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Un chef Cubano explica por qué muchos cocineros no soportan a los clientes españoles: "Para mí, son los mejores"
Ariel Patai, propietario de un negocio en Fuerteventura, defiende la exigencia gastronómica española y critica a los establecimientos que prefieren servir productos de menor calidad a turistas internacionales
El chef cubano Ariel Patai ha generado un intenso debate en el sector hostelero tras defender con contundencia a la clientela española, tradicionalmente considerada "exigente" por muchos profesionales de la restauración. En declaraciones que han circulado ampliamente en redes sociales, Patai asegura que "muchas personas están acostumbradas a hacer mierda, se le quejan los españoles y entonces se terminan quejando del cliente español", poniendo así el foco en la calidad del producto servido más que en las demandas de los comensales.
El profesional argumenta que el problema no radica en los clientes españoles sino en la baja calidad que algunos restaurantes intentan imponer. "Tú le sacas un producto de mierda y el español se te va a quejar. Igual, cuando se lo sacas bueno, te lo va a agradecer", explica Patai, quien añade que "si vas a la mayoría de sitios de hostelería, casi ninguno quiere trabajar con españoles" precisamente por su conocimiento gastronómico.
La defensa de la excelencia gastronómica
Patai contrasta la actitud del comensal español con la del turista internacional, señalando que "a un guiri le haces una paella con un socarrat y te dice que está quemada, pero un español no". Esta diferencia en el paladar y el conocimiento culinario convierte, en su opinión, a los clientes españoles en los mejores posibles para cualquier negocio serio. "Para mí, son los mejores clientes que tengo en mi negocio porque valoran mi trabajo y saben lo que están comiendo", afirma el chef cubano.
La reflexión final de Patai apunta directamente a la esencia de la hostelería de calidad: "La gastronomía española es top y para saber darle de comer a una persona que viene de Madrid, tú no le vas a dar una mierda por estar en la playa". Su posición destaca la paradoja de un sector que a veces parece preferir clientes menos informados gastronómicamente, lo que plantea importantes cuestiones sobre los estándares de calidad y autenticidad en la restauración turística.