árbol limonero: qué tipo de ramas se deben podar para obtener una cosecha más abundante de limones

Existen maneras sencillas de multiplicar la cosecha sin apenas esfuerzo ni físico ni económico

El truco casero para que crezca un limonero en menos de un mes
El truco casero para que crezca un limonero en menos de un mesLa Razón

Tan importante como regar un limonero es podarlo, aunque esta última práctica suele pasar desapercibida para muchos. Es cierto que un limonero salvaje y sin cuidados puede dar limones, pero existen maneras sencillas de multiplicar la cosecha sin apenas esfuerzo. Con solo aplicar unas prácticas mínimas que no roban más que unos minutos, es posible llenar dos canastos en lugar de uno y sacar el máximo partido al árbol.

La poda, clave para un limonero sano y productivo

El limonero es uno de los árboles más apreciados en los hogares, no solo por su belleza en el jardín, sino por la gran cantidad de beneficios que ofrece. Una poda correcta, realizada en el momento adecuado, es esencial para mantenerlo sano y mejorar su rendimiento.

El mejor momento para podar un limonero es a finales de invierno o principios de primavera, cuando el árbol está en reposo vegetativo y antes de iniciar la brotación.

Qué ramas se deben eliminar

La regla de oro es sencilla:

  • Retirar las ramas secas, enfermas o dañadas.
  • Eliminar las ramas que crecen hacia adentro, se cruzan o compiten por espacio y luz.
  • Cortar aquellas que se rozan constantemente, ya que pueden dañar la corteza y favorecer la entrada de enfermedades.
  • Quitar las ramas débiles que no producen frutos y las que están sobrecargadas, para que la energía del árbol se concentre en producir limones de calidad.

Beneficios de una poda correcta

  • Estimula el crecimiento: al eliminar lo improductivo, el árbol concentra su energía en ramas sanas, creciendo más fuerte y rápido.
  • Mejora la producción: favorece la entrada de luz y aire, desarrollando limones más grandes y jugosos.
  • Previene enfermedades: un limonero ventilado y soleado es menos propenso a plagas.
  • Refuerza la estructura: evita ramas débiles o cruzadas que puedan romperse.
  • Facilita la cosecha: ramas bien distribuidas hacen más fácil recolectar los frutos.