Agencia Espacial Europea

La Luna está en el fondo de la piscina

La Agencia Espacial Europea muestra su proyecto para entrenar a los astronautas bajo el agua de cara a su viaje espacial más mediático

Algunos de los «paseos» bajo el agua de la NBF
Algunos de los «paseos» bajo el agua de la NBFlarazon

Una piscina de 10 metros de profundidad se ha convertido en el mejor campo de pruebas para preparar el esperado regreso del hombre a la Luna. Durante tres años, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha estado probando en esta instalación de flotabilidad neutra (NBF), situada en Colonia (Alemania), todas las condiciones posibles para hacer el viaje lo más productivo posible. Ahora muestra los resultados de sus investigaciones.

La piscina ha sido el escenario del estudio ‘Moondive’, en el que se han empleado trajes espaciales compensados específicamente para simular la gravedad lunar, que es tan solo una sexta parte de la de la Tierra.

En el horizonte, la posibilidad de volver a la Luna en la próxima década, “pasado mañana” en términos de la carrera espacial, una posibilidad en la que ya han puesto sus ojos también tanto Estados Unidos como Rusia.

El tanque de inmersión de la instalación, de diez metros de profundidad, es uno de los cuatro que existen en el mundo (los otros tres se encuentran en Estados Unidos, China y Rusia) y se utiliza para entrenar a astronautas en ‘actividades extravehiculares’, también conocidas como paseos espaciales, según explica la ESA.

Según Hervé Stevenin, responsable de la formación en actividades extravehiculares y operaciones de la NBF en el Centro Europeo de Astronautas (EAC) de la ESA, “lo bonito de la inmersión en esta instalación es que podemos simular no solo la ingravidez prolongada, sino también una gravedad parcial, como la de la Luna o Marte, regulando la flotabilidad negativa de los astronautas y del equipo que utilizan”.

“Queríamos evaluar cómo se podía adaptar la NBF para probar equipos, herramientas y conceptos operacionales para actividades extravehiculares, simulando la gravedad lunar”, señala Peter Weiss, responsable del departamento espacial en Comex, la empresa francesa que lidera el proyecto.

“Nos centramos en las técnicas y la tecnología necesarias para preparar a los astronautas para futuras misiones a la Luna. La idea era elaborar una base de datos con los elementos, herramientas y tareas que los astronautas necesitarán para llevar a cabo misiones en la Luna, no solo con fines de formación, sino también para probar y validar nuevos equipos y formas de hacer las cosas”, añade.

Para llegar hasta el punto en el que se encuentran las investigaciones, la empresa Space Applications Services estudió las misiones Apollo de los años sesenta y setenta, así como todos los requisitos esperados para la futura exploración de la Luna. Después, el equipo creó una lista con las tareas y herramientas más importantes como punto de partida para lo que necesitarían hacer dentro de la NBF.

“El estudio Moondive ha sido un gran éxito —añade Weiss—, ya que ha permitido por primera vez a la ESA simular un paseo espacial con gravedad parcial en la NBF. Empleamos un exoesqueleto para reproducir el volumen y los movimientos limitados de un traje espacial presurizado, y a continuación realizamos pruebas de toma de muestras en la superficie lunar en el fondo del tanque de agua de la ESA”.

“Realmente sorprende experimentar por uno mismo algo que esta generación solo conoce por imágenes de vídeo —reconoce Hervé—: la mejor estrategia para caminar en esta flotabilidad negativa perfectamente regulada ha resultado ir dando saltos, tal y como hicieron los astronautas de Apollo en la Luna”.

Las pruebas bajo el agua de la NBF se complementan con los ensayos con una serie de simuladores, software y hardware de formación de la ESA, así como al domo Luna de EAC, que está actualmente en preparación, diseñado para simular los efectos del polvo lunar en equipos y hardware.

Con todo ello, Europa se prepara para ponerse a la cabeza de este nuevo reto espacial.