Controles fronterizos
Así será el nuevo control de fronteras sin sellos en el pasaporte
La medida promete mayor rapidez y seguridad en los controles migratorios y marca el inicio de una nueva era en la gestión fronteriza internacional
El uso de sellos físicos en los pasaportes comienza a desaparecer con la implantación de sistemas automáticos de control biométrico en los aeropuertos. Este cambio, que ya opera en varios países y llegará próximamente a España, marca una nueva etapa en la gestión de fronteras internacionales.
Los nuevos puntos de control sustituyen el sellado tradicional por escáneres automáticos que registran electrónicamente los datos del viajero. Los sistemas emplean reconocimiento facial y lectura digital de documentos para vincular la información personal a bases de datos migratorias. Países como Alemania, Australia y Singapur ya aplican este método, que también se expandirá a otros aeropuertos de Europa, Asia y América.
La iniciativa se enmarca en el objetivo de modernizar los procesos migratorios, optimizar los controles de entrada y salida y reducir la congestión en los aeropuertos internacionales. Además de mejorar la eficiencia, las autoridades afirman que estas tecnologías incrementarán la seguridad y la trazabilidad de los desplazamientos de pasajeros en todo el mundo.
Una mayor eficiencia y seguridad en los aeropuertos
Las autoridades sostienen que el nuevo modelo permitirá agilizar el tránsito, reducir los tiempos de espera y reforzar la seguridad fronteriza, al hacer más difícil la falsificación de documentos. También facilitará la cooperación entre agencias de inmigración a nivel internacional y mejorará el seguimiento de los movimientos transfronterizos.
El cambio, sin embargo, ha generado reacciones diversas entre los viajeros. Algunos lamentan la desaparición del sello en el pasaporte como recuerdo de sus viajes, mientras otros expresan inquietudes sobre la protección de sus datos biométricos.
Aun así, organismos internacionales respaldan esta transición como parte de una transformación tecnológica que se extiende a escala global. Todo apunta a que la automatización y la biometría se convertirán en la norma en los controles fronterizos, dejando atrás uno de los símbolos más característicos de los viajes internacionales.