
Tradiciones
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Se sigue usando y esa una prueba de que, a veces, las soluciones más ingeniosas no están en el futuro
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Dicen que cuando alguien está en "la gloria" es porque se encuentra en un lugar cálido, cómodo y casi celestial. Pero pocos recuerdan que esa expresión nació de algo mucho más terrenal. En algunas casa de la España tradicional, la gloria no venía del cielo, sino de otro lugar, un ingenioso, un secreto que todavía hoy está volviendo a ponerse de moda.
Un sistema centenario
La llamada "gloria" es un sistema de calefacción que aprovecha el calor generado por un fuego instalado en el sótano o en una cámara inferior de la vivienda. A través de conductor distribuidos bajo el suelo, el calor asciende y se reparte por las estancias de la casa. En la práctica, funcionaba como una especie de chimenea subterránea que se enciende por la mañana y cuyo calor se mantiene durante horas, incluso cuando la llama se ha apagado.
Qué necesita este método
Uno de los motivos por los que la gloria ha sobrevivido durante siglos es por su eficacia. Su baja combustión permite que, con poca leña, la vivienda se mantenga caliente durante largos periodos de tiempo - hasta 24 horas en algunos casos- . El sistema además incluía una salida de humos conectada al canal principal, por donde se expulsan los gases de la combustión.
Este sistema concentra el calor en las estancias más usadas, como la cocina o el salón. En los dormitorios, sin embargo, no llegaba gran cosa por lo que se recurrían a mantas para combatir las noches frías de invierno.

La gloria, también funciona mejor en viviendas bajas, ya que el calor no asciende lo suficiente como para calentar plantas superiores. Además, tiene un uso inesperado: refrescarse en verano. Dejando los conductos abiertos durante la noche el aire frío circula por las galerías, enfriando las zonas por las que pasa.
Un invento heredado de Roma
La gloria tiene su origen en el hipocausto romano, un sistema de calefacción basado en hornos y conductos subterráneos. Con el paso de los siglos, especialmente tras la deforestaciones de los siglo XVI y XVII -provocadas por la agricultura extensiva y la construcción naval, según el historiador Eduardo Montagut-, este método se adaptó para consumir mucha menos leña. Así se convirtió en la calefacción típica de Castilla desde la Edad Media.
Hoy con los precios de la energía disparados, muchas personas vuelven a mirar hacia la gloria como una alternativa económica y sorprendentemente eficaz para calentar sus hogares. Una prueba de que, a veces, las soluciones más ingeniosas no están en el futuro.
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