Transporte

Bajar la velocidad no funciona

Madrid arrancó el año con «malos aires» y termina con el mismo problema
Madrid arrancó el año con «malos aires» y termina con el mismo problemalarazon

Circular a velocidades inferiores es sólo una medida de concienciación. La solución estriba en disminuir el flujo de vehículos de combustión.

La llegada de un anticiclón de nuevo a Madrid ha hecho que los gases contaminantes causados por el denso tráfico de la capital se disparen. Tras dos días de superaciones de los límites de dióxido de nitrógeno (NO2), el Ayuntamiento aplicó la fase uno, que consiste en limitar la velocidad. Pero en una situación de anticiclón, fenómeno que impide que los contaminantes se dispersen, reducir la velocidad a 70 km/h en la M-30 y en los tramos de las carreteras de acceso a Madrid no funciona. «Esta medida es únicamente de concienciación. Supone una reducción del orden del 1 por ciento de las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2). Y dada la situación de anticiclón que hay en Madrid, esa disminución es casi nula», explica José María Baldasano, catedrático de Ingeniería Ambiental de la Universidad Politécnica de Cataluña y director del Departamento de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS).

Lo que sí ayuda es «reducir los atascos, porque al circular más despacio hay una pequeña mejora en el tráfico rodado, ya que las carreteras son capaces de absorber más coches al disminuir la distancia de seguridad que se deja por ir más despacio», puntualiza.

«Este episodio de contaminación aguda está provocado no sólo por la situación meteorológica, sino por una contaminación crónica que se debe al número y al tipo de vehículo, de motor de combustión y en su mayoría diésel. Por lo que la única solución efectiva es reducir el número de vehículos que circulan por las carreteras con medidas como la circulación de matrículas alternas. Esto permitiría reducir más las emisiones NO2 que reducir la velocidad a 70 km/h».

Esta medida está en parte contemplada en la fase tres del protocolo previsto, tras prohibir estacionar en las zonas verdes y azules para vehículos no residentes (que es la fase dos). Y consiste en restringir la circulación en el interior de la M-30 al 50% de los vehículos según sea su matrícula par o impar coincidiendo con el día del mes, sin afectar a vehículos comerciales, motos, ciclomotres, taxis, vehículos de personas con movilidad reducida, transporte público y escolar. Esta medida ya se aplicó en otras ciudades europeas. Uno de los ejemplos más recientes fue París, donde como medida de urgencia por los episodios de alta contaminación atmosférica que se vivieron se impuso en la capital y sus alrededores la circulación alterna.

Por ello, la mejor opción es que los ciudadanos opten por el transporte público. Pero por si los dueños de vehículos hacen caso omiso a esta prohibición de circulación, el Reglamento de Circulación de la Dirección General de Tráfico (DGT), incorporó recientemente la posibilidad de sancionar con 500 euros de multa a los que incumplan esta prohibición por razones ambientales.

Pero «por muy bueno que sea el transporte público en Madrid, lo cierto es que muchas personas necesitan su vehículo para trabajar, por lo que para atacar esta contaminación tanto en Madrid como en Barcelona es necesario un cambio de la composición de la flota», explica Baldasano. «En Madrid, con renovar el 35% de la flota de combustión, especialmente los diésel, por eléctricos no habría problemas de contaminación crónica ni episódica», asegura. Y es que ésa es la clave para evitar que, como esta semana, en sólo dos días se registraran 54 superaciones del valor límite horario de NO2 para la protección de la salud humana (200 microgramos por metro cúbico) que establece la legislación europea sobre calidad del aire, como afirmaron desde Ecologistas en Acción. «El jueves se alcanzaron entre 200 y 300 microgramos por metro cúbico de NO2,; ayer sobre las dos de la tarde, entre 80 y 90. La prevision para hoy es que los niveles se suavicen y se sitúen en unos 80 microgramos por metro cúbico. Es una contaminación importante, pero no aguda. La situación está mejor, pero eso no quiere decir que el episodio de contaminación haya terminado. Puede proseguir durante el fin de semana», avanzó Baldasano. Dato que corrobora Ana Casals, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología: «Aunque por el norte está entrando un frente, a Madrid no va a llegar, por lo que la situación de anticiclón va a continuar durante el fin de semana y algo del inicio de la próxima».

Por ello, no se entiende que el protocolo no se pusiera en marcha antes. De hecho, desde Ecologistas en Acción consideran que «las medidas planteadas para el día de ayer no son suficientes para resolver el problema del pico de contaminación. Habrá que hacer más. Y sería deseable que este tipo de medidas entraran en funcionamiento con anticipación al episodio, no cuando éste ya está en marcha y quede poco margen de maniobra para evitar las superaciones del valor límite horario. Pero lo más importante, tal y como insisten siempre los expertos, es que se tomen medidas estructurales contra la contaminación.

Pero mientras se trabaja para conseguir que se cambie la flota vehicular, lo cierto es que la alternativa que tienen los ciudadanos es el transporte público. «Hay que reducir el numero de vehículos. Pero para ello, el transporte público debe ofrecerse como más apetecible que el coche privado, en vez de ‘obligar’, lo que es propio de regímenes autoritarios. Si llego mejor a mi trabajo, de manera cómoda, rápida, barata, en transporte público, dejaré el coche aparcado y cogeré ese transporte», explica el catedrático de Física Antonio Ruiz de Elvira, de la Universidad de Alcalá de Henares. « Si el transporte público es un horror (el experto asegura que tarda dos horas en ir de su casa al trabajo en transporte público y 40 minutos en privado) no se utilizará nunca», asegura.

Más positivos se mostraron desde Greenpeace. «Por lo menos se están tomando medidas. Habrá después que ver si sirven para algo o no. Si la contaminación va a más tendrán que tomarse medidas más restrictivas, como prohibir todo el tráfico privado en la zona central de Madrid, salvo para residentes. También habría que usar más la bici, lo que ya se está haciendo en Madrid, hacer más atractivo el transporte público con precios más económicos y construir parkings disuasorios a precios populares», dijo Julio Barea, de Greenpeace.

En definitiva, medidas óptimas hay. Falta ponerlas a tiempo y empezar ya con las que realmente sirven. No hacen falta más avisos, 2015 arrancó con «malos aires» y medio concluye también con «malos aires».